como los monos de gibraltar

viernes, 14 de mayo de 2010

VIVIENDAS PEGAMÍN XIII: El cajero autómatico

En estos tiempos de crisis, ya sea económica o nerviosa, no son los economistas, los gobiernos ni los ideólogos los que han descubierto la forma perfecta de combinar protesta y supervivencia. Los que han encontrado el modo ideal de juntar la justicia poética con las necesidades vitales más básicas son los vagabundos. Porque son ellos los que han hecho suyos los cajeros automáticos de los bancos, convertidos en sus refugios improvisados, llenándolos de cartones, andrajos y botellas de vino vacías. Voy caminando por la noche de regreso a casa después de la juerga, esa "larga marcha" que suele ser el colofón de los fines de semana del ciudadano joven medio, y veo las luces fantasmagóricas de los cajeros automáticos iluminando las aceras mojadas. Y allí, refugiado en esos oasis de luz, calor y prosperidad, está un ser humano tumbado, durmiendo plácidamente la borrachera, a veces incluso acompañado de un perro sarnoso hecho un ovillo a su lado. Al lado del anuncio del señor de corbata sonriente por su nueva hipoteca superplus, debajo del cartel de esa joven dinámica que nos enseña su tarjeta de crédito para gente joven y dinámica, está el despojo humano tirado en el suelo rodeado de los recibos del cajero. 
Mientras nosotros pagamos comisiones, sufrimos los errores de los colosos de las finanzas, el vagabundo del cajero duerme tranquilo, seco y seguro, sin pagar un puto euro gracias a las infraestructuras de los bancos. Sin tener ni idea de simbolismos ni hostias, el señor indigente se pajea, bebe y se mea allí mismo, delante de la cámara de vigilancia, justo enfrente de por donde salen los billetes de cincuenta euracos que hace tiempo que no ha visto y quizá ni recuerde que existen. Todo muy metafórico. Tomo nota mentalmente de no ir a sacar dinero a ese cajero en particular y continúo el penoso regreso al hogar, aterido, muerto de sueño y con la visión borrosa. 

15 comentarios:

Manuel Sainz dijo...

Estraordinaria semblanza de lo que es pasar del capitalismo, sacando a relucir a esos vagabundos que se cagan en él(o al lado de él) junto a esos cajeros que lo simbolizan. Ha vuelto a dar en el clavo, enhorabuena Haciendo amig@s.

Don Julito dijo...

Hasta follar se podía...cuando no había tanta puta cámara....que ir por Madrid es como estar en la casa del Gran Hermano pero sin golfas ni edredoning

Anónimo dijo...

A ver Julito que las chicas de encima te ciegan y estas un poco salido

paca dijo...

Muy bueno, pero como usted ha dicho estos pobres, son rebotados del sistema, que viven en una inopia vital importante. Es atroz. Aquí se controla mucho por el que dirán turístico, los policías los sacan de las zonas visibles en cuanto los ven dar mucho la vara.

Se refugian en un parque muy agreste que aunque a no es lo que era sigue funcionando como picadero, supermercado de drogas ocasional y dormitorio de tapado.

Macarrismo dijo...

Buena metafora la del cajero si.
Pues yo hace unos cuantos sabados vi a unos follando en un cajero asi que tan jodida no estara la cosa

priest dijo...

¿Conocéis al que vive en el CajaMadrid que está al inicio de Huertas, cerca de una comisario de policia? Uno muy tripón que o está bebiendo, o escuchando la radio o leyendo.

Don Julito dijo...

Es el que te grita "dame 1000 euros" o "regálame un piso"!!!! uno que estaba antes en la plaza de los Cubos?
por cierto, tú que haces por Huertas? sigue abierto el Rainbow?

priest dijo...

No lo sé, en los cubos no le he visto.

Me gusta andar por Madrid. El Rainbow supongo que seguirá abierto; he ido muy poco porque es un coñazo de bar.

¿Que tal el concierto?

paca dijo...

Qué nombre para un local!

alegre y orgullosa dijo...

Usté siempre a lo suyo, doña P

Don Julito dijo...

El concierto muy bien. Ya subiré algo.

Superwoobinda dijo...

No hace mucho me encontré un tío de madrugada dándole de patadas al vidrio donde estaba acurrucado un pordiosero con su saquito de dormir, gritandole como un poseso que le abriera la puerta. Me da que tenía un ataque de ansiedad de no poder sacar pasta pa pillar farlopa.

"Se refugian en un parque muy agreste que aunque a no es lo que era sigue funcionando como picadero, supermercado de drogas ocasional y dormitorio de tapado."

Es que el homeless se suele sacar un subsueldo con el chaperismo del cruising. En los polígonos industriales de poblenou, donde están las obras paradas tras petar la burbuja, es habitual ver maromos presumiblemente casados con su alfa romeo o su furgo de subcontrata de florentiro perez, aparcar, bajarse y adentrarse en esos parajes y ofrecerles cuatro durillos a los rumanos y moritos que pernoctan por allí para realizar sus practicas de riesgo en la intemperie (de hecho a mi me entró uno una vez). No veas el acojone súbito con la taja que te da ver aparecer de la nada a las 4 de la mañana un comercial con traje que sale de las obras atándose el cinturón y mirándote con vicio sodomita.

paca dijo...

Me da más miedo el cinturón del comercial que su vicio.
La prostitución aquí está bastante organizada. Hay varias zonas, horarios y precios. Y además es consentidísima. Una vez, saliendo a altas horas de la madrugada de la biblioteca, vi un coche de policía (una policía privada que tiene el alcalde de aquí) asocadito en una esquina siendo felado mientras su compañero seguía en el coche. Una escena bastante desagradable... sobretodo para la pobre chica que tenía una pinta de asustada de narices.

Anónimo dijo...

Me ha evocado a un día, en que, en un amartelamiento furtivo( porque algunos somos british pero también sufrimos lo débil de la carne), en una calle apartada ,pre-cópula, una meretriz se nos acercó, y, dando palmas ,nos espetó algo así como "A la cama, a la cama...", advirtiéndonos por nuestro supuesto atrevimiento.Inevitablemente ,me planteé que mi nadir había llegado si una puta se dignaba a llamarme la atención por magrearme sutilmente en plena calle.

Anónimo dijo...

Una bomba atómica es lo que hace falta en Poblenou, Superwoo., con lo feo que es todo y la fauna que puebla ahora el inclitísimo y defenestradísimo Razz.