como los monos de gibraltar

martes, 22 de junio de 2010

Killed by Pegamin XVII: Patosín

Sucedió hace casi diez años y ahí sigue, fresca en mi memoria y en la de los amigos con los que me partí el culo bromeando sobre una muerte pegamina, pegamina. De hecho, era tan pegamina que nunca terminamos de entender cómo fue físicamente posible que ocurriera. Y eso que la página de sucesos en la que lo leímos incluía un pequeño dibujo con la secuencia de movimientos del fallecido para situar al lector y que captara todo el dramatismo de lo ocurrido.

¿He agotado ya vuestra paciencia con esta introducción o por el contrario he azuzado vuestra curiosidad? ¿Queda alguien ahí? Eso espero, porque ahora es cuando empieza uno de mis killed by pegamin favoritos.

El señor X, de ahora en adelante Patosín, estaba subiendo en ascensor después de hacer la compra en el super del barrio. Verduras, merluza fresca, pechuga de pollo y mucha fruta eran la prueba evidente de su alimentación, sana y variada.
Se encontraba ya entre el tercer y cuarto piso cuando de pronto PATAPLAM se fue la luz y el ascensor se paró.

Patosín, de natural tranquilo, no le dio mayor importancia pues acertadamente pensó que la luz volvería en breve y con ella el buen funcionamiento del ascensor. Pero hete aquí que pasaron un par de minutos y un extraño comecome se adueño de Patosín: Madre mía, ¿y si HaciendoAmig@s ha subido una nueva entrega del Sexonomicom? ¿y si Ender ha retocado una foto del Papa? Tengo que salir de aquí, tengo que salir de aquí.
Movido por el deseo de actualizar el Pegamin cuanto antes, Patosín resolvió salir por el hueco que había quedado entre el ascensor y el tercer piso, suficiente para que una persona de huesos no muy grandes pasara arrastrándose cual Anónimo faltón.

Se masca la tragedia, ¿verdad? La luz que vuelve, Patosín que es pillado entre medias y Patosín que se queda entre las verduras y el tercer piso.

Pues no, Patosín consiguió pasar satisfactoriamente al tercer piso pero, quien sabe si por la oscuridad, por hacer honor a su nombre o por imaginar que Xabi había vuelto a su blog favorito, el caso es que le dio un vahído y se cayo por el hueco inferior del ascensor.
El golpe, como imagináis, fue bastante incompatible con la vida y Patosín nunca pudo leer el celebrado artículo de Paca “Calor en Canarias: Mi vida sexual entre los 14 y los 16”.

14 comentarios:

Manuel Sainz dijo...

Escalofriante suceso que confirma mi animadversión hacia los ascensores, nunca se sabe donde iremos a a parar en ellos.

Xabibenputa dijo...

Pues hacia arriba o hacia abajo, subnormal.

Veo que este sigue siendo el blog donde viene ese tipo de gente capaz de sentir incertidumbre direccional en un ascensor.

No me hagáis el resumen ya, todo está igual q siempre.

Anónimo dijo...

tú sigues a tope, siempre a tope, como siempre.

priest dijo...

jajajajaja

Terrorismo vasco dijo...

LOL

paca dijo...

Sr. Priest ha puesto a paca remolona y todo.

jajajaja poco calor hubo, y muy triste... mi vida sexual es más gris que un discurso de Rajoy sobre política cultural.

Anónimo dijo...

Se percibe

Anónimo dijo...

Cuéntenos porno-batallitas Paca, cuéntenos...Con mantita de cuadros y chimenea.

Anónimo dijo...

pero pajas si que habría Paca. Y las pajas y el calor hacen un maridaje perfecto en la emulsión del malrollismo adolescente.

Piense, recuerde: ese verano asfixiante, la soledad, libros del Círculo de lectores como única compañía, la libido rampante y sucia en los calzoncillos, quizá una mirada furtiva a la Enciclopedia de la Vida Sexual de López Íbor cuando nadie mira, visitas tristes a la biblioteca y cuerpos y más cuerpos ajenos al sol...

A mis brazos, Paca!

Haciendo Amig@s dijo...

Lo del Sexonomicón lo escribo para eso, para que la gente se desconcentre y sufra muertes absurdas y terribles.

Anónimo dijo...

Yo que pensaba que lo del Sexonomicón era una idea original y resulta que hay precedentes de lo guarro en Lovecraft...

paca dijo...

El Sr. haciendo hace arqueología de la guarrería y guarrería-ficción... en un bucle retroalimentado de perfecto equilibrio...

Sus brazos escaman más que la moral de Benedicto xvi

mea culpa dijo...

escamas en los brazos y branquias prepuciales, refulgencias purpuradas y un nimbo que arde

Anónimo dijo...

Es que a esos brazos le faltan un par de exfoliaciones utilizándolos en guarros menesteres...