como los monos de gibraltar

jueves, 25 de noviembre de 2010

Porno del proletariado

La primera vez que escuche el término poverty porn, pensé que estaba ante una nueva tendencia pornográfica, filmada en Sierra Leona con actrices suecas y nativos desnutridos. Los beneficios serian donados a Unicef. El poster luciría una pegatina con el slogan: “Descárgate la película por 5 euros, de los cuales 2 serán destinados a combatir el hambre en el mundo”. Resultó que eso ya existe, pero se llama charity porn. Me hizo gracia imaginar cómo los productores justificarían moralmente el escándalo: “Pero si ellos se lo pasan bien. Anda, anda, dame de comer y dime tonto”.



No, poverty porn es otra cosa. Por dar una definición pronta, especialmente para esos anónimos iletrados a los que el asistente social les lee el Pegamín porque ellos no saben, con poverty porn nos referimos a la explotación de la imagen de los menos privilegiados. El ejemplo que más se utiliza para ilustrarlo es Slumdog Millionaire: miseria, violaciones, hambre, prostitución infantil… todo expuesto para el entretenimiento de las clases medias-altas. El fenómeno tiene tantos detractores como defensores, y recientemente los medios británicos han explotado las consecuencias éticas hasta convertirlo en el debate de la nación: los que lo censuran argumentan que se trata de vouyerismo pornográfico que sirve para manipular la imagen del tercer mundo. Los que lo defienden, consideran que toda esa miseria y depravación existe, es real, y por tanto, por qué no mostrarla?



Pero para la explotación del pobre no se utilizan solo muestras extraídas del lejano oriente, ni del África subsahariana. Si los pobres de allá nos entretienen, los que viven aquí el patio de casa nos hacen reír a carcajadas con su ignorancia y formas de vida. Y de eso se trata The Scheme, el programa de la BBC: “series following the dramatic and often emotional highs and lows of daily life for six different families all living in one large housing scheme in Kilmarnock”. Es decir, un documental en serie sobre las vidas de desempleados escoceses que viven en un área de protección oficial en las afueras de Glasgow. Hacen aparición todas y cada una de las conductas antisociales que les venga: embarazos infantiles, tráfico de drogas, violencia de género, abusos raciales, robos, peleas y contrabando. El resultado ha sido de esperado éxito y controversia, hasta el punto que “personajes” como el yonki Marvin, al que le queda un diente y medio, se han convertido en los nuevos famosos y venden camisetas con sus fotos y chascarrillos. Su novia, Dayna, de 18 años y en un programa de desintoxicación desde los 16 es famosa por decir sobre Marvin: “Estando embarazada me dio un rodillazo en el estómago, pero no fue su intención”.



Al margen de si es ficción o no, la diferencia entre The Scheme y cualquier película de realismo social de Ken Loach o Mike Leigh es que en estas últimas nos reíamos con el underclass, compartíamos sus problemas, su día a día y nos indignábamos con su situación lamentable. Pero exprimida al máximo, la fórmula había dejado de hacer efecto ya cuando se estrenó Little Britain y después Shameless. Estos últimos dos casos supusieron (y suponen) la comedia de ficción al margen del pobre y analfabeto: “Mira ese pobre desgraciado alimentándose de comida basura, verdad que parece un orangután cuando insulta a su hija adolescente por haberse quedado preñada?”. El siguiente paso de esta evolución televisiva es lógico. A los británicos les encantan las clases bajas, y ha quedado claro que venden lo suyo en lo novelesco. La versión reality tenía garantía de oro. La figura del choni, sus opiniones ridículas y reaccionarias, su estilo de vida grotesco, sus adicciones, cuanto más real, más gracioso. Proletarian porn.

Y este es, el futuro de lo audiovisual. Clases medias riéndose a pierna suelta del fracasado y su grotesca vida mientras se beben un mojito. Total, si son pobres es porque quieren. Después navegan por internet, compran juguetes sexuales fabricados por esclavos sexuales y se bajan la película porno japonesa para donar $1 a la causa del hambre en África. A mí me resultaría mas gracioso ver el caso opuesto: el yonki Marvin con una cámara de la BBC filmando a Farquhar y a Jemaina en su casita de Picadilly organizando un brunch con sus amistades del club de tenis. A ver quién es más subnormal.

25 comentarios:

Anónimo dijo...

Se te ha olvidado poner que los que publican en este blog son como los británicos que les encantan las clases bajas

Manuel Sainz dijo...

Cuanta razón tiene Pussy. Cuanta morbo nos da la contemplacion del Gran Hermano más desgraciado. Nos hace autoafirmarnos en la superioridad respecto a él. Cochino mundo.

Anónimo dijo...

Ender en este blog ya no es la clase baja, es la clase diminuta.

Anónimo dijo...

Pussy, ¿por qué tu ausencia prolongada de twitter y de tu propio blog?

paca dijo...

Esta cuestión tiene que ver con la naturaleza sobrevenida a estas narraciones, costumbristas-pseudo, que son las ficciones de masas; dramatizan no la vida sino una realización ideológica que se muestra como: único discurso posible, verista en extremos ridículos y por supuesto carente de todo relieve político. Perfectas narraciones autoconclusivas que desde el primer momento buscan y necesitan ser mercancía y que como mercancía que son en un contexto capitalista están sometidas a la misma debacle estructural de incrementar la tasa de ganancia que reportan.
La ganancia en este caso es simbólica, ergo política y por lo tanto económica.
No es solo que la clase media se ría del fracaso, no es solo que se fomente una percepción emponzoñada e indistinta de los flujos económicos y sus correlatos en el control fáctico de la vida. El problema es que se gestiona la producción en masa de sujetos en virtud no ya de ideologías signadas sino de un marasmo enmarañado totalmente distribuido en paralelo, que no es sino la reedición 2.0 de un modelo cultural que solo ha servido para incrementar el sufrimiento a la par que el tono muscular tanto del poder como de su ejercicio.

Genial el post Ms. Pussy!

dunkeleith dijo...

Esto me recuerda las historias de mi viejo cuando estuvo en pisos patera en Suiza, edificios enteros llenos de emigrantes portugueses y griegos casi amontonados unos encima de otros, durmiendo en los pasillos, etc...

Allí había de todo: drogas, violencia de género, prostitución...

Este tipo de historias de mi viejo no las podía contar en público en mi época de joven porque los niñatos rojos de mierda me acusaban de racista (!!!!!!!!!) pero paso de seguir con ese tema...

Todo este embrollo será resuelto a sangre y fuego por las guerrillas maoístas.

dunkeleith dijo...

Los clasemedieros son tan tontos en sus gustos que no se dan cuenta de que los retratados en este tipo de reality shows en realidad son ellos mismos solo que sin el disfraz hipócrita.

Drogotas, racistas, sexistas, etc...

En realidad todos estos conceptos se resumen en uno: irresponsabilidad o si se quiere inmadurez.

¿A cuantos clasemedieros les gustaría darle una patada en la barriga a su novia-puta de 18 tacos y hacerla abortar si se da el caso?

Señores, estamos ante un vivo retrato del infraserismo moral clasemediero.

Tan incapaces que ni siquiera pueden con sus obligaciones mas básicas.

Tereso dijo...

Pussy, Paca... a mis brazos.

Me recordó que cuando viví en Londres estuve viviendo en unos de esos pisos de protección oficial en los que convivíamos extranjeros de todas partes, madres solteras, madres solteras con hijas que eran madres solteras y un hijo de 17 con ganas de pegarle una paliza cualquiera que se interpusiera entre él y su ridículo disfraz de colegial. Los ascensores malolientes, las madres pasando marihuana, zorros merodeando entre la mierda del subproletariado, obreros polacos, tienditas en donde no vendían alcohol (alcohol malo decían), las chonis con argolla en la oreja y perros de presa, una bicicleta que desaparecía de tu puerta y aparecía misteriosamente en la puerta de tu vecino. Ay, qué recuerdos... http://www.youtube.com/watch?v=dGt21q1AjuI

dunkeleith dijo...

Mi viejo volvió medio alcoholizado de Suiza y muy trastornado de la cabeza, menudas palizas que me pegaba el muy cabrón por cualquier cosa que se le pasase por la cabeza. Cada vez que venia de vacaciones aquello era terrible.

Que recuerdos así sin preservativo ni botón de pánico...

http://digitalgroup.info/wordpress/wp-content/uploads/2010/09/khmer_rouge_0726.jpg

Jo jo.

priest dijo...

Me ha gustado mucho el post Pussy.

paca dijo...

Sr. Dunkeleith la conciencia de clase (por usar el lenguaje marxista) es un peso muy grande. Normal que su padre intentase sensibilizarlo.
M.B.O. ->Mode brasa on

M. dijo...

Aquí no nos quedamos atrás con los disminuidos de Callejeros en Cuatro, y los méndigos de Samantha, también en Cuatro. Y Gonzalito miró, en sí mismo, also in Cuatro.
Cuatro. Cuatro. Cuatro. Qué modernos los de Cuatro.

Pussy Galore dijo...

Tereso, yo tambien vivi una temporada en uno de estos barrios. Como dicen aqui, todo es "character building".

No sabia cuando escribi esto si existe un referente espanyol, yo la imagen que tengo de television espanyola es una programacion por y para la Senyora Maria. Hay algun programa parecido?

Dunkeleith, miedo me da preguntar.

Paco, me tiene usted fascinada, escriba un post marxista ya :)

Ender dijo...

anoche pusieron uno de una reportera que se iba de fiesta con erick morillo y daba a entender mediante elipsis que se lo follaba.

Pussy Galore dijo...

He likes to move it.

Dr. Huysmans dijo...

vaya menguis vaya menguis

Mar dijo...

Empezando por ti

Dr. Huysmans dijo...

yo también te quiero, es más, soy tu fan

Mar dijo...

No necesito ningún fan.

¿Pierdes aceite?

Tereso dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Mierda, yo me enganché a El Campamento de Cuatro, vi los capitulos por streaming en la web, pero claro, a esto le querían quitar sordidez inventándose una redención para los chavales que no se lo creía nadie. Lo vendían como un programa terapéutico y de interés humano y sociológico, en plan "save the children". En fin que yo vi el Campamento por ver la tronadura de las criaturas, por el circo romano, no la salvación y canto de esperanza que le procuraban los monitores terapeutas estrella. Mi favorita era Gloria, la catalana se prostituía por cerveza.
Y luego estaba Patricia, con un acento muy bonito:
http://www.youtube.com/watch?v=3bpGv8eSeuo

Pues eso, que reconozco mi fascinación por el lumpen folclórico, que es la misma que la del televidente medio y las productoras de todas las cadenas, de ahí se entiende el auge de los Callejeros y reporteros chabolistas. Me da un poco de verguenza pero me ponen en la tv a una puta anciana transexual y desdentada contando sus miserias y me engancho.

Don Julito dijo...

Lógico, los deshauciados y desharrapados son los nuevos rockstars...cualquier día un vagabundo llamado Paquito escribe la obra definitiva del movimiento:
"Por favor, emborráchame", la crónica oral del homelessnismo

Anónimo dijo...

ojalá no esteis vosotros al borde de convertiros en esas nuevas rockstars... a ver si entonces os enganchais tanto

Pussy Galore dijo...

Muy bueno lo del Campamento, jovenes ignorantes en chandal insultandose y pegandose. Si la cosa sigue asi, vamos a perder todos los lectores del pegamin.

uno de tantos dijo...

Ni los de la BBC ni los de Cuatro han inventado nada. Hace años teníamos a Jesús Quintero y su repertorio esperpéntico de miseria. O al mamarracho aquel de Cárdenas que salia en crónicas marranas cachondeándose de cualquier paria de la vida.

Lo cañí auténtico. Eso ya estaba ahí en la brecha y mucho antes.