como los monos de gibraltar

sábado, 11 de diciembre de 2010

Estilismos pegamin (III): El sombrero de paja

En las anteriores ediciones de estilismos pegamin se dedicaban a analizar y diseccionar con ojo crítico algunas deplorables tendencias estéticas, ésta está dedicada a ensalzar una maravillosa prenda, caída en desgracia por culpa de culjanters, dandys de tercera, negritos de los que venden cosas por la playa y demás aberraciones de la modernidad.
Una elegía al sombrero de paja.


Poneos en contexto, vuestra infancia, vacaciones de verano en el pueblo
¿No recordáis todos algún personaje entrañable con sombrero de paja?
Algún abuelo cascarrabias, el mozo que os llevaba a dar paseos en burra, el labriego que os pegaba voces por robarle frutas, el vecino indiano que os invitaba a cigarrillos o cualquier otro tipo humano para quien llevar esa prenda está plenamente justificado.

Por todos es sabido que durante la segunda mitad del siglo pasado el uso del sombrero había caído en el olvido, una de tantas inestimables pérdidas en pos del progreso, pero durante la última década, cualquier espectador no muy drogado se habrá percatado de la reaparición del sombrero.
El problema es que el sombrero ha vuelto como complemento para idiotas terminales con ansias de trascendencia, bohemios de baratillo y gañanes en verbenas.
"Como te iba diciendo, creo que el vestir como mi padre indica que he madurado, como diría Schopenhauer..."
Joder estoy seguro de que todos os habéis cruzado con alguno así
"Dos tías, dos tías me he tirado esta noche, y vaya guarras macho ¿Cómo que no me crees? Que te parto la boca"

No son los únicos ejemplos pero son los más habituales.
Uno se pregunta a menudo como puede ser que se haya llegado a estos extremos.

Este tío representa todo aquello contra lo que siempre he luchado
Una prenda que aúna utilidad y elegancia, convertida en esto.
¿Se supone que debo quedarme de brazos cruzados mientras estos infraseres vilipendian todo aquello que es bueno y puro?

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Como se nota que no trabajas a la intemperie

dunkeleith dijo...

Joder, me acabo de acordar de repente de un sombrero de paja que me regaló mi bisabuelo de crío, que cojonudo era para el verano, tenía una cintita de tela alrededor de la sesera y todo.

Al final acabó tan escarallado que me lo podía poner de collar, jojo.

Macarrismo dijo...

A lo mejor he trabajado a la intemperie más que tu tolai.

Tontismo dijo...

Calla puto funcionario

Tereso dijo...

Y después están las imitaciones de los Panmá Jack, que se arrugan y no poseen las mismas cualidades que un original. El presidente yanqui Roosevelt (el asmático, no el otro) llevaba uno de paseo por las Américas y el respetable público quedó tan encantado que corrieron a comprarlo. Las modas son así de gilipollas e implacables.

O mira esto y llora: http://www.elarmariodelatele.com/fisica-o-quimica/

Anónimo dijo...

Y cuando trabajabas a la intemperie, te ponías algo en la cabeza?

Macarrismo dijo...

Gorro de paja, gorra de publicidad o pañuelo a lo chicano, que si te da mucho el sol en la cocorota te resientes.

Anónimo dijo...

Estos que has puesto en esta entrada ya se les ve que pintas de trabajar a la intemperie no es que tengan muchas, pero si han estado trabajando durante la noche tienen que ponerse algo en la cabeza, sobre todo de paja, para que el sol no les lastime, los pobres.

Anónimo dijo...

los sombreros de paja te dejan la cabesa perdía de chemen

Anónimo dijo...

etee xoo lo utiliso sieeempre, me funsionaá chee...!