como los monos de gibraltar

martes, 6 de septiembre de 2011

Pateando la calle: la posibilidad del microcrédito


Tengo mi yonqui de cabecera. Es un yonqui, como no podía ser de otra manera, enjuto, con una piel curtidísima por el sol, marrón chocolate, como esos cueros acharolados por efecto del barniz de poliuretano. Es verle y entrarte ganas de sentarte sobre él, como si fuera el sillón de un casino de provincias.
Todos los días le veo y algunos me ve él a mí. Sin duda el burro adulterado ha provocado un tsunami en sus meninges porque, cada día, es como si me viera por primera vez aunque se muestra cauteloso. Intuyo que, como el sordo autoconsciente que modula la voz para no dar voces como un poseso, tiene claro que su memoria reciente está hecha cisco y me da un tratamiento formal pero con un puntito de reconocimiento. O que yo me hago pajas mentales, que también puede ser. (Casi) todos los días nos encontramos y si el tráfico lo permite nos damos charleta en el semáforo que ha convertido en su base de operaciones. Que si vaya calor, que si las Vespas le recuerdan a cuando de jovencito vió "Quadrophenia", que hay que ver como vienen las niñas este año, que si tal y que si cual. Es un tipo francamente simpático a pesar de los pesares que, barrunto, deben ser muchos. Últimamente anda dándole vueltas a la idea de tener un buen día con los pañuelitos de papel e invertir en una neverita que llenaría de cocacolas y cervecitas y luego, tal vez, meterse en el negocio de los ambientadores. Dar un servicio más personalizado al cliente. "Cedés", le sugiero. "Mecheros", contrataca. "O tabaco", dice saltándose el turno. Le digo que cada vez fuma menos gente y de los que fuman algunos no lo hacen en el coche. "Tengo que darle vueltas", me dice frunciendo el ceño.

Mañana volveremos a empezar desde cero, como un "Memento" sin tatuajes.

24 comentarios:

paca dijo...

Qué ventana tan bien ejecutada Don Julito!

Don Julito dijo...

Qué maja eres, paca

Manuel Sainz dijo...

Que estampa: los dos allí, junto al semaforo, atontandoos con los malos humos que os dejan los coches y calibrando las posibilidades de algún nuevo negocio que permita sobrevivir (y colocarse un poco) hasta el día siguiente.
Cuando le vuelvas a ver (y te vuelva a ver él a ti) hablale de la posibilidad -remota pero cierta- de llegar a ser felices algún día sin drogarse y sin trabajar. Aunque ¿para qué?

Anónimo dijo...

La homosexualidad amenaza a la familia. Sí, esto lo digo yo, que he visto a muchos homosexuales infelizmente casados, con hijos y fornicando por ahí con otros hombres. Los he visto en discotecas gay y luego en el supermercado con la esposa e hijos, empujando el carrito de compras. No me puedo imaginar la clase de vida que llevan. O quizá sí: llevan vidas dobles y vacías.

Se casaron después de que amigos y parientes les insistieran en que “se les estaba yendo el tren” o de que las amigas impertinentes les insistieran en que ya era hora de formar una familia, de que deberían de tener una mujercita que les hiciera la comida, les lavara la ropa y les planchara (justo lo que hace la doméstica).

Que los amigos los tildaran de “culero” cuando desistían asistir a una barra show o a un prostíbulo, o porque no se cogieran a la vecina calentona que le tiraba los calzones. Que les cuestionaran por qué no tenían novia con esa cara y ese cuerpo. Que no hicieran comentarios adicionales sobre que las “mujeres son bien ricas” y qué cual era la mujer ideal para ellos. Si blanca o morena, piernuda, delgada o rellenita. Que cuál era la mejor posición, etc.

Después de tanto ataque a su virilidad, decidieron acallar los rumores y tomaron a la fea del barrio, porque para ella, ése hombre era una bendición y se casaron. Así vemos a tipos guapos con una chaparra negrita de la mano en el supermercado y los niños empujando el carrito, y de vez en cuando, ellos, mirando a otro hombre de reojo.

Son esos hombres infelices, que tienen hogares infelices, llenos de desasosiego. De gritos e insultos, de peleas y finalmente, de desintegración. La verdad, esta es una verdadera amenaza a la sociedad.

Anónimo dijo...

El rebeco


La longitud del cuerpo en los ejemplares adultos oscila entre 110 y 130 centímetros, a los que hay que añadir los 3 ó 4 cm aportados por la corta cola. La altura en la cruz es de 70-80 cm y el peso varía entre 20 y 30 kg.

Anónimo dijo...

muy instruztibo, hoygan!!

Anónimo dijo...

Es una historia MUY HUMANA.

tere dijo...

YO tAMBIÉN DESTACO ANTE TODO La
parte humana

Macarrismo dijo...

Julito, el Ken Loach de Madrid sur

Una pegamita dijo...

Hola amigos, Yo me he separado de mi novio hace 1 semana. Por cierto yo era mayor que él 15 años. El primer año era muy cariñoso y fogoso en la cama. Después cambió de trabajo y empezó a tener amistades que no le convenían y volvió a consumir cocaína. Y yo sin enterarme de nada, hasta que un día le leí mensajes en el movil y me quedé a cuadros, cuando ví que en los mensajes hacían referencias a hombres maduros que él escribía y buscaba relación sexual. El siempre me dijo que era efecto de las drogas pero que él no era ... que era la cocaina que le hacía tener esta conducta. Estuvo en tratamiento 2 años para su adicción a las drogas y yo le ayudé con todo mi corazón, con unas pastillas que le quitaban todo deseo sexual, osea que no hicimos nada en 2 años, y yo con toda mi paciencia para que el se curara aunque yo siempre achaqué la culpa a mi edad, aunque yo sabía que él me amaba con locura igual que yo a él y hasta hace 4 meses que dejó las pastillas siempre dice que no tiene ganas de hacer el amor. Nuestra relación ha sido muy dificil, aun queriendonos, nos hemos separado y yo ahora le guardo rencor porque no fue valiente para afrontar su condición sexual, aunque lo hemos hablado muchas veces el siempre lo ha negado. Ahora después de 1 mes de separarnos lo echo de menos por que lo amo, pero no podía vivir así, creedme es muy duro. me gustaría saber si realmente una adicción a la cocaina puede dar desajustes en la condición sexual o es que tiene miedo a salir del armario. Un beso y gracias por escucharme.

dunkeleith dijo...

Mental breakdown.

Anónimo dijo...

Esto que es?

Un consultorio sexual?

Un consultorio psicológico?

Un consultorio de citas?

Una casa de putas?

Pegamín?

Anónimo dijo...

http://bit.ly/ebX2zg

Manuel Sainz dijo...

Amiga pegamita, si me permites la intromision en tu problematica a mi me parece que la desajustada eres tu. Que manía con considerar la homosexualidad como un desajuste. En mi molesta opinion el maricón va tan descaminado como el heterón. Por otro lado otra manía recurrente es poner de pantalla la sexualiad para enmascarar cosas más importantes como que se agotó el amor de tanto usarlo por ejemplo. Total que yo que tu no le daria más vueltas y me buscaría la vida por otro lado, que seguro que la encuentras, y a él que le den colakaina o por donde más le guste.

Manuel Sainz dijo...

El mensaje de Anónimo sobre la amenaza de la homosexualidad a la familia a mi me resulta esperanzador. Ojalá acabe con ella, sería un alibio para todos.

NOTA INFORMATIVA dijo...

En Pegamin somos respetuosos con: homos, heteros, gordos, flacos, altos, enanos, bajos y,por supuesto, con las mujeres.

dunkeleith dijo...

He acudido al Pegamín en busca de una verdad a la que aferrarme.

Manuel Sainz dijo...

Hombre claro, NOTA.

Ay dunke, verdades en Pegamín hay muchas aunque no creo que sean muy seguras. Puedes irte al garete si te aferras a algunas.

Buenas noches a todos.

Don Julito dijo...

ACTUALIZACIÓN: ayer no estaba mi interlocutor en su semáforo. Estoy algo preocupado.

Don Julito dijo...

Ya no salta la censura, hurra! por fin hacemos humor blanco!!!

Anónimo dijo...

Blanco como tus astas. Amunt Valensia!!

Anónimo dijo...

Blanco como la tez de tus partenaires cuando se hacen la muertita para que dures un par de minutos sin correrte, gatillo facil

Anónimo dijo...

Decías de la censura, pegasellos?

Anónimo dijo...

Pegasellos, atiende, que te está hablando un transgresor: es del arleti y toma drogas