como los monos de gibraltar

miércoles, 1 de febrero de 2012

9 comentarios:

Anónimo dijo...

¡CERDO!

Tereso dijo...

en el cole una vez nos llevaron de excursión a una casa rosa que en otro tiempo había sido habitada por un prócer. Hasta lago tenía. Mi madre me había hecho bocadillos que como siempre eran los menos apetecibles de los viajes y no sé bien la razón, porque la cocina se le daba bien. La cosa es que era subirme a un vehículo y entrarme ganas de cagar. Y el viaje de vuelta, con los sanguchitos dentro de uno y la fruta entremezclándose con los jugos gástricos hicieron que mi estómago se pareciera a un reactor nuclear. Y quedaban tres horas para regresar. Tres putas horas de suplicio fecal. Tres horas acurrucado y mirando el reloj en el fondo del autobús, con mis compañeros viendo el percal y partiéndose el culo de mi situación. Instándome a ir al WC del autobús al que no iba a entrar por temor que las chicas, o lo que es peor, mis colegas me acusaran de hombre fétido para todo el resto del curso. Había que aguantar y así lo hice. Y cuando llegué a mi casa, con la gota de sudor cayéndome por la mejilla, saludando a mi madre con un "me cago" fui partícipe de una obra dantesca, el horror, había salido un monito de mi orificio anal. Tenía pelos por todo el cuerpo, nariz y boca, y sabía la formación de mi equipo de fútbol de memoria, la que salió campeón en el 96.

Triste dijo...

Sin duda el sufrimiento propició el acceso a un estado de gnosis mágicka de tal magnitud que engendraste un golem fecal, Tereso. Es una variante de la llamada "postura de la muerte" de Omar Spare que nunca habría sospechado, y si a la tensión intestinal le unimos el angst escolar, eso es una bomba que no puede fallar.

Supongo que a partir de ese momento se sucedieron acontecimientos aún más tremebundos, porque un miniyó como ese tiene un potencial increíble, sobre todo para canalizar las fuerzas destructivas de un prepúber.

¿Qué pasó con el oscuro egrégor, Tereso? ¿Causó desgracia a tus enemigos? ¿Manchó las paredes blancas del aula en tu examen final de álgebra? ¿Se te rebeló y acabó estallando ante tus ojos mientras gritabas como un Bruce Banner color marrón?

paca dijo...

Precioso!!!

Anónimo dijo...

De casa hay que salir cagado

Anónimo dijo...

¡Sal de 4chan!

Tereso dijo...

Hay que ver. En casa siempre cago, que no estamos atentos. Sucede que la mierda ha marcado mi vida como a Leolo, el niño de la peli esa. Me recuerdo en viajes a ciudad capital con mi madre y yo intentando superar mi propios esfínteres o retorciéndome por los rincones. Son cosas que marcan y que dejan mella, pero que abren la puerta a nuevas y misteriosas aventuras gnósticas-fecales. Si a los jugadores del equipo uruguayo de rugby les marcó trincarse a sus compañeros de equipo a mi me marcó aguantarme medio día un mono aullador intentando salir de mi ojete. Con la diferencia que esos compañeros que ellos se almorzaron están allí, pero de una manera mágica e intangible, como en un sketch de Jodorowsky, pero a mí esos golemcitos simiescos me acompañan transubstancialmente en mis salidas al ECI, al Diamante de La Latina con su subsecuente serrín, o a esas galerías comerciales infernales llenas de rampas salidas de un cuento de Ballard en las que con un papel extrasatinado con la biografía de Los Ramones me limpio el culo malamente alguna extremidad de ese simio que quizo ser.

Anónimo dijo...

no entiendo nada. en el cromo tan sólo se vislumbra ebullición púber. a qué viene esa fijación a la merde?

ano nimo dijo...

Eso te pasa por no tener las horas cogidas para cagar, yo ahora llegan las 8:30, despido a mi novia en la puerta del piso con un "no me olvides" en la boca y me cago como un mirlo.