como los monos de gibraltar

domingo, 4 de marzo de 2012

18 comentarios:

paca dijo...

Jajajajaja

Anónimo dijo...

No entiendo la gracia

Anónimo dijo...

Una mujer casada abandona a su marido, al iniciar relaciones lésbicas con una amiga del matrimonio. Pronto otra mujer se sumará a la relación, entablándose un trío sáfico, mientras que el marido abandonado descubre su naturaleza bisexual con un amigo.

Anónimo dijo...

Aaron, miembro de una secta siniestra, se infiltra en el laboratorio de un famoso doctor especializado en inseminación artificial y cambia las muestras, poniendo semen del diablo. La primera mujer inseminada no puede resistir el terrible embarazo y muere. La segunda mujer va a abortar, acompañada de su marido, y son atacados por Aaron. Hellen, la tercera mujer que se ha quedado embarazada, da a luz. Ha nacido un pequeño diablo.

Anónimo dijo...

Miguel es un chulo profesional, o sea, que se dedica a vivir del oficio más viejo del mundo pero del otro lado de la barrera. Se encarga de preparar a un par de chicas para que ellas trabajen y él cobre. Un día decide ampliar capital y hacer nuevas inversiones en carne humana porque las que tiene no le rinden. Busca a un chica ingenua y la prepara para la vida moderna; pero ella no quiere perder la honra. Todo ello ambientado en el marco de la posguerra española.

Anónimo dijo...

Una historia de amor entre un hombre y una mujer, y de amor al prójimo. Una historia de integración y de concordia sobre el fondo de nuestra guerra civil. Un teniente anarquista, que ha intentado un golpe de mano, llega malherido a un convento de monjas que, llevadas por un sentimiento de caridad, no se deciden a entregarle. El teniente es, desde entonces, huésped y prisionero de las religiosas. El ambiente del convento, el afecto y generosidad de aquellas mujeres, la limpia inclinación que siente por una novicia, el noble comportamiento de un capitán nacional, producen efectos positivos en el teniente, y así, poco a poco, se abre camino en él sobre los viejos rencores unos sentimientos de comprensión, de fraternidad y de amor.

Anónimo dijo...

Julián es un trapisonda y un mujeriego. Podría haber sido un futbolista, pero tiene demasiadas mujeres. Huyendo de un marido ultrajado, dos de sus amigas le visten de mujer. Para divertirse se contrata en un equipo de fútbol tomando la personalidad de una famosa jugadora argentina.

Anónimo dijo...

colorín colorado

Anónimo dijo...

Pablo, un pesado que no se come un rosco juntando letras, decide dar la brasa desde el anonimato en un blog del tres al cuarto en un último y patético intento de demostrar lo que vale. Necio como es no se percata de que ni es el lugar ni la forma, y que acaricia el triste momento en el que alguien mente a su santa madre.
Mediante retazos de historias que apestan más que un eructo después de un gazpacho, pone de manifiesto su mediocridad creativa que pretende disimular dotando al personaje principal de la coplilla de nombre propio, con el burdo propósito de hacer la historia más verosímil.
En un momento de lucidez Pablo se mata a pajas dejando a todo el personal tranquilo. Al final, un coro de ángeles sexuados canta el Aleluya mientras se ve a Pablo tendido en el suelo de su habitación con la picha floja asomando por la bragueta. La escena final funde a negro.

Anónimo dijo...

este cuento

Anónimo dijo...

tenemos entre nuestros comentaristas a un guionista de televisión? televisión española, claro.

Anónimo dijo...

Se ha acabado

Anónimo dijo...

¿Quién es Pablo?

Anónimo dijo...

¿Sergio?

faibistes dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
faibistes dijo...

PARTIÓ DE JAMAICA
Partió de Jamaica
rumbo a Nueva York
un barco velero, un barco velero
cargado de ron
Y en medio del mar
el barco se hundió
la culpa la tuvo el señor capitán
que se emborrachó
No siento el barco
No siento el barco
que se perdió
siento el piloto
siento el piloto y la tripulación
pobres muchachos
pobres pedazos de corazón
que la mar brava, ay, ay, ay
que la mar brava, ay, ay, ay
se los tragó
Señor capitán
déjeme subir
al palo más alto, al palo más alto
de su bergantín
pa(ra) poder mirar
al fondo del mar
a ver si los veo, a ver si los veo
señor capitán

Si no sabes cantar esto, no sabes ni emborracharte en condiciones

ramonkarlos dijo...

Si sabes cantar eso, eres una almóndiga de persona.

paca dijo...

Está como epifánico, dirigiendo un juego de rol en un seminario de esos de seducción científica que comentábamos hace unos días.