como los monos de gibraltar

miércoles, 23 de mayo de 2012

Bares periféricos pegamin II: El horror de Ibias



Como ya he dejado meridianamente claro en diversas confesiones en el FS soy un joven de procedencia rural y lo que los jóvenes heteruzos de procedencia rural hacen cuando se aburren es a) cometer actos contranatura b) matar animales pequeños c) intoxicarse o d) ir en coche a destinos remotos donde podrán cumplir los tres puntos anteriores.

Nos situamos en una aburrida tarde de otoño, el cielo lleva gris dos meses y no tiene pinta de ir a cambiar en otros dos excepto para llover.
La hoja de ruta para el fin de semana es clara y concisa: subir a las montañas en una vieja c-15  parando a beber un vino en cada bar del recorrido.
Un objetivo noble, beber hasta perder la consciencia y morir en un aparatoso accidente de circulación o de hipotermia en un prao y unos medios claramente insuficientes: 20 euros por cabeza y una c-15 de dos plazas para 5 personas.

Como la inmensa mayoría no estaréis familiarizados con el noroestete ahí va un pequeño plano que os ayude a ubicaros desde vuestras zonas de referencia.




Es una zona montañosa llena de bosques de robles y castaños, montañas nevadas, pueblecitos abandonados, cascadas, dólmenes, castros celtas, osos y lobos.

La comarca ha sido extraordinariamente bien tratado por los fondos europeos sin lo cuales probablemente seguiría en el siglo XIX.

Una desoladora sensación de vacío existencial y horror me embarga siempre que la visito y no puedo evitar acordarme del monte Medulio (seguramente situado en la zona), de como este lugar bien pudo el Vietnam de unos pobres legionarios romanos y de un poeta local:


Caminar entre sombras es lo mismo

que dar vueltas por sendas mal seguras
en el fondo sin fondo de un abismo.
Juntando a la verdad mil conjeturas,
veía allá a lo lejos, desde el coche,
agitarse sin fin cosas oscuras,
y en torno, cien especies de negruras
tomadas de cien partes de la noche.
¡Calor de fragua a un lado, al otro frío!...
¡Lamentos de la máquina espantosos
que agregan el terror y el desvarío
a todos estos limbos misteriosos!...
¡Las rocas, que parecen esqueletos!...
¡Las nubes con extrañas abrasadas!...
¡Luces tristes! ¡Tinieblas alumbradas!...
¡El horror que hace grandes los objetos!...
¡Claridad espectral de la neblina!
¡Juegos de llama y humo indescriptibles!...
¡Unos grupos de bruma blanquecina
esparcidos por dedos invisibles!
¡Masas informes..., límites inciertos!...
¡Montes que se hunden! ¡Árboles que crecen!...
¡Horizontes lejanos que parecen
vagas costas del reino de los muertos
¡Sombra, humareda, confusión y nieblas!...
¡Acá lo turbio..., allá lo indiscernible!







Hay un par de comunas jipies fundadas en los 70 en las que sobreviven mujeres alemanas de mediana edad y algunos jipis old school. Sobre el tema se estrenó hace poco la película Vilamor, un claro NLHVNLV.



En en siglo XVIII los dominios del marqués local fueron denominados "coto y jurisdicción cerrada de horca y cuchillo". Un descendiente de dicho marqués posee una enorme cantidad de terreno con "castillo" y pista de aterrizaje de avionetas y organiza una cacería anual a la que es invitada la flor y nata de la baja nobleza europea.

En tiempos hubo cantidades ingentes de oro explotadas (literalmente) por los romanos y minas de wolframio explotadas por los alemanes durante el III Reich.

Los crímenes sanguinarios no son comunes pero están continuamente presentes en el imaginario colectivo.





Los suicidios sin embargo sí son comunes pero se evita hablar de ellos. El triángulo dorado, exótico nombre dado por mi para atraer el turismo, es la 4ª o 5ª zona con más suicidios de Europa occidental. Curiosamente no aparece en la mayoría de rankings ya que muchos de estos suicidios se hacen pasar por muerte natural o accidente para poder cobrar subsidios y seguros. Este es un tema muy evitado del cual solo he encontrado referencias en libros y revistas de los 70-80 y en Cuarto Milenio.

A las 5 horas de viaje nuestros pronósticos eran buenos, el vino a 45 céntimos había supuesto un desahogo económico y solucionamos el problema de espacio metiendo a tres personas en la caja de la furgoneta, nos habíamos bañado desnudos en un río casi helado bajo un puente romano y habíamos visto un jabalí.

Ese mismo día tenía lugar un boda entre dos familias importantes en alguna remota parroquia con lo que en cada bar nos preguntaban si eramos del mozo o de la moza, contestando en cada bar una cosa distinta.

Otra actividad connatural a los heteruzos rurales es hacer el gañán hasta extremos inimaginables de vergüenza ajena lo cual provocaba que cuando sonaba alguna canción de nuestro agrado nos parásemos  en medio de la carretera y saliéramos del coche a bailar. En una de estas coreomanías casi somos atropellados por un coche así que comenzamos una persecución digna de las tomas falsas de Drive que acabó, por casualidad, en un poblacho cercano a San Antolín de Ibias, uno de los "núcleos urbanos" de la zona.




La aldea constaba de unas 20 casas, más de la mitad en ruinas. Un imponente palacio con capilla barroca que obviamente había vivido tiempos mejores albergaba en el ala menos derruida un pequeño bar. Tras descubrir que era un bar (no había ningún tipo de cartel, el único indicador eran una mesa y sillas descoloridas de cocacola) entramos para la consumición de rigor.

Entonces no había visto la matanza caníbal de los garrulos lisérgicos ni las colinas tienen ojos y era joven e ingenuo, hoy me lo pensaría dos veces antes de entrar en un lugar que guarda tantas similitudes con la tienda de comestibles de Dunwich.


El bar estaba a oscuras solo iluminado por la tenue luz (serían las 7 de la tarde a ) que entraba por la puerta y por detrás de la barra, que daba a un tendejón ruinoso. Lo primero que distinguimos al entrar fue un bulto negro y pequeño que vibraba en una esquina y, como adivinamos más tarde, era la madre del camarero rezando el rosario.
Tras acodarnos en la barra a esperar que nos sirvieran apareció un toli corriendo y medio gritando una letanía ininteligible, dándonos el puto susto del siglo. Cuando nos vio se quedo muy callado de repente y fue corriendo a la "trastienda". Mientras tanto descubrimos que el cubo de fregona que había sobre la barra estaba lleno de un coctail de frutos secos nobles (nueces, avellanas, almendras y kikos) y comenzamos a dar cuenta de él.
A los 5 minutos apareció el camarero cogiendo al toli por el antebrazo y dijo que solo había cerveza y viño de la casa con lo que pedimos viño para todos.

El vino era un tinto local absolutamente infame con cosas flotando más cercano al sulfato puro que al Don Simón.

El camarero era un individuo medio jorobado, de unos 70 años, bastante sucio y con esa pluma soterrada que tienen los antiguos maricas de pueblo.

Tras unos 15 minutos de tensión extrema en los que único que se escuchaba era el crujido de los frutos secos y las letanías del subnormal, cuando ya pensábamos irnos el camarero nos invitó a todos a una cerveza solo dios sabe con que oscuros propósitos. La conversación empezó, como no, preguntándonos si íbamos a la boda (aquí contestamos que no, que estábamos de turismo), aliviado al saber que no nos contó todo tipo de escabrosas historias sobre la rivalidad histórica entre la dos familias y como su rivalidad se remontaba a unas lindes en los años 40. Eso y que la novia era una puta "foi a ovedo catro anos e non fixo nada mais que gastar os cartos" y el novio estaba metido en la madera y el neo-esclavismo de brasileños.

Durante la charla una vaca intentó entrar en repetidas ocasiones al bar y el subnormal la echó corriendo detrás de ella con un palo todas ellas.
En un momento dado alguien soltó un sonoro COÑO y fue el único momento en que la vieja dejó de rezar (o dormitar) y nos miró fijamente durante unos segundos.

Al cabo de tres horas era noche cerrada y estábamos demasiado borrachos así que preferimos arriesgarnos a volver a la furgoneta antes de que el viejo nos ofreciera alojamiento en su casa. Por lo pronto se ofreció a acompañarnos hasta el coche "por se non o encontrades que é escuro" y nos invitó la mitad de las consumiciones (unas 50 tazas de vino y unas 10 cervezas por 15 euros). Cuando ya estábamos arrancando apareció corriendo y nos dio una bolsa de papel llena de frutos secos para el viaje y nos dijo que a ver cuando volvíamos a subir a visitarle.



Tristemente estábamos tan borrachos cuando llegamos / huimos del pueblo que ninguno de los participantes recordamos como se llamaba ni sabemos llegar.





Al cabo de una hora de dar tumbos orillamos la furgoneta y salimos a tomar el aire antes de acabar muertos en una cuneta. Puedo decir que aquella fue una de las experiencias místicas más intensas que he vivido. Casi en lo alto de un monte pelado, noche sin luna, ligera intoxicación etílica y de repente nos encontramos con un puto menhir enhiesto al cielo estrellado.
Y bueno ya sabéis como son esas cosas, sensación de disolución, temblores y cosas muy profundas y muy tontas.
Total que largamos de allí cagando hostias y repentinamente sobrios.








18 comentarios:

Walter Thomas dijo...

El plano ayuda bastante a entrar en el relato y tengo que decir que
me ha encantado este Apocalypse Now de clase turista.

paca dijo...

Interesante amalgama de tropos pegamitas.

priest dijo...

Está genial, Mac. ¿Te has ligado a alguna moza con la historia?

Macarrismo dijo...

Creo que esta historia y un ejercicio práctico de arribismo digno de GasparHauser contribuyó una vez, pero luego me desdeñó por "yogurín".

Miralasilvia dijo...

Qué guay, Mac. Me ha encantado.

Anónimo dijo...

clementina?

Anónimo dijo...

no, silvia

Don Julito dijo...

Muy divertido, Mac
el costumbrismo, si además es gallego, extremeño o vasco, es muy divertido

priest dijo...

A ver, a ver, ahonda en eso del arribismo...

A mi también me han desdeNado una o dos veces por jovencito. Quiero decir, cuando efectivamente lo era, no ahora.

La que peor me sentó fue en unos san fermines. Grrrrr

Walter Thomas dijo...

Priesito, ser desdeNado en san fermines es muy jodido, con ser bípedo y no estar cagado suele bastar.
Claro que el kit-metal es complicado cuando te mueves contra un fondo con una paleta de colores que va del blanco al rojizo calimochero veteado de gris mugre. Destacarías, y , como ya has comprobado, lo que sobresale del caos reptante uniforme, acaba comiendo churros con un cachi de cerveza viendo el encierro.
¿Hiciste romería por las franquicias jebis del lugar ? Porque si ya la endogamia tribal no te funciono...

Macarrismo dijo...

Ni Silvia ni Cle que va, ésta era 3D.

No es Galicia exactamente Julito, es más como Kosovo o Transistiria, depende de A, se habla lo que hablan en B y lo reclama C.

Con arribismo me refiero a seguirle más o menos el rollo y guardarme mis opiniones sobre si sus amigos son unos gilipollas, que deje de hablarme de grupos de mierda que no me interesan o sobre el garito asqueroso al que quería llevarme.

Don Julito dijo...

Eso no es arribismo, Mac, eso es supervivencia...arribismo sería si esa noche ya te hubieras follado a dos y te arrastraras por conseguir un hat-trick. La diferencia entre ser un especulador del coño y un honrado joven con ganas de hacer faciales es este pequeño matiz

Macarrismo dijo...

Quizás por eso no follo, maldita integridad mal entendida.

priest dijo...

Waltersito de todos los Tomás, sí, esa fue una noche dura; rechazado por ser un joven de veintipocos primero, vacilado por mis amigos en un bar porque ponían una versión tecno del highway to hell después y finalmente lanzado borracho en un carrito de la compra por la calle para caer desmayado tras el impacto. No, no fue una noche fácil.

(Creo que he mezclado varias noches de san fermin juntas, pero ya sabéis lo que es eso)

accionista mayoritario del coño de tu vieja dijo...

Y los mercados, qué opinan de los especuladores del coño?

Don Julito dijo...

Que han conseguido que el mercado de los chochos se colapse...urge intervención

priest dijo...

Jajajaja

priest dijo...

Ha sido un inside job como la copa de un pino