como los monos de gibraltar

viernes, 12 de marzo de 2010

ROMAN!



Viene de PINKU! y PINKY!

El género enfrentado con el pinky era el Roman Porno. Y en este caso su identificación se encontraba en la producción de Nikkatsu. Si bien el nombre, que se traduciría a algo así como porno romántico, no es para nada significativo de lo que alberga en todo su haber. El roman competía con el pinky a base de ofrecer más sexo explicito. Pero normalmente desde una visión extremadamente vejatoria y fetichista, compuesta de dilatadas escenas carnales sugestionadas por humillaciones de todo tipo, las que haya que reconocer que llegaron a tener un corte bastante natural en su rama sadomasoquista. Otro hecho diferencial era que no había necesidad de redenciones finales, esas máximas pinky de mujeres vengativas aquí no eran condición indispensable, es más, era habitual otorgarle a la mujer un papel sufridamente opuesto o en el que evolucionara de recatada virginal a guarrona concupiscente. Algo que acabaría llegando a cotas altamente tremendistas, teniendo poco que envidiar ya entrados los 80 a las cintas de AV parafílicas japonesas más locatis. De hecho, su longevidad es mucho mayor (aproximadamente hasta el 88) y por eso el roman llega a incluir imágenes de genitales difuminados, lo que se viene a denominar Bokashi (cosa de la que por cierto se puede encontrar cierto precedente en las obras de Ishii), muchas veces infundados y con el fin de fomentar más aún el morbo. Este abuso del bokashi en su declive también hizo que se perdieran las imaginativas e inumerables formas de tapar genitales, recurso que se distingue como una de sus grandes virtudes cinematográficas. También cabe destacar en estas su económica duración, rondaban los 75 minutos, un parabién que hace que todos sus excesos no pesen en el metraje.



La principal estrella del roman porno fue Naomi Tani. Considerada la reina del SM japonés, siempre emplazada a peliculas que incluyeran escenas de bondage maquiavélico (lo que los japos llaman Kinbaku-bi), en donde demostraba su flexibilidad y versatilidad a la hora de soportar el doloroso placer. Actuaciones que en parte se solapaban con sus tendencias sexuales en la vida real, y que le llevaron a sacrificarse de tal manera que incluso no iba a la playa para no tomar el sol y poder conservar esa preciada piel blanquecina. El aspecto de Tani en los 70 ya era de cougar, había trabajado con productoras independientes haciendo pinkus en los 60 e interpretado algunos papeles como mujer de acción. De hecho en su físico y, sobretodo en sus tetas, se puede presenciar cierta decadencia cronológica, notándosele en cada film que pasa el peso de las ataduras (ejercicio que también se puede hacer con la perdida de silicona de Dyanne Thorne). Uno de sus filmes cumbre es Flower and Snake [51], el que dió pie a una prolifica serie de películas que llegan a la actualidad, todas destinadas al deleite BDSM del publico. Esta concretamente trata de refilón la industria del sadomasoquismo, contándonos la historia de un joven que es hijo de una Mistress que regenta este tipo de negocio, aunque aún así, él sea todavía virgen debido al trauma infantil que le provocó ver a su madre follando con un negro. Esta situación hace que su jefe lo tome por un versado experto, el cual le cede a su reacia mujer (Tani) para que la inicie en este tipo de practicas y doblegue su orgullo, derivando finalmente en el florecimiento de la perversidad de esta.



La dirección corría a cargo de Masaru Konuma, que fue uno de los directores roman mas prolífico de Nikkatsu. Dentro de su descomunal producción cabe destacar su saga de finales de los 80 titulada Woman in the box [52], ya presa de los excesos bokashi en los estertores del género, que trataban sobre secuestros de vírgenes y posteriores vejaciones, en las que la parafilia dominante era encerrarlas en cajas con la cabeza fuera. De ellas era guionista Kazuo Komizu, al que apodaban Gaira por el kaiju del titulo The War of the Gargantuas [53] (igualmente conocida por Frankenstein's Monsters: Sanda vs. Gailah), el cual ya se imaginaran como sería el colega. Una emblematica figura pinku, que llegó a guionizar a Wakamatsu en los 60, además de otros roman como Female Market [54], que se limitaba a agresiones varias a un grupo de mujeres encerradas en una nave industrial por una mafia de trata de blancas. Aunque por lo que sea más conocido es por las aberraciones de Guts of a Virgin [55], que igualmente entran dentro de las ultimas epocas, siendo unos despiporres absulotamente psicotrónicos, con carnicerías sanguinolentas y mamadas a pollas en carne viva, que les ha granjeado cierta repercusion entre el sector goreras, convirtiéndose probablemente (aún siendo poco representativos) en los romans más mentados.

Para variar, con Tani apretada por las cuerdas y bajo la dirección de Konuma se rodó Wife to Be Sacrificed [56], un desangelado amour fou en donde su ex-marido la secuestra y la somete a sus perversos juegos. Otra historia que de nuevo nos lleva a la sumisión como liberación, aunque en esta ocasión desde un prisma más macabro. Terminado la trayectoria de Tani tras retirarse en uno de sus momentos álgidos (como la mayoría de actrices mencionadas), con Rope and Skin [57]. En la que Tani, fuera de un rol de mujer sumisa, interpreta quizas uno de sus papales con más fuerza, con una gambler que inevitablemente cae embutida en las cuerdas más cabronas por parte de unos yakuzas. Como todas era cantante, pero con la peculiaridad que, al igual que Reiko Ike (que también tuvo uno del palo), su LP se destinaba plenamente al onanismo más literal, donde entre shamisens se ponía a gemir y susurrar de manera insinuante. Pero para rareza, por la red corre una película titulada Danoniroku Kanshu Tai Zenshuu (de la que dejo constancia con elink) datada del 84 y de inexistente información por ningun lado, que contiene cortes de metrajes de sus películas con insertos de una chavalita en una sala de proyección.



Dentro de lo ingente e ignoto del roman cabe destacar a Oniroku Dan. Un escritor de novelas SM que iban de la manita con el género y de la cuales se adaptaron un porrón de romans, que se encuentra inéditos en occidente y muchos de ellos aún perdidos en lefosos VHS japoneses. Una de sus obras más populares es la serie de libros en la que se basaba la ya mencionada Flower and Snake. La que en un principio distanció a Dan del cine después de pillar una perra tras una adaptación que no consideraba fiel, cosa que se le paso pronto, convirtiéndose en un emblema inseparable de Nikkatsu. En parte gracias a sus buenas relaciones con Tani (las cuales ya suponemos por donde irían), a la que le dio su merecido colofón en Rope and Skin. Y es que si Konuma era el director de Tani, este era el guionista de cabecera que la puetaba con acrobacias sadomasocas. Aunque aún resulta complicado profundizar en sus obras, poco a poco van saliendo a la luz algunas con cuentagotas, como es el caso de Beautiful Teacher in Torture Hell [58]. Titulo que ya deja claro de que va el percal (sino fuera porque lo de preciosa profesora es algo dudable, ya que Ran Masaki es bastante mostrenca), en donde nos encontramos con extensas humillaciones de mazmorra, con las que fantasmas del pasado pretenden doblegar el orgullo de una profesora de Kendo, a la que someten a un climax sado culminado con lavativas, que terminan haciendo fruto con la protagonista amordaza en un cubículo lleno de agua, peces y mierda.



Otro nombre propio es Yasuharu Hasebe. Director que curiosamente rodó a principios de los 70 tres entregas de Stray Cat Rock [59], unos films que a pesar de ser de Nikkatsu están plenamente en la línea del pinky pandillero mas ortodoxo, al tratar sobre bandas de chicas callejeras que buscan venganza. Las protagonizaba un novata Meiko Kaji, la que en la primera, Stray Cat Rock: Delinquent Girl Boss [#], se metía en líos con yakuzas vestida de Pocahontas, haciendo de secundaria de la popular cantante boller Akiko Wada, una especie de Mari Trini. Para posteriormente en Stray Cat Rock: Sex Hunter convertirse en absoluta protagonista, dando pie a su reconocido look de pamela negra y estilete, con el que se enfrenta a base de botellazos de Coca Cola molotov a una banda de yakuzas que dan caza a los hijos mestizos de la ocupacional yanki. En ella como no podía ser de mejor manera aparecen en la actuacion de rigor las Jpoppies Golden Hafu, una girl band de medio japonesas, que también se dejan ver en Delinquent Girl Boss: Blossoming Night Dreams. Quepa decir también que Kaji y Hasebe se volverían a cruzar, ya en Toei, en una entrega de Female Scorpion, la Grudge Song [#].



Si en Stray Cat Rock Hasebe ya había metido algo de violencia y sexo, nada comparable con lo que haría posteriormente afincado en el roman porno, en donde se especializaría en el temita de manera extrema. De hehco sus films dieron pie al subgénero Violent Pink. El cual se le atribuyó a Assault! Jack the Ripper [60], que trataba sobre un pastelero que es alentado a abrir mujeres en canal por una camarera reventona con permanente con el fin de obtener un buen polvo post-homicida. Un rollete maníaco que le daba cierto aire a Giallo, toque europeísta que encima se veia aún más acentuado por una acojonante banda sonora de Dabadaba. Pero con lo que se ganó a pulso su fama de director especilizado en violaciones fue con la saga Rape! [61], la que se inicia con una historia con ciertos canones de rape and revenge, sobre la victima de una violación con síndrome de estocolmo. Siendo además la única colaboración de Hasebe y Tani, que para más inri, es la unica que le corta el rollo al violador dejándose. A esta le siguió Rape! 13th Hour [62], sobre un violador y su aprendiz perseguidos por unos rateros. La que contiene la otra cara de la moneda con una doble violación homosexual, en la que le llegan a partir los dientes con un martillo para meterle la polla en la boca. Finiquitando la serie con Raping! [63], que retoma el punto de vista de la victima y el rape and revenge involuntario de la primera, superando el record de violaciones reiteradas de Ms. 45 de Abel Ferrara con 5 por parte de agresores distintos. Además de incluir de nuevo una violación homosexual, en este caso a cargo de tres moteros leather. En ella también aparecía en el papel de puta traicionera Kyoko Aizome, la cual a principios de los 80 se convirtió en la primera estrella de AV de la mano del anteriormente mencionado Tetsuji Takechi, llegando incluso a hacer tijeritas con Traci Lords en Traci Takes Tokyo. Por ultimo a estas se debe añadir, en lo que se considera su hexalogia sobre la violación, Osou! [64], que sigue ese canon suyo y de la mujer roman en general que libera su lujuria tras el trauma. En esta ocasión con la historia de una policía que intenta descubrir la identidad de su agresor, dando de nuevo lugar a conexiones con el giallo, tales como que durante todas las incursiones del violador nunca llegamos a presenciar su cara, mostrándonos solo sus guantes de cuero negro y haciendo uso del característico plano en primera persona.



Nikkatsu tampoco dejó pasar por alto la obra de Rampo y adpató uno de sus relatos en Wacther in The Attic [65]. La que trataba sobre dos personajes que acababan cruzándose tragicamente en sus deseos perversos, un voyeur y una mujer que tiene filia por los payasos. Historia que además contenia como era habitual un tío enclaustrado en un sillón, una de las contantes de Rampo que explotó varias veces en sus obras, una de ellas en Black Lizard, en donde Kogoro Akechi se infiltra del palo, y que tiene su génesis en el relato La Butaca Humana. La malvada protaonista de este Rampo era Junko Miyashita, una de las reputadas actrices de roman, especializada en hacer de putilla complaciente en peliculas como Street of Joy [66] o World of Geisha [67], con polvos menos ajetreados que los de Tani, con la que aún así compartió elenco y caña en Rope and Skin. Tambien curró con Wakamatsu y participó en la polpular saga Office Lady [68], que estaba directamente destinada a la sangrada de nariz del auxiliar administritavo medio, que en japón son legión, e incluso llegó a ser reparto del enésimo Scorpion Woman Prisoner: Death Threat [69]. Aunque su trabajo más reconocido fuera con A Woman With Red Hair [70], un pinku con dejes dramaticos de mujer apaleada y calado obrero, que problamente sea el único roman porno de Nikkatsu que veran en una filmoteca. De hecho, esta pelicula le hizo alcanzar un lugar en géneros más convecionales, trabajando con gente como Hideo Gosha, uno de los referentes del chambara.



Por supuesto las temáticas exploit mas populares también estuvieron presentes. No faltaron las mujeres carcelarias, que se dejarían ver en Female Prisoner: Caged! [71] del inquieto Konuma, con indomables reclusas sufridoras de furor uterino forradas a latigazos por celadoras dominatrix en lencería fina. Y anterior a esta Sex Hell [72], la que parece una respuesta por parte de Nikkatsu al éxito cosechado por las Female Scorpion, incluso en su protagonista, Hitomi Kozue, que se da unos aires a Meiko, la que para mas semejanza protagoniza una escena de apuñalamiento a cámara lenta muy de la primera de Sasori. En todo caso como buen roman era mucho mas guarrete, meando en la cara de la prota, arrancándole los pelos del coño uno a uno y hasta mostrando con todo lujo de detalles un tampón sangrante. Entrando ya dentro de un seminal violent pink, y es que su director, Koyu Ohara, seguiría posteriormente la estela violatoria y, además, se dedicaría también a las monjas.

Suya es Sins of Sister Lucia [73], la que trata sobre la hija rebelde de un yakuza que es enclaustrada a la fuerza en un convento siendo carnaza, nuca mejor dicho, de las otras monjas. Y que aparte de nunsploit también tenía tintes de violent pink, entrando en escena dos presos perpetrando violaciones, uno de ellos incluso ataviado con hábitos. Lo que da pie a ese elemento tan de las roman, con las monjas, que no conocen varón y están hasta las trancas de tanto bollo, finalmente apollardadas con ellos. De hecho el reparto cuenta con habituales de Hasebe, como la camarera cara pan de Jack the Ripper, Tamaki Katsura, que también fue victima del segundo Rape!, y la protagonista de Osou!, Asami Ogawa, que sale monisima ella de monja con unas gafitas cuadradas. A esta le seguiría Wet & Rope [74], con las mismas constantes, pero esta vez sobre una chica que se mete a novicia tras sufrir una brutal violación. A lo que se le suman monjas bailando en una disco, un convento que es un prostíbulo, masturbaciones con pan duro y hasta el abuso de una novicia encima de un borreguito de Norit en una logia orgiastica. Tema eclesiástico que por supuesto tampoco dejo pasar Konuma en Cloistered Nun: Runa's Confession [75], la que trataba de una monja despechada que pretende vengarse del lio que habían tenido el crápula de su novio y su hermana (que hace caligrafias con el coño). A deferencia que las otras la pullita religiosa está bastante diluida por un tono dispersamente cómico, aunque no falten sacerdotes violadores, lesbos entre sores y apetitos sexual desordenados varios. Siendo una película para lucimiento de Luna Katamura, que venia al dedillo al ser mestiza, la que aunque habia hecho papeles de secundaría en otras peliculas, como el de la costurera descuatizada de Jack The Ripper, era más cantante Pop que otra cosa. Habiendo sido la integrante más medio japonesa de las anteriormente mencionadas Golden Hafu, y marcándose aquí un single Pop muy de comedia erótica italiana que no para de sonar y un tema de gospel tórrido como main theme.

Supongo que no hace falta aclarar que unas cuantas se quedan en el tintero. Esto es solo un repaso somero de la mastodontica producción de romans que se llevaron a cabo, llegando incluso en su epoca de esplendor a estrenar hasta 7 películas por semana. Lo cual da a suponer un catalogo del copón, que no es que tenga muchos visos de distribuirse que digamos.

INDICE DE PELICULAS

7 comentarios:

paca dijo...

Yepa Sr. Superwoobinda!!

paca dijo...

Vamos a ver, ya está leído, ahora lo tengo que mascar, Es la retrospectiva cinematográfica más extensa que he leído en internet.
tenía una idea general de alguno de estos géneros y he visto algunas de las películas pero de la mayoría ni idea así que me va a resultar muy útil.
El tema de la misoginia Japonesa, de la misoginia en general en realidad, me fascina.
La representación bien como mal atávico, bien como infraser moral, copa de vejación, o diverso tipo de mobiliario masturba-violatorio... no es específicamente japonesa, es (poniéndonos jungianos) un yuyu cósmico del patriarcado que se manifiesta en todas las culturas patriarcalmente estructuradas. La representación artística ya sea por la via pulposa y de bajo presupuesto como en esa cosa llamada alta cultura obedece a los mismos patrones y resulta sencillamente mesmerizante.
En general la representación de la vejación el dominio y la sumisión de las mujeres en el cine viene a ser el vehículo de los miedos culturales de la masculinidad, que se levanta sobre la premisa de la amenaza constante a la identidad entendida como circuito de poder.
Incluso en aquellas películas en las que las mujeres se transforman en vengadoras, en las que matan vejan y torturan... hay una pobre comprensión de como se ha ido construyendo la psicología de las mujeres para integrar este tipo de cosas.
Las reacciones de esas mujeres en la ficción son reacciones masculinas ante la vejación y la violación, que son anatema de la masculinidad. No hay venganzas realmente femeninas, en el sentido cultural de ese adjetivo. Básicamente porque la venganza, la vindicación es siempre una prerrogativa masculina para los patriarcados...
Lo dicho mucho que mascar, me ha encantado el abanico de entradas. Genial Sr. Superwoobinda.

Haciendo Amig@s dijo...

Qué alegría ver tantas pelis de Rampo, alguna que no he visto, y "Los pecados de la hermana Lucía" que, junto otras de monjas japonesas guarras, ya habían aparecido en la sección religión pop.

De todo este cúmulo de barbaridades orientales, lo más fascinante es la aportación que hacen los japoneses al pop creando un subgénero del cine: La mujer como espíritu vengador, algo que yo creo que fue copiado por el cine occidental y que homenajea-copia Tarantino con Kill Bill.

Paca, en lo pop no se busca comprender a las mujeres. Se busca convertirlas en iconos y reflejos de fantasías, generalmente sexuales... y no solo masculinas... En eso los japoneses fueron siempre unos titanes.

Y para más prueba de ello ahí está la serie de ciencia-ficción guarra, con todas esas roboputas y aliens violadores de bellas terrícolas...

Don Julito dijo...

Mu bien, criaturicas, ahí, cada loco con sus temas...hurra, viva y bravo

paca dijo...

Ya Sr. Haciendo Amig@s pero mis intereses antropológicos me mueven a intentar comprender las razones de esa iconificación. que algo sea un icono no quiere decir que lo sea per se.
Y ya le digo me fascina profundamente la representación de la misoginia...

roman pornanski dijo...

arrrrr

priest dijo...

Ay... hay por ahí una jaca que me lo endereza a base de bien