Esto me ha recordado algo, por esas misteriosas conexiones que tiene a veces la mente.
Ayer por la noche volví a ver Asignatura Pendiente, de Jose Luis Garci. Es una película muy recomendable, aunque tiene sus cosas, por lo que quizá no sea para todos los gustos. Por ejemplo, hay una escena de cama que la tengo marcada en la memoria desde que la vi por primera vez de niño. Salen José Sacristán y Fiorella Faltoyano, se supone que después de haberse juntado, pero el caso es que salen así con una pinta poco sugestiva, sobre todo el Sacristán, que la Faltoyano siempre fue para mí un mito érotico desde que era chaval. Y sale ahí el Sacristán tapadito hasta la cintura, mirando al frente y soltando una brasa tremenda, pero tremenda eh, y con un pecho anchoa y unos bracitos que son dignos de verse, de verdad, que es que es una cosa llamativa y que creo que sería cosa de la época, de la mala alimentación de la posguerra. Y yo creo que como me gustaba a mi la Faltoyano de pequeño, de tanta impresión que me causó a mí la película yo acabé queriendo ser como el Sacristán, así un tío soñador y sentimental, normalito pero muy verboso, que conquistara a las mujeres con su mundo interior. Porque hoy en día no creo que alguien pueda conquistar a una chica joven así sólo soltando brasas y con aroma a Ducados, como el Sacristán, ni con pecho anchoa, ahora hay que tener esa pinta de gorilillas de los chavales del parque, que encima se ponen unos pantalones que parecen paticortos.
En fin, que parece que no pero las cosas de la infancia le influyen mucho a uno de mayor.
José Sacristán es un tipo encantador, se disfrace de lo que se disfrace, que sale en una película y acaba gustando hasta los que podrían odiarlo por su filiación comunista.
Si tuviera que destacar un rasgo que sintetice toda la esencia de Sacristán este sería su nariz. Menuda nariz de pera que tiene, qué cosa más entrañable, que dan ganas de estrujarla a ver si caen higos chumbos.
Es un actor ideal para respresentar al antihéroe anónimo español, porque esa cara, ese cuerpo y esa nariz son de una tristeza que dan gloria verlas. Le veías en El viaje a ninguna parte y emocionaba, le veías en La Colmena y te entraban ganas de ir a Madrid a pasar miserias y fríos. Y en otra película se llamaba Cara-acelga, que es que no se puede pedir más.
Reconozco que Roma me gustó, entre otras cosas, porque en el fondo de mis sentimentalidades, me identifiqué con ese proyecto de escribidor curioso, lastimoso y moñardas al que encarna el brasas de Juan Diego Botto, y porque, Sacristán, sobreactuando como siempre y haciendo de escritor, decía a su adlátere "usa Garamond, es la más elegante" cuando yo siempre la he utilizado por ese motivo...
17 comentarios:
Me sulibellan esos bajos del pantalón.
Paca,Paca.....
Iba a decir exactamente lo mismo. Los monos de pata de elefante son el combustible de mi motor WARP.
Sr. Haciendo amig@s, es usted un tumbadamas.
Chupa clí...
Esto me ha recordado algo, por esas misteriosas conexiones que tiene a veces la mente.
Ayer por la noche volví a ver Asignatura Pendiente, de Jose Luis Garci. Es una película muy recomendable, aunque tiene sus cosas, por lo que quizá no sea para todos los gustos. Por ejemplo, hay una escena de cama que la tengo marcada en la memoria desde que la vi por primera vez de niño. Salen José Sacristán y Fiorella Faltoyano, se supone que después de haberse juntado, pero el caso es que salen así con una pinta poco sugestiva, sobre todo el Sacristán, que la Faltoyano siempre fue para mí un mito érotico desde que era chaval. Y sale ahí el Sacristán tapadito hasta la cintura, mirando al frente y soltando una brasa tremenda, pero tremenda eh, y con un pecho anchoa y unos bracitos que son dignos de verse, de verdad, que es que es una cosa llamativa y que creo que sería cosa de la época, de la mala alimentación de la posguerra. Y yo creo que como me gustaba a mi la Faltoyano de pequeño, de tanta impresión que me causó a mí la película yo acabé queriendo ser como el Sacristán, así un tío soñador y sentimental, normalito pero muy verboso, que conquistara a las mujeres con su mundo interior. Porque hoy en día no creo que alguien pueda conquistar a una chica joven así sólo soltando brasas y con aroma a Ducados, como el Sacristán, ni con pecho anchoa, ahora hay que tener esa pinta de gorilillas de los chavales del parque, que encima se ponen unos pantalones que parecen paticortos.
En fin, que parece que no pero las cosas de la infancia le influyen mucho a uno de mayor.
Te influyó chupar pollas?
Estás proyectando, amigo anónimo.
jajajaja.....
(amiga)
Vendo foto de José Sacristán en pantalón corto mordiéndose el labio.
http://bit.ly/aUAYMl
José Sacristán es un tipo encantador, se disfrace de lo que se disfrace, que sale en una película y acaba gustando hasta los que podrían odiarlo por su filiación comunista.
Si tuviera que destacar un rasgo que sintetice toda la esencia de Sacristán este sería su nariz. Menuda nariz de pera que tiene, qué cosa más entrañable, que dan ganas de estrujarla a ver si caen higos chumbos.
Es un actor ideal para respresentar al antihéroe anónimo español, porque esa cara, ese cuerpo y esa nariz son de una tristeza que dan gloria verlas. Le veías en El viaje a ninguna parte y emocionaba, le veías en La Colmena y te entraban ganas de ir a Madrid a pasar miserias y fríos. Y en otra película se llamaba Cara-acelga, que es que no se puede pedir más.
Qué grande Flor de otoño!!
Reconozco que Roma me gustó, entre otras cosas, porque en el fondo de mis sentimentalidades, me identifiqué con ese proyecto de escribidor curioso, lastimoso y moñardas al que encarna el brasas de Juan Diego Botto, y porque, Sacristán, sobreactuando como siempre y haciendo de escritor, decía a su adlátere "usa Garamond, es la más elegante" cuando yo siempre la he utilizado por ese motivo...
José Sacristán da grima, GRIMA.
ya estamos con los jóvencitos y su iconoclasia. Es una etapa que hay que pasar, en fin.
Jovencitos?
Que da grima es puramente cierto, nada de iconoclasia juvenil.
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