como los monos de gibraltar

domingo, 15 de agosto de 2010

CIENCIA-FICCIÓN GUARRA 31: Back to the 80s again

Ya hemos visto algunas películas ochenteras de ciencia-ficción guarra que tratan con alegre desparpajo nuestro tan querido tema del alien que viene a nuestro planeta a follar. Ahora nos toca repasar hitos del cine de esa misma época que retratan de forma casi inefable el otro gran tema de nuestro género favorito: el robot follable.

LA MUJER EXPLOSIVA (Weird Science, 1985) es una película dirigida por John Hughes, el director que mejor supo retratar la adolescencia americana de los ochenta, un verdadero sociólogo del acné y la inmadurez cachonda durante una época de esplendor sin igual de la cultura adolescente.
Dos pajilleros del instituto, obsesionados con su virginidad y con las chicas, deciden construir una mujer usando una muñeca barbie, un ordenador de los de entonces y realizando un rito que consiste en ponerse un sujetador en la cabeza.  
 Como resultado crean a Kelly LeBrock, que la verdad es que está un rato buena. Pero en vez de follársela brutalmente en plan gang bang, los pobres atontados no saben muy bien que hacer con la superhembra. El principal fallo es que no solo la han construido a partir de fotos de modelos de Playboy, sino que, en un alarde de ingenuidad conmovedora, le han metido en la  cabeza la inteligencia de grandes genios de la historia (mediante el infalible método de... ¡escanear una foto de Einstein y añadirla al programa del ordenador!). El resultado es de esperar. Lisa, que así se llama el engendro, resulta ser casi una psicópata, rozando peligrosamente el calificativo de hijadeputadelmal. Después de volver locos a los dos tontos con sus diabluras, Lisa finalmente demuestra ser una especie de Mary Poppins postmoderna que acaba trayendo paz y felicidad a la convulsa vida de sus creadores antes de desaparecer. Y es que las mujeres artificiales sirven para mostrar al hombre que sus fantasías de amor loco y sexo salvaje son chorradas. Que lo que hay que hacer es echarse una novia normalita, casarse y hacerte una familia de clase media, como todo el mundo. Que una cosa son las locuras de la adolescencia y otra cosa es la vida, que no os enteráis. Destacar que en esta película sale de secundario Robert Downey Jr., haciendo de capullo de instituto chulesco que martiriza a los protagonistas con sus burlas. Este personaje lo desarrollaría más adelante para crear al Tony Stark de Iron Man. Se llegó a hacer una serie de televisión basada en este hito de la ciencia-ficción guarra.

CHERRY 2000 (1987) es otra película imprescindible de los ochenta sobre mujeres artificiales follables. De nuevo nos topamos con una fábula que ridiculiza las ideas delirantes de los hombres sobre las hembras objeto. Sam Treadwell es un tipo del futuro próximo que vive feliz y contento con una robot buenorra y tontita que le hace la comida y que es, literalmente, una máquina de follar. Pero un día, mientras están fornicando en el suelo de la cocina, se le estropea la real doll robótica por culpa del agua que rebosa del fregadero. Pero el verdadero problema es que el futuro de Sam es una sociedad que vive una crisis económica permanente (es decir, muy parecida a la nuestra pero más exagerada) y eso hace que sea imposible encontrar piezas de repuesto para su esposa mecánica. Sam está tan desolado que hasta le repugna ir a un bar de solteros a ligar, pero los amigotes le convencen. Allí descubrimos uno de los motivos por los que Sam no puede soportar la idea de perder a su compañera robot; las mujeres reales de su mundo son unas hijasdeputadelmal que te obligan a firmar un contrato antes de mantener cualquier tipo de relación íntima con ellas. Incluso hay abogados de bar que se encargan de redactar los contratos y donde se estipulan cláusulas como, por ejemplo, cuantos polvos se pueden echar en una noche o si la mujer acepta una determinada práctica sexual. Un poco triste. Menos mal que nosotros aún no hemos llegado a eso...
 Sexo con electrodomésticos
 Desesperado, Sam decide arriesgarlo todo y se va de la segura ciudad para buscar repuestos en "La zona", un páramo a lo Mad Max, lugares llenos de ruinas y paletos infrahumanos sin ley que viven de la rapiña y de comerse los mocos. Como guía contrata a una improbable Melanie Griffith que interpreta a Eddie, una mercenaria especializada en ese tipo de operaciones de búsqueda de tesoros de la antigua época de esplendor de la civilización. Después de una serie de aventuras, tiros y persecuciones, pasa lo que tiene que pasar; Sam descubre que le gusta más la marimacho de carne y tetas que su antigua novia robot. Aunque quizá intuimos que Sam quizá prefiera que Eddie le ate a la cama  y lo monte en plan dominatrix que a su sumisa esclava artificial. Allá cada uno con sus preferencias en mujeres.

10 comentarios:

Don Julito dijo...

Está chulo

ramonkarlos dijo...

La mujer explosiva sigue molando mazo.

Don Julito dijo...

Como tú, Ramón, que también sigues molando mazo

Macarrismo dijo...

Un amigo solia comentar, sin venir a cuento la verdad, que sus primeras pajas eran con la mujer explosiva.

Ramón vuelve al pegamin!!

ramonkarlos dijo...

¡Gño!

Anónimo dijo...

Ey! Hay chica nueva en la oficina!! Es Triste?

Haciendo Amig@s dijo...

Tu madre si que es triste, que llora cada vez que te ve entrar por la puerta.

Anónimo dijo...

Francisco Ruiz? Tiene nombre de Proxeneta de caracoles.

Anónimo dijo...

Porqué te enfadas?

jorge manrique dijo...

Tras el efecto paca, tan gayer, será interesante el efecto paco, tan triste.