Continuamos con nuestro repaso por la ciencia-ficción guarra española. En esta ocasión traemos un caso curioso. "El caballero del dragón" (1985) es una ida de olla que tuvo Fernando Colomo, director y productor especializado en comedias modernas de las de entonces, con su Antonio Resines, su Ana Belén... esas cosas. Y de pronto le dio por intentar emular a un Spielberg y se produjo y dirigió una cosa que mezclaba extraterrestres con aventuras medievales. Se buscó un reparto internacional con un Klaus Kinski en horas bajas y un Harvey Keitel de vacaciones por Europa. Incluso lió al bueno de Fernando Rey. El resultado es un despiporre de la ciencia-ficción guarra, una oda al amor insensato entre terrícolas y aliens sexualmente confusos.
Veamos el argumento.
Estamos en una Edad Media genérica, no sé sabe bien cuándo ni dónde. Pero los tópicos están todos ahí. No falta uno. Hay una princesa (que es hija de un conde, lo que no tiene sentido) llamada Alba que está muy caliente y deseosa de catar varón. Pero su padre no le deja acercarse a ningún macho y la tiene prisionera en el castillo. Como es inevitable, ella se escapa en busca de sensaciones que sacien sus apetitos. Al final eso se traduce en bañarse en pelotas en un lago, justo donde hay una nave espacial escondida pilotada por Miguel Bosé. Sí, amigos, como lo oyen. Un andrógino del espacio exterior, un alien ambiguo que se enamora de la princesita al ver su culito menearse en las plácidas aguas del lago.
Veamos el argumento.
Estamos en una Edad Media genérica, no sé sabe bien cuándo ni dónde. Pero los tópicos están todos ahí. No falta uno. Hay una princesa (que es hija de un conde, lo que no tiene sentido) llamada Alba que está muy caliente y deseosa de catar varón. Pero su padre no le deja acercarse a ningún macho y la tiene prisionera en el castillo. Como es inevitable, ella se escapa en busca de sensaciones que sacien sus apetitos. Al final eso se traduce en bañarse en pelotas en un lago, justo donde hay una nave espacial escondida pilotada por Miguel Bosé. Sí, amigos, como lo oyen. Un andrógino del espacio exterior, un alien ambiguo que se enamora de la princesita al ver su culito menearse en las plácidas aguas del lago.
Que no vea yo que ese culito pase hambre, pirata
Las teticas son pequeñas,pero Ix en eso no se fija tanto
No sabemos que es lo que ha traído a Ix, que así se llama el visitante intergaláctico, a nuestro planeta; la película no lo explica. Pero si vemos que está lleno de amor por los terrícolas. A partir de ahí se inicia una historia de amor loco, con el alien, encerrado en su traje espacial, toqueteando a la princesa y ella, toda frustrada, convertida casi en una repelente hijadeputadelmal, exigiéndole que salga del traje para poder follar como conejos. De nada sirve que el pobre Ix, que no habla en toda la peli y nunca cambia de expresión, le explique telepáticamente que si se quita el traje se muere. Alba se cabrea con él y le dice que son todo excusas suyas para no follar. Que ella lo que quiere es tocarle y sentir su polla alienígena en su interior. Finalmente pasan un montón de cosas absurdas y el conde concede la mano y el resto del cuerpo de su hija a Ix y se quedan en nuestro planeta a engendrar una raza de híbridos andróginos que suponemos puedan ser andaluces o algún pueblo europeo de similar sexualidad confusa.
La tengo encandilada aunque no hablo ni muevo un músculo de la cara.
Destacar momentos cachondos (hay que recordar que lo cachondo forma parte de la ciencia-ficción guarra española) como el del fabricante de armaduras mariquita (que no está interpretado por Arévalo pero podría estarlo perfectamente), cual modisto actual, que le tira los tejos al caballero valiente pero tonto interpretado por Keitel, que se le nota que se lo pasa bien haciendo el bobo en una peli que ni comprende ni le interesa. En cambio el Klaus Kinski está como mustio, contenido, incluso triste, quizá recordando viejos tiempos de gloria cuando se peleaba a muerte con el Herzog durante el rodaje de películas legendarias. De hecho fíjense como en esta carátula del dvd americano ponen una imagen del amigo Klaus sacada, no de la peli de Colomo, si no de la de "Aguirre, la cólera de Dios".
Un vergonzoso caso de publicidad engañosa
La película fue un injusto fracaso, porque es lo suficientemente disparatada, con ese acierto de casting brutal que es Miguel Bosé de alien, como para pasar al olimpo de la ciencia-ficción guarra universal. Una superproducción del cine español que lo tiene todo: maricas, desnudos, efectos especiales, aliens y un reparto estelar. Colomo nunca volvió a tocar el género y se dedicó a sus comedias de madrileños modernos salidorros. Una pena.
22 comentarios:
Claro, como Bosé era "el Bowie español" pues le dieron un papel ad hoc...la recuerdo como no tan mala, a pesar de ser pésima, como lo que nos jalábamos de este palo en la epoca en que llegó al videoclub...había tontunas yanquis mucho peores, la verdad..además de ser una bizarrada por todo lo que dices: un reparto de histriones, mucha droga por ahí, miguel bosé (que no se nos olvide, es Bosé), Fernando Colomo, ese atrezzo...en fin...un joyón
y sí, la foto de Kinsky es la de Aguirre, que, por cierto, me la puse el otro día
Yo esta no la he visto, pero la de Aguirre me marcó. Qué planazos, ahí el Kinski rodeado de monos, y al lado un indio soplando la flautita... uf.
Im prezionante
Im prezionante
A mí Aguirre y Fitzcarraldo me dejaron tó loco cuando las vi de cani en la tele.
A mi de Aguirre lo que más me marcó fue cuando dejaban al pobre caballo tirao en la selva, solico, con las ropas esas que hacían que tuviera cara de pena.
Yo me quedé cartulina con Aguirre de cani...es de esas cosas que te dejaban mal cuerpo sin entender por qué
qué mono esta kiski haciendo de la señá klemen
¿Es cierto lo que dicen por ahí? (Que a Xabi le marcaron mucho la canción Chup Chup Avecrem de los Australian Blonde y la peli Historias del Kronen.)
Sí, pero no. Lo que dicen por ahí es que a xabi le marcaron mucho la canción "Rufino" de Luz Casal y la peli "Sé infiel y no mires con quien"
Debajo de casa hay un antro llamado Kronen. Pobres dueños, intentaron hacer un garito posmoderno e in y acabó siendo un bar de parroquianos jurásicos.
entrada sobre ese antro, YA!!!!!
Suele pasar eso que dices, Anónimo. El marketing en el mundo de la hostelería es un tema al que no se presenta la suficiente atención. Y, bueno, hay bares que abren y ya se ve que va a fracasar, y luego hay otros que nacen con baraka.
Es que ese había fracasado a priori: digamos que era el clásico bar en que ofrecen buen producto pero la estética te quita las ganas de ir, eso, olor a frituras varias, dueños apáticos, y demás. Los ex-dueños cambiaron de local y ahora tienen un restaurante, mismo estilo pero sublimado, con bastante éxito; los que llegaron, o sea, los dueños del famoso Kronen eran una pareja de amigos pochos cuarentones con mucha ilusión pero necesidad de un decorador gay que tirase todo tabique y acicalase el asunto. En fin, que no prosperó mucho el asunto. Además, es de esos bares en que hay una hilera de habituales en la barra analizando cada detalle del que entra con la luz y rompe el karma confesional del garito. Reconozco que cuando he tenido que comprar tabaco sí o sí, siempre ha sido mi última opción, y eso que lo tengo al lado. No obstante, diré en favor de esa meca del horror decoracional que en una ocasión tomé un café allí y lo encontré bastante correcto para lo que se ve.
Es que lo del café en un bar es una cosa que no se saca por la pinta...es como ver a alguien por la calle e intentar adivinar si conduce bien
Sí, la calidad del café en los bares es un misterio muy misterioso. Lo mismo vas a un bar de pueblo y está excelente, y al día siguiente lo tomas en una cafetería urbana con nombre de ciudad italiana y es que te sacude al primer trago. De juzgado de guardia. El café es sagrado y no se puede jugar así con la salud, hombre.
Comparar Aguirre con este truño, por todos los dioses...
Pues sí, encontré un café bastante bueno y hecho con amor, que claro, el café también depende de eso, y más en los bares, que si quién lo prensa tiene un mal día ya la hemos cagado...Aquí en Barcelona es misión imposible, y es lo que dice Julito, un misterio: en los sitios de más solera acaba pareciendo de cafetera de filtro, por no hablar de las consecuencias intestinales.
Y no nos olvidemos de la leche...si es buena, entera y, a poder ser, fresca, te disfraza un mal café...por eso el italiano suele ser bueno, el cafe au lait, digo...porque aparte de los maquinones del espresso allí gustan mucho de la leche fresca, de esa que te dura dos díítas, sin uperisación ni polladas de esas raras, que yo creo que son de vacile, como me decía a mí un tonto de mi barrio con la caja de los tononos, un mítico componente del motor de mi coche que era la causa de todos sus males..pues eso, que es la leche que bebíamos -algunos- de pequeños, antes del tetrapack, que es como de ciencia-ficción...por cierto, que en Marruecos también se estila la leche fresca y el café también es agradecidito...ahora, si lo que te gusta el el cortao o solo ya puede ser bueno porque eso no hay Dios que lo arregle ni aunque te lo sirvan en la Copa de Europa o en el Santo grial con la chocolatina esa pequeñina
Los desarreglos intestinales son otro cantar...ya puede traértelo Juan Valdés y habértelo molido Shakira con el chocho que hay una máxima ciertísima que reza:
"café y cigarro, muñeco de barro"
yo no fumo pero cuando he tomado café, más que muñeco, un peazo golem
Sí, la leche es factor importante. Aquí, en los bares y cafés, suelen poner una marca, que tiene como un sabor metálico, horrible ,y a la vez es densa, de esas que te dejan la boca pastosa...Un horror. En plan remember, a mi me encantaba una leche fresca, que venía en unas bolsitas de medio litro, de una cooperativa catalana de poca proyección. Sólo podía encontrarse en una tiendecita de una pareja de octogenarios que traían todo tipo de delicatessen vetustas. Nunca he encontrado nada similar.
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