Broncas pegamin XVI: Taxista VS Barrendero

Y todavía habrá quien diga que los habitantes de centro y sur america no son nuestros hermanos. Qué digo hermanos, ¡padres! ¡hijos! En el caso de un pegamin, incluso cuñados.

¿Es o no es españolísima la actitud de ambos contrincantes? Parece que va a haber hostias guapas, ahí con la pala de recoger chutas y trozos de perro muerto, y al final todo queda en unos cuantos "chinga tu madre".

Y ese movimiento del barrendero de "me echo para atrás pero cuando veo que ya no hay peligro hago un amago de acercarme", ¿acaso no lo hemos hecho nosotros cientos de veces? Porque, ¡como mola volverse tó loco cuando ya te sujetan un par de tíos que impiden que hagas nada! "Dejarme, dejarme, que a mi no me menta la madre ni Dios - Tranquilo, brodel, tranquilo, que te buhcah la ruina"

También esta la otra versión, claro, que al otro ya le estén sujetando y tú, que parecía que ya estabas calmado, aproveches la coyuntura y le metas una guasa en tol jeto. Ahí, de propina y a lo regalo de cumpleaños. Este año los Reyes Magos te van a traer solo carbón, mariconazo, pero no te preocupes que yo sí me he acordado de ti, ¡ZAPET! El jeto colorado por la hostia y por la impotencia de no poder responder. Y mira, si me lo pones así de fácil, te voy a meter otra. Por tu santo, que de los San Isidoro no se acuerda nadie, y por quitarle trabajo al ratoncito perez, que tienes ya un par de dientes colganderos ¡TROCOTÓ!

De la modalidad "Patada cobarde" que podéis ver en la foto ¿que me decís? Anda que no hemos conocido niños en el colegio que, iniciar peleas o meter puñitos, nunca, pero oye, que si en el contexto de un bollo o una paliza se podía meter una o dos pataditas manteniendo las distancias y luego salir corriendo... Que a nadie le amarga un dulce, jobar.
Estos solían ser los que acto seguido se desentendían del asunto, no les fuera a pillar la profe, y en el recreo, en las guerras de piedras, las lanzaban siempre desde una esquina.

Pero bueno, esto son cosas de niños y en ningún caso es extrapolable a la vida de adultos.