De los franceses podría ponerme a soltar horrores y no parar pero, hombre, algo si les voy a conceder; a la hora de morirse, lo hacen bastante bien (y por eso les animo a ello).
Pero claro, tener a un presidente de la repúbica de tamaño un poco ender que palma mientras le realizan una felación tiene que marcar lo suyo.
Se conoce que el buen Felix estaba gozando en su despachito de la señorita Marguerite Steinheil (sobre la que luego volveremos, porque también se las trae) cuando de pronto, pues oye, que se sintió a morir.
Ella, pobrecita mía, que cojones iba a notar, si los tíos somos unos teatreros de la hostia:
Ay, ay, que la cabeza se me va.
Oooohhh, oooohhh, Margueriteeee, Mar-gue-rite (esto ya sonaría incluso un poco lejano, con los ojos en blanco y la cabeza dando vueltecitas como siguiendo las manecillas de un reloj).
Marguerite, que me muero, je sui mort, Marguerite je sui petisui, petisui.
Pero bueno, fue un accidente. Una coincidencia. Vosotros la estáis viendo aquí a mi izquierda. Tiene cara de inocente (la he achatado un poco para dejarla más cara de pan. Creo que los jurados tienen una inclinación natural hacia la gente con cara de pan, gente a la que las abuelas pueden agarrar sin problemas de las mejillas. Es un elemento empático).
Osea, que los franceses se levantaron por la mañana, cogieron el periódico, leyeron la noticia, dijeron c'est la vie y se pusieron a untar mantequilla en su baguette.
Pero para nuestra heroica felatriz, los sinsabores (ja-já) de la vida no habían terminado. 13 años más tarde otro trágico acontecimiento sacudiría los cimientos de su existencia: su esposo muere estrangulado, su madrastra ahogada con su dentadura postiza y ella sería encontrada por la policía en una posición que solo puedo calificar de altamente erótica, atada a la cama con una mordaza en la boca. En la boca, repito.
Su testimonio era que cuatro enmascarados, tres hombres y una mujer, la ataron con el propósito de robar unos documentos. La policía, que, presuntamente, se toma su tiempo antes de desatarla, sospecha de ella pero al no tener pruebas deja estar el tema.
Pero, flipa, ella no. Sabe Dios con qué oscuro propósito, primero fabrica pruebas contra uno de los sirvientes y, cuando eso falla, acusa al hijo del amo de llaves. La cosa no sale bien porque el muchacho tiene una coartada como la copa de un pino y ella queda bastante en evidencia.
La policía decide encarcelarla porque todo lo concerniente a esta mujer huele y sabe a mentira. Además se ha descubierto que tiene pretendientes/admiradores/amantes por todos lados, incluyendo al honorable señor Sisowath, rey, agárrense, de Camboya. Sí, pues agárrame la polla. La rima es evidente hasta para la policía, que no sabe si partirse el culo o recordar el primer incidente en el que se vio envuelta.
El caso es que hay juicio, pero como tampoco hay pruebas, pues tras llenar unas cuantas ediciones matinales del periódico la dejan libre, no sin antes tacharla de mentirosa patológica. Ella se va a Londres, donde se volverá a casar y escribirá el libro Mis Mamadas Memorias.
Y a continuación os dejo con una galería de ataques al corazón.
Arrgh, otro youtube. Sin comentarios. Sin anécdotas. Sin biografía...
Hola, soy una dramatización de un problema muy grave
Uf, sí, ahí, ahí, justo ahí
Hola buenas, mire, que me está dando un infarto. Ya, sí, claro, todos ocupados, entiendo. Espero. Aquí. Con el cigarrito.
¡Dios, como me gusta exagerar!
Mira, yo ahora te giro el cuello así y el dolor se va, se va para siempre...
¡La carne roja, ha sido la carne roja! Una zanahoria, que alguien me de una lechuga y una zanahoria, rápido.
13 comentarios:
Lo de los infartos gráficos me ha parecido precioso!
parece que están cagando
Qué bonito ha sido esto, Priesito
El señor Faure tiene pinta de presidente haitiano.
mort al burbó
gracias cariño.
Marguerite je sui petisui, petisui.
XD
más bien brownie, dado su aire de ender haitiano
VOLVIERON A POSTEAR EN EL BLOG ANTERIOR?
Ender, que siempre ha sido un nostálgico de los viejos tiempos.
Me alegro de que os haya gustado a los cuatro.
Me tomo un polvorón y salgo de casa.
Me encanta lo de la manipulacion de la imagen.
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