Entro en el Lidl y en el pasillo de la verdura, entre tomates pochos y rábanos sucios, me la encuentro de frente.
Lleva un camisón de abuela desgastado, un abrigo verde medio caído y una media cuelga a mitad de pantorrilla. Juraría que calza unas pantunflas rosas. Camina hacia mi y va hablando sola, aunque me mira intensamente. Entonces lo veo.
Una espesa, espesísima baba cubre su barbilla. Nuevos colgajos se suman a la fiesta cada vez que dice una palabra. Cuando me cruzo con ella el tiempo se ralentiza: el frigorífico de los lácteos, al fondo del pasillo, es mi meta pero su cara se gira en mi dirección y vuelve a proferir palabras en un lenguaje extraño. Consigo esquivarla y comprar un yogurt, pollo, lechuga, tomate, calabacín, champiñones, plátanos y pizza congelada.
En la caja me la vuelvo a encontrar. Ha comprado una botella de agua.
Paga.
La cajera dice: Faltan dos céntimos
La mujer contesta algo y llena de babas a la cajera, que ni se inmuta.
Faltan dos céntimos, repite.
Babas sobre la cajera.
Faltan dos céntimos.
Babas sobre la cajera.
Faltan dos céntimos.
Babas sobre la cajera.
Faltan dos céntimos.
Babas sobre la cajera.
miércoles, 2 de febrero de 2011
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28 comentarios:
a mí eso de los céntimos me recuerda al DÍA que había enfrente de mi casa. siempre había tangana en la caja. de los supermercados chungos yo creo que el peor es el día. los clientes que íbamos allí éramos la escoria de los supermercados, los desterrados de mercadona, caprabo y demás templos de la alimentación. de hecho, en este que te digo, el hilo musical era un radiocasette que había encima del pan bimbo.
Hiperrealismo pegamin.
NO HIPERVENTILE PACA
En el Día, las señoras se enseñorean de las cajeras con sus tickets y su vista cansada. En el Lidl, te sientes más pobre y más sucio que antes de entrar. Pero bueno, eso me pasa hasta en Inditext, que he ido esta mañana, por las rebajas.Ya había comprado hace una semana, pero unos días después me pasé por la misma tienda y comprobé que habían rebajado las mismas prendas sobre el precio ya rebajado . No podía dormir y me daba mucha rabia. Así que he vuelto hoy y he cambiado la ropa por otra igual y por otras cosas nuevas.Pero me he pasado una hora en el probador, que lo odio. Me probaba un pantalón de una talla y luego de una talla más, y así varias veces, porque no me decidía. No sé si la talla grande me hacía bolsa o si la pequeña me hacía pirámide en el paquete y no me decidía. Ahí en ese momento he sentido el vértigo de la soledad y he envidiado al chaval del probador de al lado, que tenía una novia que le iba guiando: "no, no, ese te sobra de aquí y de aquí", "no, no, con ese jersey pareces Quasimodo". Al final he salido con todo el montonazo de ropa en mis dos únicas manos y me he llevado las dos tallas de pantalones.
Thumbs up! por la confesión anónima.
Qué cosa tan terrible es el consumo.
Ultimamente hasta los pegamitas andan bastante trascendentales y oscuros (en el fondo será la misma cosa de hablar de la muerte).
La vieja de la que habla priest es uno de esos seres que pululan por ahí cuyo cerebro no demasiado cultivado se ha quedado atorado en la verdad absoluta debido a la proximidad de la muerte, verdad absoluta que como no son capaces de discurrirla los deja reducidos a trapos que dan tumbos.
Qué heideggeriano le siento Sr. Dunkeleith...
Triste??? eres tú el de los dos pantalones???
A mi también se me vino a la cabesita el anónimo apellidado Triste. Joder, parece que nos conociéramos y todo. Y eso da un poco de miedo. El otro día fui al concierto de Ornamento y Delito que recuerdo posteó Triste y que todavía no había visto yo. Me imaginé que tranquilamente Millana podía haber estado ahí o que Ender podía haberme clavado la mirada, buscando información sobre mi persona.
Jajaja pareciera que estuviese surgiendo (y desde hace tiempo ojo) el motu conciliar previo a un cónclave.
Como si tuvieseis ganas de entrar todas en mutuo conocimiento.
Ni flugas unu Triste en la pegamino!!!
Los Días y LIDL son lugares en los que siempre está pasando algo. Algo chungo, claro. En el LIDL de Antonio Leyva había una cajera que nos miraba sonrisa y nos decía hola y adiós y eso en estas épocas es de agradecer. Y sorprendentemente la chica estaba bien rica. Y las marcas que tiene el LIDL: que si cerveza Finkel Brau, que si anchoas caucásicas, que si Vodka marca Vodka. En el Día que estaba junto a la calle Antonio López se podía hurtar a gusto; una vez una caja entera de leche nos llevámos y mi compañero de piso de aquella época siempre nos tría algo nuevo: una tarrina de cds o un paté, pero nunca dejaba sin cumplir su deber moral de robar algo.
Luego el día de cerca de Sáinz de Baranda, ahí había una cajera que entre los aretes y la música que tenía en el loro era como la versión sudaca de Amy Winnehouse. Pero oía reggaeton, evidentemente.
Luego en el de calle toledo que está en la galería de alimentación los clientes gitanos eran impresionantes: "me llevo esto, a ver espera, que tembién me llevo esto... no no, espera... que también esto." Luego reparaba en que no tenía suficiente y se quejaba de la situación económica. La cajera impertérrita mascando chicle.
Ahora también suelo ir al Día, los supermercados cutres me pueden, porque nadie te mira raro, y eres uno más de la escuela de discapacitados mentales. Color neutro. Los partidos de centro. La amalgama pegajosa. Allí una "peladita" reponedora incluso me tira los trastos cada vez que le pregunto donde están los huevos o si le pregunto por calabacines más grandes de los que allí hay o si me empuja fortuitamente. Y a mi eso me hace un poco más feliz. Es triste, lo sé, pero mucho más es contarlo aquí.
Joder...qué historia tan desoladora, Tereso...me ha hecho gracia un ratito, pero luego he visto a esa reponedora en mi cabeza, esperando que le tires los trastos y le invites a una servesa y acabes haciéndole un doggy style en el portal de su casa mientras te musita que no hagas ruído, que su madre le está cuidando al niño, con el culo lleno de granos...y tú ahí, con la barbaza, a punto del tirón en el gemelo, borrando de tu mapa mental del shopping el Dia de marras incluso antes de borrarla el tatu cutre de los riñones, como si fuérais de bandas rivales y el borrarla la firma de la pared de su coxis sirviera para sacarla de circulación...
tienes algún Condis cerca? si es así fóllala como un dios blanco a su malinche, pero asegúrate de que tienes un comercio barato cerca, que te veo yendo a comprar calabacines al lado de la Viguesa
me hubiese molado ir a ver a Ornamento y Delito. eran los del vídeo carlista, no? A ver si me bajo algún disco...
la cajera del DÍA que yo conocí era bastante simpática también. de todas maneras, tanto en el día como en el lidl da la sensación de que son esos fistros de clientes los que colocan el género en las estanterías.
Hay Condis y suelo ir. Cuando estoy de especial humor voy incluso al carrefour de aluche que es como estar en el Mercosur ese centro comercial.
Ornamento y Delito sacaron disco en octubre y con Limbo Star. Aun no lo he escuchado pero por lo visto son versiones remozadas de temas de otros discos editados a la antigua usanza. La casera, digo.
pues yo creo que la usanza casera, con el abaratamiento de los equipos y la oferta de software, cada vez está más vigente.
por cierto, en el día tienen las cajas petadas de productos que va soltando la peña hasta que les cuadra el presupuesto
Tereso, si eras uno de los cien viejóvenes con barbita que van vestidos con colores pardos (el hombre español viste pardo) que estuvieron en lo de Ornamento y Delito en Tabacalera. Pues seguro te vi.
Pues ya me parecíaa mi, lo que pasa es que yo no sé como eres y me dio como cosita mirar así a los ojos a c/u de las chicas: muchas de ellas iban acompañadas. Mejor así creo, que me encuentro con alguien del pegamín y no tengo ni puta idea de como reaccionaría. Yo iba de negro funerario. Ya ya tengo casi treinta así que creo que joven no soy que ni carné ni abono.
El verdadero horror es cuando te da por pensar que toda esa subhumanidad va en serio. Que es una premonición, un adelanto del fantasma de las navidades futuras, la advertencia de que fatalmente, al final, ocuparás tú el lugar protagonista en el escenario, dando asco a los sensibles jóvenes blancos e indiferencia a las supervivientes cajeras del altiplano del futuro.
Viejo, pobre, sólo y babeante, como un caracol con las antenas cortadas.
Que Dios nos coja confesados.
Se acerca a la caja de al lado un yonki y se pone a la cola. De pronto, de detrás de unos estantes de productos de limpieza, salta una reponedora y, sin mediar palabra, le mete la mano en el bolsillo de su cazadora raída, y la saca aferrando con su zarpa una lata de sardinas. La reponedora mira al yonki; el yonki mira a la reponedora. Ninguno de los dos dice nada. La reponedora se aleja mascullando y al yonki, de rostro cadavérico e inexpresivo, mirada ausente, le toca que le cobren el paquete de pan Bimbo que lleva en la mano y que ahora, es de presumir, ya no le sirve de mucho sin las sardinas decomisadas. El yonki mira a la cajera; la cajera mira al yonki. Hay un momento de tensión, como antes del duelo a tiros entre dos vaqueros o antes de que crucen sus espadas dos samurais. Pero en esta ocasión la banda sonora es un "Papa americano" fantasmal y lejano. Cuando yo mismo estaba a punto de gritar para que alguien diga algo, se escucha una voz quejumbrosa, ronca, como de papel de lija... "Creooo que me faltaannn diez céntimooos". La cajera le observa con ojos semicerrados. "No te entiendo lo que me dices", contesta con sequedad.
En ese momento la cajera que me atendía termina de cobrarme y salgo a la luz del sol.
Coño, como la guerra del fletán pero en versión doméstica
No compréis pescado en mercadona, que se lo roban a los sajarauys.
Pero si los saharauis no deben haber visto el pescado ni en pintura...para ellos debe ser igual de mítico que para nosotros los dragones
el ayún es puerto de mar
pero no les dejan pescar, no?
Lo del Sáhara es un montaje.
Sí, como los eclipses y el alunizaje
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