Yo estaba en un after, de estos que han florecido antes de las elecciones, oscuro, con música atronadora, los chicos y las chicas desarrollándose, las paredes palpitando, recordáis?
Yo estaba con un jovencito que había conocido allí. Llevaba sólo dos meses en Madrid, y era una de las piezas más codiciadas del after. Una pieza que sabía mía, fumábamos cigarrillos y bebíamos bebidas refrescantes, a sabiendas de que era el momento de disfrutar las drogas que recorrían nuestro torrente sanguíneo, en espiral, como parásitos haciendo carreras por debajo de la piel, recordáis?
Todo estaba lubricado a la perfección. El set, el setting, la promesa del sexo, el tanteo, el riesgo, la entrega previa, esa bolsa en el bolsillo a la que acudes de forma regular para asegurarte de que sigue ahí, de que la Realidad sigue jugando sus cartas.
Y entonces te vi. Casi te había olvidado. Emergiste de la oscuridad, como en una película de Lynch, sonriendo, tan alto, con esa sonrisa gigante, esas manos enormes de escultor, exactamente igual que en mi recuerdo. Y como no podía ser de otra manera, se agolparon en mi mente, con esa viveza que sólo da la droga las imágenes de aquel taxi, el moro, el bar clandestino, tu casa, la cama, mi despedida, una canción. Recordáis?
Viste que estaba ocupado, y noté cómo pensabas en alto que vaya por Dios, menuda movida, semanas volviendo a este lugar para esto, y ni siquiera quisiste pelear.
Poco después estaba en otro taxi, tenía otra mano en mi rodilla, otra casa, otra cama, otra despedida, y mientras volvía a mi casa con el Sol en la cara, me acordé de ti. Como me llevo acordando desde hace meses.
21 comentarios:
No sabía que Miguel Agnes tenía 14 años. Seguro que es de los que saca sobresaliente en lenguaje, un 10 siempre en los dictados.
En el fondo todos somos chiquitos mentales por aquí. a mi por lo menos me gusta pensar eso, jambo.
La canción muy apropiada miguel, aunque mientras leía tu post estaba escuchando stars de mr fingers (no me preguntes porqué) y se resolvió todo de bonita forma.
Stars también le va que ni pintada... Aunque hacía tiempo que quería postear algo de los Gay Poppers, y claro, quién se resiste...
Que la Providencia me conserve la edad, Jambo. Qué menos.
Joder, Miguel, estás in love total
No te creas, Julito. Que a mí el amor se me pasa en cuanto metabolizo el LSD. Al menos de momento...
De todas maneras, y no es por cortarte el rollo, si has usado Pegamin como otra gente utilizaba el Pais de las Tentaciones, intentando localizar al andoba en cuestión he de decirte que lo llevas clarinete: no nos lee ni el Tato...a no ser, claro, que te conste que, por ejemplo, el pájaro éste fuera Ender...aunque lo de las manos grandes de escultor...pfff...como que no
pd: llamarse "Gay Poppers" es algo como de Monthy Phyton
Lloro.
tengo los dedos como los bastos de las cartas
Qué va, Julito, si aquí todos tenemos los números de teléfono y los facebooks y los formsprines de todos.
He contado en exclusiva una anecdotilla del Domingo en el que Todo Empezó que enlaza con aquel periplo de tres días que conté por aquí.
Eso que pasa cuando estás con una presa y viene otra. Que tienes que elegir. Y gana siempre la última, claro.
Ender, ¿tienes dedos hipocráticos?
Tiene dedos hipócritas: si vieras como trollea el ioputarl!
Una tonalidad, la de esta historia a brillantes fogonazos, bastante sorprendente para pegamin.
Aunque difiero. Siempre no gana la última presa, a veces el depredador puede perder el reprise.
Yo haría lo que el guepardo: colgar mis presas de una ceiba, para que vayan tomando sabor y seguir cazando lo que se mueva para hacer despensa
Ponte a currar, puto funcionario.
Sí, hombre, todo el puto día...ni que fuera tú
Por narices, tienes que estar gordo
Julito hace spinning, y yogalates.
Y full contact con la madre de ese
ender, se dice los dedos como un catálogo de pollas, ¿sabes?
depende de la polla, pizarrín
tú la tendrás como un catálogo de mondadientes, cuerpo.
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