Los habituales recordaran que el local, ruinoso como él solo, lo regentaba un matrimonio con bastantes malas pulgas que lo mismo te recordaba que "las sillas no se mueven" como te ponían el ofertón de cali/cerveza+bravas. También todos recordamos que esas sillas a las que tenían tanto apego estaban sacadas de distintos contenedores de basura, única explicación plausible al hecho de que todas fueran diferentes. Bien, cierto, todo esto son datos conocidos.
Lo que quizás no recordáis es que a este matrimonio le solía acompañar un señor cuyas únicas dos funciones parecían ser abrir la puerta cuando alguien entraba o salía (hecho insólito, por otro lado) y recoger los vasos de mini de las mesas. Durante mucho tiempo pensé que el tipo era un habitual del bar, de esos que, sin pedir nada a cambio, comienzan a realizar pequeñas funciones dentro del mismo, como si de esa forma quisieran justificar su eterna presencia.
Pero no. Poco o muy poco, algo debía cobrar, porque fue empezar a saberse que iban a cerrar La Pepita por
Y desde que La Pepita cerró, allí está.
22 comentarios:
La Pepita...qué asco me daba, la verdad
Un verdadero asco, el emporio de las grasas saturadas. Y ese hombre también era de unas malas pulgas bastante plausibles. Una vez estaba con un pequeño transistor y le preguntábamos un poco de coña un poco en serio que cómo iba el atleti. Nos mandó literalmente a la mierda: risas de la afición.
Pero lo que dices es verdad, el tipo estaba ahí ad hoc como un becario de la facultad o uno de esod personajes de high fidelity que entre entusiastas y aburridos se van "metiendo en el negocio". O como un comentarista anónimo de Pegamín, que cojones.
Una vez, y solo una, pasemos el fondo del local y aquello era la locura sonora: un sinfín de ecos y reverberaciones que hacían que el local fuera más estrambótico aún.
A la mierda, como Labordeta, un titán!!!!!
¿El Pegamin 3000 Reloaded qué es, como el nº 12 de Mondo Brutto, una leyenda, un mito, una quimera?
Priesito, el próximo icono debe ser el sheriff de la Via Lactea, el marshall del r'n'r
El Pegamin 3000 Reloaded lo cerré porque Don Julito me regañó y yo le tengo mucho respeto.
No paro mucho por la Via Lactea, no sé a quién te refieres. Ese te toca escribirlo a ti.
Don Julito, nuevo Roures, controlando a la competencia.
No, solo protejo la calidad del producto: dí no a las falsificaciones
aquí lo único auténtico es ramó con sus cosas y millana bonita
La última vez que estuve en la Vía Láctea prácticamente me hicieron un registro al lado de los baños. En ese momento me di cuenta de que me tenía que cuidar más, de que tenía mala pinta y de que parecía un camello sospechoso.
En cuanto a La Pepita, me trae ecos de ternura de mi memorias juveniles. Ese bar puede estar muy bien en la primera juventud, cuando no se hacen ascos al asco, y hasta cotizan ciertas veleidades bohemio-cochambristas. Además, creo que tenían algún poster de los Ramones (pero también me puedo estar equivocando en este punto con La Vía Láctea). Aparte de las bravas y los minis, allí triunfaban las alitas, ¿no?
Las últimas veces que pasé por aquella castiza calle ya estaba cerrado. El cine porno seguía en pie, eso sí. Supongo que ya no.
Joder, cada vez me parezco más a Garci cuando habla de Madrid.
"cuando no se hacen ascos al asco"
Esto es arte y no el consorte de Elvira Lindyhomer.
El cine sigue abierto
La Pepita era una cosa roñosa y sus dueños unos miserables que entroncaban con lo más rancio y mísero de la picaresca española, como unos Dómine Cabra de la hostelería de tercera. Yo, que nunca he sido particularmente escrupuloso, no me comía unas alitas allí ni harto de porros y hambruna
Que por cierto, acabo de caer en que hoy he soñado con Madrid. Con las habitaciones y los pasillos que habité en Madrid, y un poco con las estaciones de metro y sus largas escaleras mecánicas. Creo que en alguna película ya se han usado esas escaleras mecánicas infinitas para simbolizar el camino al Infierno.
El caso es que estaba en Madrid pero también rodeado de familia. De familia extensa, de esa que siempre resulta extraña. Había un montón de niños nuevos, de cuñadas jóvenes, de suegras y cosas así. Había la incómoda sensación de estar de visita aunque estuviese yo en el salón, y había varios mandos para manejar la televisión y no sabía cuál era el propio.
De visita entre personajes de la familia, me sentía terriblemente huérfano. Y eso que estaba allí mi padre. Mi padre estaba preparando unos exámenes y al final yo le aconsejaba que repasara el estudio caminando, que el movimiento acompasa a la memoria y ayuda a la concentración. Me hacía caso y se disponía a salir a la calle, y de repente se travestía, con mucha naturalidad, con su bigote y todo. Parecía Moncho Borrajo pero más sobrio.
Yo estoy d vacaciones por tierras ignotas,por León.Informaré si veo algún garito pegamineco.Sois unos maestros del costumbrismo castizo.
A mi el personaje este que describis me recuerda al abuelo que esta en la puerta del molino, bar de coruña, cuya funcion es exactamente la misma, ademas de evitar que la gente entre o salga con bebida del bar. Con el agravante de que no es un vagabundo al que le pagan cuatro duros sino el abuelo, que a esas horas intempestivas mejor estaria en casa durmiendo o viendo cine de barrio o lo que vean los viejales, en vez de peleandose con chorbos enfariñados.
Creo recordar un cartel con esa misma caligrafía popular que se ve en las fotos que rezaba: "Porros no. Cuando los legalicen".
Teneis un humor muy raro... quien ha puesto al tontopolla del W.Toledo en la portería? Estaba recién comido y la primera arcada me ha traido aromas de patatas con carne.
patatas con carne... quién las pillara.
En un bar de mi pueblo, el bar del Lobo, de pescadores,cuando se quedaba el viejo, Carmen la Betunera, que era una señora mayor ninfómana que te saludaba agarrándote la polla, se colocaba con las grandes tetas fuera apoyadas en una barra y mientras el viejo intentaba tocárselas, toda la parroquia se lanzaba sobre el grifo de cerveza y se llenaban los vasos gratis. Y no fallaba, oigan, el hombre quedaba en un estado de hipnotismo tal al ver las tetas que hubiésemos podido pasar dentro y hacernos unos combinados tranquilamente.
némesis, la próxima vez que potes rico, rico con fundamento, guarda en una tartera para triste
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