Ante este panorama y la imposibilidad económica de permitirnos unos muebles decentes, se hace necesario un elemento que suponga una ruptura radical con su entorno. Un elemento que capte toda la atención del posible visitante. Un agujero negro de cejas arqueadas. Un pozo sin fondo de miradas ojipláticas. En definitiva, un simpático orinal saludando graciosamente desde debajo de la cama, quizás con algún derrape en su superficie para completar el cuadro y dar mayor prestancia al conjunto.
El orinal, reducido actualmente a mecanismo de entrenamiento pauloviano para los más peques de la casa, puede ser un elemento decorativo de primer orden pero también, correctamente utilizado, una fuente de gozo para matrimonios estancados en la rutina y jóvenes con ganas de explorar nuevos horizontes.
Imagine la siguiente situación que nos propone nuestro experto en relaciones de pareja, Rafael Centelles: son las tres de la mañana y usted se haya profundamente dormido. De pronto, movimientos en la cama hacen que usted pasé a un estado de semiconsciencia que le hacen permeable a sonidos externos. Entre esos sonidos, su subconsciente selecciona, con innegable criterio, los siguientes: unas bragas que se bajan, unas piernas que, en cuclillas, se abren y unos pelos púbicos que, al paso de la orina, parecen crepitar. Para cuando el torrente cesa, usted se encuentra completamente despierto y dispuesto a no dejar que su pareja lamente la ausencia de papel higiénico.
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El orinal es tendencia y marida perfectamente con unas zapatillas de abuelo en tonos grises y divertidas rayas azul cobalto.
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El orinal es tendencia y marida perfectamente con unas zapatillas de abuelo en tonos grises y divertidas rayas azul cobalto.
18 comentarios:
XDXD! MIEEEEEN!!
Hablas del orinal y pones la imagen de tu madre sin bragas meando, muy artístico
Yo he estado en algunos pisos que daban ganas de usar orinal antes que ir al baño
El orinal es una cosa a recuperar...el día que ví Anticristo y mi cansada próstata me dió el toque de madrugada me lamenté de no tener uno a mano o en su defecto unos buenos pañales de adulto...qué tenebroso puede ser el pasillo de casa para una mente impresionable
Una vez, hace muchos años, acabé injustificadamente en un hospital por una falsa sobredosis. Y tuve que soportar cómo el viejo de la cama de al lado cagaba por primera vez en una cuña de esas asistido por una enfermera sádica y marimandona. El pobre viejo decía: "No puedo", y la enfermera le espetaba "Y eso por qué?" y él decía, con un hilito de voz: "Es que me da vergüenza".
Y entonces me di cuenta de que ese era el verdadero motivo por el que estaba ahí, con un suero en el brazo y el cartel de yonky colgando de un dedo del pie.
Estaba aprendiendo a cagar por primera vez en público en una cuña de hospital sin tener que hacerlo realmente.
Julito, eso es por no hacer como las damas de la alta sociedad. Te copio y pego lo que dice la wikipedia del orinal femenino o Bourdaloue:
"El nombre Bourdaloue se dice que viene de un sacerdote católico francés famoso, Louis Bourdaloue (1632 - 1704), que daba sermones tan largos que las damas de la aristocracia que le escuchaban hicieron que sus criadas pusieran dichos orinales discretamente debajo de sus vestidos de modo que pudieran orinar sin tener que irse. Sin embargo, esta explicación es probablemente un mito."
Qué cojones mito, eso tiene toda la pinta de ser verdad.
Supongo que, además, te llevarías una buena regañina, ¿no? ¿Quizás incluso un capón? Los médicos es que son muy padres.
Yo en diciembre tuve que mear en una cuña de esas y además por cojones....no tenía ganas pero había que descartar sangre en la orina después del hostión y tuve que apretar mientras la colega me contaba su vida....eché tres chorritos y me dijo: "está bien, está bien"...a mí no me dió vergüenza pero me arrepentí de no haberme comido una buena lata de espárragos de tudela para haberla jodido la noche
Estuvieron tratándome fatal todo el rato y mirándome con caras inmisericordes, sí. Yo además, es que me negaba todo el rato a sus tratamientos y a que me inyectaran cualquier cosa sin que me informaran previamente.
Al final, tras pedir el alta voluntaria cinco veces me dejaron marchar con un "Tú verás lo que haces"
Un despropósito todo.
Eres como una estrella del rock, Miguel
Yo he tenido dos orinales, que venían con todo el pack completo que dejaron mis abuelos al morir. Cuando ocupé su casa, encontré en un trastero anexo al dormitorio conyugal una pila de pañales de viejo, varias perillas para enemas y dos orinales como dos soles de grandes, uno de ellos de genuina porcelana (al caer sobre este material, el chorro de la orina produce un sonido muy característico, de una musicalidad pretérita).
Lástima que mi madre tirara los orinales en una de sus visitas justicieras, alarmada ante los niveles de decadencia de mi vida. Los pañales siguen ahí, esperando.
Para las gentes del norte, podían haber puesto una rubia.
"Los pañales siguen ahí, esperando" Triste, no sé porqué te pusiste lo de Triste si eres la alegría de la huerta.
Hacía falta el reclamo de la bacinilla para que el Caballero de la Triste Figura volviese a resollar.
Hay que reconocerle a Anónimo Triste el esplín de los auténticos elegantes.
Lo suyo es un verdadero magisterio; el equilibro entre fondo y forma, que dirían los antiguos, Sr. Triste.
Precioso, precioso.
Eso de mear en público...
Qué cosa tan mala es el arrumbe de la dignidad y la gestión del propio cuerpo
Miguel eres el shaun ryder de pegamin, que parece que tus historias están como escritas después de un concierto en wembley, o algo así.
Mi hermano, el muy hijodeputa, tenía por costumbre robarle el coche a mi madre todas las noches con 17 años para irse quiensabía donde y volver a las 7 de la mañana, aparentemente fresco, y sin demasiadas heridas de alcohol. mi madre le echaba la bronca y se iba a currar visiblemente cabreada. lo cierto es que mi hermano se acostaba y no se levantaba hasta que el sol no se acostaba también... todo ello sin ir ni una vez al puto baño. ni una vez. hasta que una vez, entrando a la habitación y alarmado por el tufazo a tigre descubrí que usaba un cubo que hacía las veces de orinal. menudo cabrón, y vaya cabreos los de mi madre, que era la duquesa del pudor y las buenas costumbres. luego interpelaba a mi hermano por sus extravagantes comportamientos nocturnos y en un alarde de conciencia social justificaba sus jolgorios con el hecho de que no generaba gastos adicionales a su familia, pese a lo alocado de sus costumbres ya que con el póker y otros juegos de azar lograba sostener su desequilibrado sistema vital.
Madre mía, cualquier día van los de Cuatro a vuestra casa y os dedican un especial...qué vidas tenéis
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