"El Buda, la Cabeza Divina, reside en los circuitos de un ordenador digital o en los cambios de la transmisión de una moto con igual comodidad que lo hace viviendo en la cima de una montaña o en los pétalos de una flor. Pensar de otra manera es menospreciar al Buda, lo que equivale a menospreciarnos a nosotros mismos"
Zen y el arte del mantenimiento de la motocicleta. Una indagación sobre los valores (Robert M. Pirsig)
Para ser piloto de motocicleta profesional es conveniente, al igual que para jockey, ser enjuto, pequeño y fibroso. Un silbidito. Antonio -o Antoñito- (nótese que en mi barrio éramos muy cariñosos con los discapacitados y (casi) todos, incluso los que llevaban décadas cabalgando el hándicap y el transtorno mental severo, eran rebautizados con el diminutivo, salvo aquellos cuyo laberinto vital les empujaba a rozar la violencia extrema, la ilegalidad o el estupro) tenía él físico adecuado para ser favorito en el Gran Premio Mundial que se disputaba en su cabeza. No era bajito, desde luego, pero sí parecía un magrebí de esos que se levantan todos los inviernos la San Silvestre. También, como buen deportista de élite, era reconcentrado, meditativo y fijaba su mirada en el infinito, como Marisol cuando cantaba. Lo malo es que Antonio siempre estaba compitiendo con lo que se pasaba media vida en el circuíto y media vida concentrado en el hotel mental con su jefe de equipo y los mecánicos imaginarios.
Daba gloria verle llegar en su motocicleta virtual, ansioso, dándole unos acelerones que dejaban un eco interdimensional y unas marcas de rodadura que, casi, podíamos ver los incrédulos. Y no dejaba nada al azar en la performance: embragaba, cambiaba de marcha, desembragaba, aceleraba de forma paulatina y acababa abriendo gas a tope dándose unos tutes de correr que una cosa es decirlo y otra es verlo. Entretanto, empujaba levemente con la cadera para girar, movía el cuello en los baches, e, incluso, me atrevería a decir, pasaba frío imaginario y llevaría el pecho y los muslos fresquitos al subir a casa.
No sé qué dolencia del alma tenía Antoñito. Creo que no era una esquizofrenia tipo sino algo más relacionado con un retardo de nacimiento que todos achacábamos a que, las escasas veces que aparcaba la burra y le ponía la pitón, a veces se le veía acompañado de su padre, un señor mayorcísimo, que nos daba una posible pista de si la cigüeña trajo a Antonio fuera de plazo. Aunque tal vez, el hecho de criar a un piloto a tiempo completo, era motivo suficiente para marchitar a unos padres.
Aún si le pillabas antes de un Gran Premio, Antonio no interactuaba mucho con el resto del mundo. Pienso que para él solo éramos sombras en la caverna, manchas de aceite, baches y el rugir del público en la grada. Claro que, cuando algún listo le malmetía o algún desinformado le perturbaba, Antoñito, sin abandonar su rollo biker, mutaba de Valentino Rossi a Johnny Blaze y, aunque el cráneo no le ardía, daba unas hostias con la mano abierta tó satánicas. En ese momento pasaba a ser un Pagano o un Angel del Infierno con pinta de nerd, un outlaw con el código del 1% tatuado en el bulbo raquídeo, y daba igual que pudieras esconderte porque nunca podrías correr más que su burra. Yo nunca huí de los grises pero sí he corrido por mi vida delante del 7º de Caballería Motorizado que, con gafas de pasta y zapatos de rejilla, te pisaba los talones para masacrarte con una cadena imaginaria que dolía tanto como una real.
Saxon - Motorcycle Man
jueves, 19 de abril de 2012
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28 comentarios:
Qué tal en el curro?
Llevándomelo muerto
Cuál?
Baboso full time.
TPM
Tienen que venir las viejas glorias para dar un poco de lustre a este erial... cagondiosss.
No servís ni para sacudirme el rabo.
Yo currándome imágenes to guapas y viene TPM, el huevo Kinder de los ingenios, y lo borda. Ar-tit-ta.
Muy bueno Iulio, me he descojonado de par de mañana.
Jajaja, ¡es Phaedrus!
Ese barrio tuyo da miedo. ¿Quedan más mongos en la serie?
Me duele decirlo más a mí que a tí pero sí: quedan muchos más discapacitados señeros de mi antiguo barrio
Que no se te olvide la historia de tu puta madre, que se creía, o aparentaba creerse, granjera de Minnesota, en vez de maruja de Orcasitas, y ordeñaba cuanta polla pasaba por la calle, pensando, o aparentando pensar, que eran vacas en vez de jubilados, desempleados y estudiantes ociosos, y marchaba toa kontenta con su cubo imaginario.
El rapto está cerca:
http://youtu.be/AgfjWTGaMvY
Cosme, no sé si eres subnormal o aparentas serlo, pero si me mandas tu currículum al mail puedo incluírte en una de estas entregas apasionantes de Vidas Anónimas dedicadas a handicapados que son o aparentan serlo
Don Julito, tiene una capacidad de evocación fantástica.
QUÉ GILIPOLLAS!!!
Sí, Cosme, hazle caso a tu corrector y no seas tan gilipollas
Aguante Don Culito !!!
Calla, hijo de puta
Veo veo que cosme es 77
Y lo sabes por las veces que le has comido la polla, puto maricon
Julito, has omitido un detalle: Antoñito es tu hermano, pero de sangre.
Fdo. Otro broda del barrio.
ni ni ni
ni soy puto
ni soy maricón
ni le he comido la p a nadie
¿Por qué Ramón ya no pone chicas en tetas y con polla? :(
¡Homérico!
Para el biopic sobre D. Julito que estamos preparando ya ha confirmado Sean Penn el papel de Antoñito, John Malkovich quiere que le reservemos otro personaje del barrio. Rhianna quiere hacer de D. Julito y para los otros actores esperamos las propuestas de los miles de fans.
Habíamos pensado en Félix Rodríguez de la Fuente como director pero al parecer está ocupado por esas fechas, a lo mejor se la damos a Mel Gipson, que está en el paro.
Vete a dormir
VAC Y VAD
has vuelto.
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