como los monos de gibraltar

viernes, 12 de marzo de 2010

PINKY!



Viene de PINKU!

A raiz del pinku llegaron los géneros explotativos, uno de ellos el Pinky Violence. Curiosamente la manera de englobarlo se delimita al estudio de procedencia, en este caso la Toei. Su pretensiones eran meramente de evasión, lo cual se hacia desde el cine de formula, algo que está muy arraigado en el entretenimiento japonés (desde el manga al Supersentai), que suele recurrir a las estructuras marcadas por pautas comunes sazonadas con mínimos cambios. De hecho el pinky más común no es otra cosa que la repetición de tramas yakuzas y a su vez chambaras ya tratadas mil veces pero con personajes distintivos. Otra de las cosas que le caracterizaban era el uso de la música, casi todas las películas solían incluir actuaciones de artistas con intenciones descaradamente promocionales, así como tener temas de canción ligera hechos expresamente para la película, los que se usaban como interludios o casi siempre como cabecera, algunos de los cuales cantaba Keiko Fuji, cuando no directamente las mismas actrices de reparto. Así como tampoco faltaban las bandas sonoras (las que por cierto suele editar el sello Ultra-Vybe) de música moderna compuestas de Rock Psicodélico o Funk Ácido, lo cual se sumaba a su gloriosa estética setentera, suma que iba directamente destinada a epatar al publico joven que llenaba las salas. Y es que a este tipo de cine evasivo para jóvenes se le podría achacar ser una suerte de evolución del Taiyozoku, el cual trataba romances juveniles e historias de adolescentes rebeldes en los años 50. Sin embargo por otro lado, el pinky de ambientación coetánea, por sus temas recurrentes, sea identificable en su convulsión setentera con el Cine Quinqui celtibérico y otros géneros occidentales (algo más difusos) como el de Gangs Femeninas (tipo Switchblade Sisters del blanquito blaxploiter Jack Hill). E igualmente relacionable al Rape and Revenge de toda la vida y a la mala folla de las Panteras Negras subyacentes en el Blaxploit (Pam Grier al frente). Ya que sus cimientos en general se basan por norma en que el papel protagónico siempre es femenino, el que acaba derivando en una espiral de venganza personal, ya sea tras la muerte de algún ser querido o la violación o vejación del personaje.

Esto lleva al tan manido tema de la naturaleza misógina que se les suele otorgar a los nipones, dado ese tópico sobre la sumisión social que le acarrean a la fémina, con el estereotipo mas marcado para visión occidental en la geisha, la cual muchas veces se identifica equívocamente como una puta. A pesar de lo que se pueda pensar el temor a la mujer vengadora es ancestral en ellos. Unos de sus dichos populares reza tal que así: "Si las regañas, ponen mala cara. Si las pegas, lloran. Si las matas se convierten en espectros". Esto es algo que se trata generalmente en el Kaidan, el género literario, teatral y cinematográfico natural de las leyendas tradicionales, que versa sobre fantasmas con cuentas pendientes en su vida pasada. Así como sus derivaciones zoantrópicas con mujeres gato o araña y demás leyendas populares referidas a demonios, trasgos y goblins (onis, yokais y tengus). Así que se podría decir que, ese espectro de melena lacia que tapa la cara a una figura fantasmagórica desarrapada, se diferencia de la aguerrida mujer pinky en que ésta no necesita estar muerta para convertirse en una autentica Hija de Puta del Mal.



Los inicios del pinky se atribuyen al filme del 68 en B/N Ohyaku: The Female Demon [25]. Película que trata sobre una puta maldita, que tras ser violada, obligada a presenciar la decapitación de su amado y recluida a una isla de criminales, se tatúa un oni (demonio) en la espalda para ejecutar su ansiada venganza. La trama resume todas las constantes del género de un plumazo y crea lo que sería la estructura imitada a posteriori con unas u otras variaciones. Además de imponer la figura actoral femenina, algo imprescindible también, en parte, como reclamo hacia un publico ávido de presenciar a su victima a la par que heroína preferida en vericuetos chungos.



Este papel de Female Demon corre a cargo de Junko Miyazono. Actriz que al año siguiente haría una duología con un mismo personaje, aunque sin clara continuidad, diferenciándose de su papel anterior al adquirir en esta ocasión el rol de Geisha Vengadora, en este caso de motivación familiar, las cuales se titularon Okatsu the Fugitive [26] y Quick-draw Okatsu [27]. En estas Miyazono pasa de ser una señorita de dojo a una autentica guerrera. Teniendo pespuntes pinkus suaves que corren a cargo de alguna situación enfermiza, como la violación (velada) en una jaula de su madre por parte de criminales en la primera y, la suya propia mientras observa aterrada las torturas ejercidas hacia su padre en la segunda. También incrementados por la aparición de lupanares, en Quick-draw incluso incluyendo una escena en la que intentan forzar un traumático aborto con el pretexto de que la puta no sirve si le vomita a los clientes encima.



La peculiaridad de estos pinkys seminales era esencialmente su ambientación Jideaigeki, que es la que se engloba entre 1603 y 1868, anexando además el Chambara, por si hiciera falta aclararlo: el cine de katanazos y samurais. En todo caso si la norma era la contemporaneidad en las chicas vengadoras, igualmente proliferaron explotaciones de este palo por parte de la competencia y que como tales no se pueden considerar como pinkys de manera estricta. La Nikkatsu por su parte lanzó, aunque con ciertos tintes sobrenaturales y ramponiano cirquenses, Blind Woman's Curse [28], dirigida por Teuro Ishii e interpretada por Meiko Kaji, la cual encarna a la líder de una banda de yakuzas que arrastra una misteriosa maldición gatuna. También de Kaji son las dos archiconocidas Lady Snowblood [29], basadas en un personaje manga de Kazuo Koike (que irremediablemente recuerda a los personajes de Miyazono), en la que da vida a la hija de unos criminales que violaron a su madre, a los que da caza en busca de su truculenta venganza. Estas dos ultimas como respuesta de la Toho.



Trayendo a la palestra Koike quepa mencionar otras de sus adaptaciones. En este caso no la sexalogia de Lone Wolf and Cub [30], carente en su mayoría de chicha pinku, sino la trilogía Hanzo The Razor [31], la que las partes Hanzo the Razor: The Snare y Hanzo the Razor: Sword of Justice estaban dirigidas por Yasuzo Masumura y Kenji Misumi (venerable director de chambara, Zatoichi a la cabeza) respectivamente. E interpretadas por un bruto Shintaro Katsu, en el papel de detective del shogunato, el cual da vida a escenas impagables, como unos interrogatorios basados en el orgasmo a base de penetraciones suspendidas por redes y, ante todo, los entrenamientos de su arma mas poderosa, su polla, la que introduce en sacos de arroz con furia y apalea a base golpes secos con cilindros de madera. De su mano también corrió la mencionada Bohachi Bushido: Code of the Forgotten Eight.



Por otro lado, ahora si ya por parte de Toei, se realizó la saga de Ocho Inoshika. La que como curiosidad también fue encarnada por Junko Miyazuno en Delinquent Boss: Ocho the She-Wolf [32], un extraño anacronismo para el personaje, en la que se ve envuelta por una banda de Angeles del Infierno. Los que sea dicho de paso contaron con varias películas apostilladas como Furyo Bancho y protagonizadas por Tatsuo Umemiya, al que caracterizaban de maneras soberbias colocándole una jamona como reclamo. En todo caso la oficiosa y representativa es la duología de Ocho. Con una primera entrega dirigida por el habitual realizador pinky Norifumi Suzuki y titulada Sex and Fury [33], en la que ademas aparecía la turgente reina del sexploit sueco Christina Lindberg, y en donde Ocho, una peligrosa gambler, busca su particular venganza familiar viéndoselas en torturas bondage, tumultos de katanazos cubierta de nieve ensangrentada en pelota picada y turbas de monjas con navajas. La secuela a cargo de Teruo Ishii, Female Yakuza Tale [34], ya posiciona al personaje en una situación de ronin justiciera, en la que se enfrenta a una organización de yakuzas que utiliza a putas como burras de opio, teniendo un majestuoso desenlace con las mismas en pelotas en una cruenta batalla campal.



Ambas estaban protagonizadas por Reiko Ike, la que tenía la costumbre de representar en casi todas sus películas escenas duras de bondage. De hecho, cierta deformidad en sus tetas (así como en las de Naomi Tani) dan a entender que estas practicas no se limitaban exclusivamente a lo fílmico. Esta dualidad entre ficción y realidad también queda mitificada debido a las razones que le hicieron abandonar su carrera, las cuales se acarrean a unos parcos problemas con la justicia, que dan lugar a magnificar su leyenda. Otros papeles de Reiko ya estaban encarrilados hacia la delincuencia juvenil (en aquello del trasunto de Perras Callejeras), habitualmente los de loba solitaria, por lo general con un poso paternalista hacia sus compañeras que a veces rozaba lo lésbico. Su roles normalmente estaban en las Sukeban, es decir, líderes de pandilla femenina, lo que se cernía tanto en chavalas de malos barrios como en colegialas rebeldes. De hecho este género de sukeban con colegialas llegó incluso a mutar en los ochenta con unas series televisivas y posteriores pelis tituladas Sukeban Deka [35], que trataban sobre colegialas en un presente distópico dándose de hostias con yo-yós. Y hasta tuvo derivaciones como Sailor Suit and Machine Gun [36], con una chavala vestida de marinerito metralleta en mano exterminando una organización yakuza entera ella solita.



Su habitual compinche era Miki Sugimoto, una actriz de tetas incorruptibles y morro carnoso, que en su caso frecuentaba personajes de menor edad que los de Reiko. Aunque también tuviera su papel principal en solitario en Zero Woman: Red Handcuffs [37] de Yukio Noda (el que dio gloria a Sonny Chiba). Donde hacía de una policía infiltrada en la guarida de unos criminales que tenían secuestrada a la hija de un alta cargo, conteniendo una señora escabechina y hasta torturas a tetas con sopletes. Miki abandonó su carrera en su mayor momento de gloria por una razón muy común en la mujer japonesa del espectaculo (hasta día de hoy), el casarse, aunque siguió ejerciendo de sukeban de nenes como profesora de parvulario.



Del binomio Ike/Sugimoto proliferon varias películas temáticas, entre ellas la saga Girls Boss [37], dedicada a las sukebans. Con una primera entrega titulada Girl Boss Blues: Queen Bee's Counter Attack [#] de Norifumi Suzuki, con Reiko de sukeban y Miki de pandillera de reparto. En esta, quizás la más cruda socialmente, se nos muestra como esnifan pegamento y como enseñan a las nueva adeptas a romperse el himen para no sufrir una dolorosa desvirgacion cuando tengan que hacer de putas. Aunque su momento memorable se encuentre en la secuencia en la que unos moteros hacen una carrera, con ellas abiertas de patas sobre la moto, en la que gana el que se corre el ultimo. Tampoco le faltaban las actuaciones musicales, en este caso la de Peter en un garito yakuza. Un travestí que se dio a conocer en una suerte de Ocaña japonés dirigido por el auteur Toshio Matsumoto y titulado Funeral Parade of Roses [38]. Ya remontándonos a la tercera entrega, Girl Boss Guerrilla [#], de nuevo de Norifumi, Reiko pasa a ser secundaria, encarnando a una delincuente solitaria, y Miki a la garrula lider de una banda de moteras (la que hasta tiene una monja budista entre sus filas). El argumento gira entorno a las luchas intestinas entre pandilleras, con un postre de vengaza amorosa contra unos yakuzas muy loco con persecuciones y bombas de por medio. Siendo mucho más violenta si cabe que la primera, sobretodo en las toruturas varias, con las que podemos deleitarnos ente otras cosas con el lucimiento de Sugimoto en braguitas, atada con cadenas, apaleada y humillada con un mechero en el chirri.



Otra saga en la que compartieron reparto fue la de Terrifying Girls' High School [39], que como su nombre indica iba sobre colegialas malotas. En Terrifying Girls' High School: Lynch Law Classroom [#], la segunda, con Norifumi a los mandos para variar, Reiko Ike recae de nuevo en la criminal errante curtida y Sugimoto en la líder de una gang de estudiantes. La trame gira entorno a la prostitución de menores y la srevueltas estudiantiles. Aunque su punto álgido se encuentren en el bullying de unas alumnas con mascarilla roja, que son rivales del personaje de Miki, las cuales se dedican a cometer torturas introduciendo bombillas encendidas por el coño. Por otra parte pasaban de niña mujer en Criminal Woman: Killing Melody [40]. Que continente una demente escena a cargo de Reiko, la que atada (cómo no), es amenazada con la mutilación de sus tetas sierra mecánica mediante. En esta se ve la intención de madurar sus roles en busca de una continuidad, dando una evolución a sus personajes de chicas sukeban. Aunque lo mas destacable sin duda sea su inicio en una cárcel, pelea de rigor entre ambas como gatas salvajes incluida, siendo lo que podría considerase su particular WIP.



WIP Pinky que en todo caso si alguien popularizó fue Meiko Kaji, protagonizando una saga de 4 películas conocidas como Female Prisoner Scorpion [41]. Personaje magaka que que ha tenido multitud de explotaciones cinematográficas con diferentes actrices hasta día de hoy. Llegando a enviarla a América como Emanuelle en Sasori in U.S.A. [42] y hasta traspasando fronteras en co-producciones con Hong Kong, como el caso de la ultima de 08, Sasori [#], protagonizada por una de la nuevas reinas violentas, Miki Mizuno. Estas sagas presididas por la injustamente encarcelada Sasori (escorpión), abarcan las penurias de la misma como presa, sea con otras reclusas en medio de enfrentamientos de maquillaje kabuki o con sus malvados celadores en trangulos violatorios, hasta tratar su propia fuga de la prisión en motines incendiaros y llegar a sus andanzas como fugitiva. Esto ultimo protagonizando la delirante escena en la que atascada y esposada en la puerta del metro le corta con un cuchillo el brazo a un policía.



En Wandering Ginza Butterfly [43] repite el papel de una convicta, aunque ya con la pena cumplida, que intenta superar su pasado trabajando como señorita de compañía en un discopaf. De nuevo se cierne la venganza entorno a la película, que es para que engañarles bastante formal y exenta de pinku, bien que contenga un duelo de billar a tres bandas épico y un final descantillado con Meiko haciendo la Lady Snowblood parda. Algo más atrevida es la secuela Wandering Ginza: She-Cat Gambler [44], con guion muy similar al de las de Ocho, en la que tiene que vengar a su padre y vive haciendo de jugadora. Esta ademas contaba con otras estrellas como Miki Sugimoto (guiño incluido a su pasado de pandillera) y Sonny Chiba, del que si no tuviéramos bastante con sus marcadas pantomimas, hace también de medio tartaja, perpetrando diálogos a favor del capitalismo mientras le vende bidés a unas pilinguis y, por descontado, cercenando finalmente a yakuzas espalda con espalda con Meiko. Igual de convencional que las Wandering es Jeans Blues No Future [45], en la que solo podemos encontrar erotismo por su parte cuando chupa un dedo amputado, pero que en todo caso tiene en ella una imagen mitológica del exploit ejemplificada en Coffy y Thriller: A Cruel Picture, la de la fémina escopeta en mano apuntando a cámara.



Otra de las reinas del pinky era Reiko Oshida, sin duda la más pizpireta, pero excesivamente recatada al no enseñar ni media teta, en parte debido a que era idol Jpop antes que actriz picantona. En su caso estaba especializada en ser la chica de reformatorio, dando de si una saga titulada Delinquent Girl Boss [46]. Aunque sus inicios en el pinky provengan de la saga de Okatsu con Miyazono, en donde hacia en la primera de niña mono en un papel muy esporádico y en al segunda con algo mas de enjundia una especie de kunoichi sidekick. La relación con Miyazono también se puede encontrar en la primera entrega de sus series, Delinquent Girl Boss: Blossoming Night Dreams [#], en donde Oshida, recién salidita del correccional de menores, se pone a currar en un burdel donde Junko es la mama-san, en algo así como una especie de paso de testigo. Por supuesto no falta la venganza como eje, en este caso contra unos narcotraficantes que quieren hacerse con el garito de Junko. Su película más popular fue la cuarta y ultima Delinquent Girl Boss: Worthless to Confess [#], en la que de nuevo, tras salir del reformatorio, acaba perpetrando una venganza con una gang de gatitas vestidas a juego y armadas con acero. La que como curisidad, en su inicio, se ve como entretienen a la chavalas internas con Abashiri Prison [47] de un primerizo Teruo Ishii, peli carcelaria altamente popular en japón ambientada en su particular Carabanchel.



Hubo incluso una mezcla extraña entre Reiko Oshida y Miki Sugimoto, en los roles de chica de reformatorio y chica sukeban, en Rika Aoki, más conocida como Rica [48]. Su películas no se pueden englobar dentro del pinky de manera estricta debido a que su producción viene por parte de la Toho, productora que bien se ganó las habichuelas con el Kaiju, pero que al ser de las más veteranas actuaba de manera algo conservadora, sin llegar tener respuestas a los géneros emergentes. Aunque lo intentaran con las anteriormente mencionadas Lady Snowblood y con esta trilogía para lucimiento de su propia starlette, la que hacia de una chica de reformatorio motorizada que se las tenía que ver con bandas de yakuzas. La cosa no llegó a cuajar, posiblemente debido a que no alcanzaban la burrez de las producciones de la competencia, que ya estaban desatadisimas, sin darle mayor continuidad e incluso traspasando a Rica al elenco de Toei, llegando a llevar a cabo algún papel puntual, pero sin alcanzar el estrellato de sus reinas.

Entre los elencos habia siempre actrices comunes, pero merece mención Yukie Kagawa, de rasgos muy similares a Miki Sugimoto pero sin tetas tan potentes. La que tubo algo de notoriedad, si bien no llegó al estatus de Pinky Queen, si hizo de habitual secundaria importante, normalmente en papeles que podríamos considerar un poco de mala. Entre sus apariciones cuenta con la mujer del hermano de Okatsu (precisamente siendo la victima del aborto forzado anteriormente mencionado), una de las presas en fuga junto a Sasori en la segunda entrega Female Convict Scorpion Jailhouse 41 [#], la protagonista de una excitante pelea con Reiko Ike por el puesto de sukeban en Girl Boss Blues: Queen Bee's Counterattack, la hermana de la yonki rubia de tragico destino que desenboca todo el pifostio en Delinquent Girl Boss: Blossoming Night Dreams e, incluso, como dato insólito, a una malvada villana del Tokatsu de Spider-Man [49].



Igualmente cabe destacar otras ramas inusitadas, en la que podríamos incluir en el pinky debido a su producción Toei a School of the Holy Beast [50]. El culpable de nuevo es Norifumi, y que en este caso en lo que entenderíamos por un nunsploit de venganza fraternal, se dan desde maniatadas torturas sangrientas con rosales a blasfemias del calado de mear la figura de un Cristo. Así como también serian una vertiente pinky las anteriormente mencionadas por parte de Ishii y de explotaciones varias dedicadas a las mujeres puteadas de Tokugawa, ya que no eran otra cosa que violencia rosa, es decir, torturas y tetas.

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2 comentarios:

Haciendo Amig@s dijo...

Las pelis de monjas japonesas guarras, más que recomendables.

Don Julito dijo...

Miki Sugimoto está más que buena y reúne en su carita esa bipolaridad sexual tan japo de la guarraca candorosa que come polla como una ansiosa mientras hace mohines de recato y pone ojitos de cortada