domingo, 31 de octubre de 2010
Ghana, un país Pegamín
Catorce horas viajando y no he conseguido pegar ojo en el avión, pero no quería irme a la cama sin saludarles. He vuelto, justo la noche de todos los santos. El retorno de la muerte.
Acabo de regresar de Ghana, y todavía estoy asimilando las vacaciones. Ghana es el lugar más excepcionalmente insólito que jamás he visitado, y para justificar esto me gustaría darles tres ejemplos:
1. En Fort Victoria en Cape Coast conocí a su encargado Emmanuel, un memorable personaje de colores con el que mantuve una animada conversación sobre el equipo de futbol local, llamado Mysterious Dwarfs (busqué una camiseta, pero es un equipo muy pequeño y no produce merchandising, muy a mi pesar). La conversación derivó de los misteriosos enanos que supervisaban el fuerte y de cuya leyenda el equipo había homenajeado con el nombre, a su amistad personal con Barack Obama. Al parecer Barack lo telefonea cada fin de semana para ver como van las cosas en Ghana y tal. Cuando estuvo de visita en Cape Coast, Barack le dijo a Emmanuel: “Emmanuel, me gustaría ir a visitar a la mamá de Kofi Annan, tu crees que seria apropiado?” Y Emmanuel dijo que por supuesto y le organizó la visita.
Ahora bien, cabe la posibilidad de que esto no sea cierto, sospecha que se enfunda por el hecho de que se estaba fumando un porro del tamaño de Texas. Pero las risas que me he pegado a su costa no las sacrifico por la remota probabilidad de que esto, no sucediera tal cual. Hay que añadir que Emmanuel resultó ser solo el primero en darse a conocer del gran círculo de mejores amigos del presidente, y como pionero le guardo mis respetos.
2. En el primer autobús que cogí a Kumasi la tele emitía a todo volumen recientes producciones de Nollywood en bucle. Ahí fue donde escuché esta conversación:
-Quién es esa?
-Es mi hermana. Porqué? Hay algún problema?
-Si, hay un problema, es muy hermosa. Me quiero casar con ella.
-Me temo que eso no va a ser posible.
-Porqué?
-Porque voy a ser YO el que me case con ella.
Es un giro de guión.
Y yo me piro a vivir a Lagos.
Tuve la suerte de que los locales públicos emiten estas pelis las 24 horas del día, y cada mañana he desayunado con joyitas nigerianas de este calibre.
3. La tercera razón es muy grande, y abarca muchas minirazones: Las calles de Ghana, incluso en pueblos, tienen el mejor ambiente del mundo. Son muy bulliciosas, pero se escucha música en cada rincón. Highlife desde casas, coches, músicos de calle, bares, radios perdidas, transeúntes cantando. La gente se une en bailes espontáneos callejeros cuando se les pone en los cojones. Las misas con góspel son un must, y si como yo tienen la suerte de coincidir con un grupo decente lo probable es que a los diez minutos estén diciendo a gritos: “Hallelujah, praise the lord!”
Los habitantes no pueden dar direcciones porque las calles son entresijos complicadísimos, como telas de araña. Los taxistas no conocen nombres de calles, monumentos u hoteles, y lo mas frecuente es que te acepten el viaje pero después te dejen en un punto al azar de la ciudad. Es imposible guiarse.
Otra cosa fascinante de las calles de Ghana son los nombres de establecimientos: “Innocent Blood Restaurant”, “I beg Enterprise”, “Jesus loves fashion. Clothes” “Don’t mind your wife bar” “Trust in God hair salon” asi como los slogans de las furgonetas: “You lie bad”, ”God is my seatbelt” o “I want you to meet my father” todas escritas en la luna trasera. Pueden pasarse las tardes paseando y leyendo la publicidad religiosa sin aburrirse ni un instante.
Yo solo quería saludarles a ustedes. Acabo de llegar y no he dormido en dos días. Me piro a la cama.
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Ghana
sábado, 30 de octubre de 2010
viernes, 29 de octubre de 2010
Estilismos Pegamin (I): Hoy, Rastas
Cuando me plantee afrontar el controvertido tema de la rastas, rápidamente me vi abrumado por la responsabilidad. Las rastas no son chorongos de barro, mugre y pelo muerto colgando a duras penas de cabellos de pelo sano. Son la viva imagen de la lucha de un pueblo por la libertad y su derecho a fumarse una L sin que el hombre blanco tuerza el morro.
Debido a esta responsabilidad añadida, me di cuenta que no debía afrontar este articulo solo (soy, al fin y al cabo, mortal) y por ello inicie una serie de profundas entrevistas con diversos expertos. Dada la longitud de sus respuestas no he podido transcribir por entero sus reflexiones, pero creo que he sabido recoger lo fundamental de cada postura. Ruego me perdonen si de alguna forma he podido malinterpretar, sin malicia alguna, sus palabras.
Pásame el porro, compilega
Cojamos el toro por los cuernos, o mejor dicho, el porrero por las rastas y afrontemos la vertiente política del asunto.
Si acudimos a la Wikipedia o a Google usando la palabra "rastafari" rápidamente acudirán a nosotros textos y textos dándonos la brasa sobre un movimiento socio-cultural y religioso que bla bla bla. Da igual, al pan, pan y al vino, vino. Rastafari es ahora el que escucha reggae y se pajea con un poster del puto Bob Marley. Esto es así, lo siento. Si no me creéis a mi, escuchar a la sabia politóloga Paca:
La rasta (como la palestina) han sido resignificadas; desactivadas del modo habitual. Siendo digeridas como mercancía.
Mucho más claro, verdad?
Sin embargo, no todas las personas consultadas son de la misma opinión. Un ilustre pegamita que ha decidido permanecer en el anonimato no se resistía a dar por muerto su significado original y afirmaba lo siguiente al ser consultado:
Imagino que al principio era una cosa que hacían los negros para asustar a la gente. Mi abuela, que en paz descanse, contaba siempre que la primera vez que vio un negro se asustó tanto que salió corriendo. Imagínate si llega a llevar rastas. Diréis que vale, que a los jamaicols les queda fetén, que es una movida cultural, religiosa... como las trencitas de los judíos o los mullets de los gitanos. Pero en mulholland drive salía una criatura con pinta de haber sido un hombre blanco alguna vez, a la que también le quedaban de puta madre y que captaban la esencia terrorífica original.
Y remata diciendo:
Por eso mismo, a un perroflauta gaditano o a una choni valenciana les suele quedar genial. Me mola el concepto de dreadlocks. No se, he pensado en ponerme unas.
El politoxicómano Miguel Agnes, intentando mediar entre las dos posturas, se mostró contundente en su opinión, aunque algo desviado respecto al tema tratado:
Los sarasas son toda una metáfora en movimiento de la decadencia de la sociedad occidental.
Un poco desanimado por la falta de resultados claros, encaré la vertiente puramente estilística del asunto.
Eh, mira, puedo utilizar esta rasta como cinta para el pelo
Partamos de la base que, como asevera Grace Morales en su libro de inminente aparición dedicado íntegramente al tema, la rasta es un estilismo capilar muy difícil.
Bien, vale, no es que se haya herniado pensando sobre el tema, pero por algo hay que empezar.
Al intentar contactar con el experto capilar Don Julito, descubrí que se hayaba recluido en un monasterio de los padres Palotinos estudiando las obras completas de Cesar Vidal. Solo tras insistirle repetidas veces, conseguí que me dejara un tenso mensaje en el contestador como respuesta:
Una guarrería, un mojón de pelo más muerto aún que en el resto de los mortales con bichos, fulanga y estéticamente una marquesina que anuncia "soy un cerdo"... amén de una manera segura de quedarte calvorota a la manera tiñoso, con grandes calvas devastadas. Fuma porros, sí, pero sin cucamonadas.
En el polo opuesto de esta opinión tendríamos a Don Ramó, encendido defensor de la rasta:
Rastas, piso okupado y porros subvencionados.
Pero no todos nuestros expertos se muestran tan tajantes como Julito o Ramó. Mentes más templadas establecen algunas diferencias entre sus portadores.
Macarrismo y Jane, por ejemplo, creen firmemente que la clave se encuentra en el color de la piel y el sexo del portador, pero donde uno ve blanco, el otro ve negro, y viceversa.
Escuchemos la opinión de Jane:
Las rastas, interesante debate. Como cualquier aberración estética, una tía puede llevarlas y salir más o menos impune, pero casi NINGÚN HOMBRE BLANCO puede llevarlas sin merecer castigo. Ahora bien tengo algún amigo que ha llevado rastas y eso no los convierten en perroflautas automáticamente, normalmente tarda unos meses.
Y las palabras de Macarrismo:
Tubos de pelo muerto compacto putrefacto que huelen MAL. El horror. Y no favorecen. Sólo aceptables (y muy a regañadientes) en negros guapísimos.
Como nuestros lectores pueden comprobar, parece que se trata de una simple cuestión de gustos, como también parece serlo el curioso olor que desprenden y que Millana no duda en defender como un tufillo almizclado.
Paca, muy preocupada siempre por las cuestiones de higiene, ataca sin piedad a todos los rastafaris diciendo que sucio es el o la que las lleva.
Por ultimo, Tereso, to fumao, se alinea con Paca y se muestra radicalmente en contra de ellas:
Opino que representan la antítesis de la higiene y la estética capilar. En un vello púbico habría que verlo, yo pagaria por ello, pero en general digo no a esta manifestación que es el equivalente del palestino en el ámbito de la indumentaria.
Sin pretenderlo Tereso se ha anticipado a nuestro ultimo punto de debate; ¿se puede ligar con rastas?
Guapo, ¿quieres que mis rastas acaricien todo tu cuerpo?
Aunque como hemos podido comprobar son muchos los que se muestran contrarios a la estética rasta, otros la encuentran irresistible.
Éste es el caso de Popy Blasco, quien, con expresión soñadora y una perceptible erección, afirmaba:
Cuando veo una rasta me dan ganas de cortarla y metérsela por el culo al dueño de la misma.
Menos entusiasta se mostraba Don Triste, que, tras lanzar un suspirito, afirmaba:
Yo qué sé, me da un poco igual todo.
Parecía que había llegado a un punto muerto en mi investigación cuando, al preguntar al tetacampeón XabiBenPuta, las cosas se precipitaron a un punto que no podía imaginar.
Todos sabíamos o suponíamos que Xabi había llevado rastas pero lo que nadie imaginaba es que ¡eran teñidas de rubio!
Su antigua amante Millana nos lo cuenta risueña mientras termina de hornear un pastel de tofu:
Llevó grelos en rubio platino durante 10 años, totalmente perdonable porque esa masa de pelo muerto y oxigenado que le colgaba de la cabeza le representaba en algo.
Xabi, por su parte, recuerda así esos años:
Tuvo su lado bonito y lo recuerdo con cariño. Estéticamente fueron mis mejores momentos, era joven y bello.
Al ser preguntado por Millana responde esquivo:
Fue una época en la que anduve con una jipi valenciana q llevaba unos locales autogestionados con restaurante ovovegano.
La conclusión, a tenor de los resultados de Xabi, parece clara; hay que dejarse rastas.
Debido a esta responsabilidad añadida, me di cuenta que no debía afrontar este articulo solo (soy, al fin y al cabo, mortal) y por ello inicie una serie de profundas entrevistas con diversos expertos. Dada la longitud de sus respuestas no he podido transcribir por entero sus reflexiones, pero creo que he sabido recoger lo fundamental de cada postura. Ruego me perdonen si de alguna forma he podido malinterpretar, sin malicia alguna, sus palabras.
Pásame el porro, compilega
Cojamos el toro por los cuernos, o mejor dicho, el porrero por las rastas y afrontemos la vertiente política del asunto.
Si acudimos a la Wikipedia o a Google usando la palabra "rastafari" rápidamente acudirán a nosotros textos y textos dándonos la brasa sobre un movimiento socio-cultural y religioso que bla bla bla. Da igual, al pan, pan y al vino, vino. Rastafari es ahora el que escucha reggae y se pajea con un poster del puto Bob Marley. Esto es así, lo siento. Si no me creéis a mi, escuchar a la sabia politóloga Paca:
La rasta (como la palestina) han sido resignificadas; desactivadas del modo habitual. Siendo digeridas como mercancía.
Mucho más claro, verdad?
Sin embargo, no todas las personas consultadas son de la misma opinión. Un ilustre pegamita que ha decidido permanecer en el anonimato no se resistía a dar por muerto su significado original y afirmaba lo siguiente al ser consultado:
Imagino que al principio era una cosa que hacían los negros para asustar a la gente. Mi abuela, que en paz descanse, contaba siempre que la primera vez que vio un negro se asustó tanto que salió corriendo. Imagínate si llega a llevar rastas. Diréis que vale, que a los jamaicols les queda fetén, que es una movida cultural, religiosa... como las trencitas de los judíos o los mullets de los gitanos. Pero en mulholland drive salía una criatura con pinta de haber sido un hombre blanco alguna vez, a la que también le quedaban de puta madre y que captaban la esencia terrorífica original.
Y remata diciendo:
Por eso mismo, a un perroflauta gaditano o a una choni valenciana les suele quedar genial. Me mola el concepto de dreadlocks. No se, he pensado en ponerme unas.
El politoxicómano Miguel Agnes, intentando mediar entre las dos posturas, se mostró contundente en su opinión, aunque algo desviado respecto al tema tratado:
Los sarasas son toda una metáfora en movimiento de la decadencia de la sociedad occidental.
Un poco desanimado por la falta de resultados claros, encaré la vertiente puramente estilística del asunto.
Eh, mira, puedo utilizar esta rasta como cinta para el pelo
Partamos de la base que, como asevera Grace Morales en su libro de inminente aparición dedicado íntegramente al tema, la rasta es un estilismo capilar muy difícil.
Bien, vale, no es que se haya herniado pensando sobre el tema, pero por algo hay que empezar.
Al intentar contactar con el experto capilar Don Julito, descubrí que se hayaba recluido en un monasterio de los padres Palotinos estudiando las obras completas de Cesar Vidal. Solo tras insistirle repetidas veces, conseguí que me dejara un tenso mensaje en el contestador como respuesta:
Una guarrería, un mojón de pelo más muerto aún que en el resto de los mortales con bichos, fulanga y estéticamente una marquesina que anuncia "soy un cerdo"... amén de una manera segura de quedarte calvorota a la manera tiñoso, con grandes calvas devastadas. Fuma porros, sí, pero sin cucamonadas.
En el polo opuesto de esta opinión tendríamos a Don Ramó, encendido defensor de la rasta:
Rastas, piso okupado y porros subvencionados.
Pero no todos nuestros expertos se muestran tan tajantes como Julito o Ramó. Mentes más templadas establecen algunas diferencias entre sus portadores.
Macarrismo y Jane, por ejemplo, creen firmemente que la clave se encuentra en el color de la piel y el sexo del portador, pero donde uno ve blanco, el otro ve negro, y viceversa.
Escuchemos la opinión de Jane:
Las rastas, interesante debate. Como cualquier aberración estética, una tía puede llevarlas y salir más o menos impune, pero casi NINGÚN HOMBRE BLANCO puede llevarlas sin merecer castigo. Ahora bien tengo algún amigo que ha llevado rastas y eso no los convierten en perroflautas automáticamente, normalmente tarda unos meses.
Y las palabras de Macarrismo:
Tubos de pelo muerto compacto putrefacto que huelen MAL. El horror. Y no favorecen. Sólo aceptables (y muy a regañadientes) en negros guapísimos.
Como nuestros lectores pueden comprobar, parece que se trata de una simple cuestión de gustos, como también parece serlo el curioso olor que desprenden y que Millana no duda en defender como un tufillo almizclado.
Paca, muy preocupada siempre por las cuestiones de higiene, ataca sin piedad a todos los rastafaris diciendo que sucio es el o la que las lleva.
Por ultimo, Tereso, to fumao, se alinea con Paca y se muestra radicalmente en contra de ellas:
Opino que representan la antítesis de la higiene y la estética capilar. En un vello púbico habría que verlo, yo pagaria por ello, pero en general digo no a esta manifestación que es el equivalente del palestino en el ámbito de la indumentaria.
Sin pretenderlo Tereso se ha anticipado a nuestro ultimo punto de debate; ¿se puede ligar con rastas?
Guapo, ¿quieres que mis rastas acaricien todo tu cuerpo?
Aunque como hemos podido comprobar son muchos los que se muestran contrarios a la estética rasta, otros la encuentran irresistible.
Éste es el caso de Popy Blasco, quien, con expresión soñadora y una perceptible erección, afirmaba:
Cuando veo una rasta me dan ganas de cortarla y metérsela por el culo al dueño de la misma.
Menos entusiasta se mostraba Don Triste, que, tras lanzar un suspirito, afirmaba:
Yo qué sé, me da un poco igual todo.
Parecía que había llegado a un punto muerto en mi investigación cuando, al preguntar al tetacampeón XabiBenPuta, las cosas se precipitaron a un punto que no podía imaginar.
Todos sabíamos o suponíamos que Xabi había llevado rastas pero lo que nadie imaginaba es que ¡eran teñidas de rubio!
Su antigua amante Millana nos lo cuenta risueña mientras termina de hornear un pastel de tofu:
Llevó grelos en rubio platino durante 10 años, totalmente perdonable porque esa masa de pelo muerto y oxigenado que le colgaba de la cabeza le representaba en algo.
Xabi, por su parte, recuerda así esos años:
Tuvo su lado bonito y lo recuerdo con cariño. Estéticamente fueron mis mejores momentos, era joven y bello.
Al ser preguntado por Millana responde esquivo:
Fue una época en la que anduve con una jipi valenciana q llevaba unos locales autogestionados con restaurante ovovegano.
La conclusión, a tenor de los resultados de Xabi, parece clara; hay que dejarse rastas.
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buen rollito,
Estilismos Pegamin,
Mitad compi mitad colega ;)
Canción protesta
Vuelve La Década Prodigiosa pero esta vez vienen para remover nuestras conciencias y llamarnos a la acción y al compromiso. Son los nuevos Jarcha.
ff
ff
A partir del minuto 1:17:
"Te debes sublevar a la injusticia social, debemos unirnos para poder luchar"
"No hay ballenas en el mar, si armamento nuclear, tenemos tanta fuerza, tu tienes tanta fuerza"
"Pistolas de canción y bombas de oración, al mundo deben despertar"
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Jarcha
jueves, 28 de octubre de 2010
Estilismos Pegamin: Introduccion
Mira que pintas de, de, de ¡Gilipollas!
Y esa... vaya cara de merluza.
Venga, no me jodas, pero como le dejan salir asi a la calle...
Que te vas a dar con la farola, atontada, que no ves nada con el pelo por delante
Y esa... vaya cara de merluza.
Venga, no me jodas, pero como le dejan salir asi a la calle...
Va enseñando todo, ¡sera zorra!
Que te vas a dar con la farola, atontada, que no ves nada con el pelo por delante
Mirale que mono, ¿te ha vestido tu mamaita? ¿Te ha puesto un poco de salivita en el pelo para que no se te deshaga la raya?
¡Guarro, cortate el pelo!
Es triste, ¿verdad?
Que por el simple hecho de vestir de tal o cual manera uno se gane los odios y los insultos de parte de la poblacion no es ni justo, ni propio de una sosiedad madura como la nuestra.
Pero como desgraciadamente casos como estos suceden a diario, en Pegamin hemos decidido echaros una mano y ayudaros a confeccionar el look definitivo con el que ser felices y ganaros el respeto y simpatia de todos por igual.
Post a post analizaremos, con la profundidad que nos caracteriza, un complemento o estilismo para que podais saber si os conviene o no.
En un par de dias abrimos fuego con LAS RASTAS. Y, ademas, poniendo tildes.
¡¡¡Maricooooooooon!!!
El cementerio esta en la otra direccion, Draculin
Calvo de mierda, vete a limpiar el suelo de mi baño
El cementerio esta en la otra direccion, Draculin
Es triste, ¿verdad?
Que por el simple hecho de vestir de tal o cual manera uno se gane los odios y los insultos de parte de la poblacion no es ni justo, ni propio de una sosiedad madura como la nuestra.
Pero como desgraciadamente casos como estos suceden a diario, en Pegamin hemos decidido echaros una mano y ayudaros a confeccionar el look definitivo con el que ser felices y ganaros el respeto y simpatia de todos por igual.
Post a post analizaremos, con la profundidad que nos caracteriza, un complemento o estilismo para que podais saber si os conviene o no.
En un par de dias abrimos fuego con LAS RASTAS. Y, ademas, poniendo tildes.
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Estilismos Pegamin
miércoles, 27 de octubre de 2010
martes, 26 de octubre de 2010
domingo, 24 de octubre de 2010
sábado, 23 de octubre de 2010
Bares perifericos Pegamin (I). Bar los cantos
"Es que a ese bar sólo entran gentes de mal vivir y extranjeros despistados como tú, Macarrismo. Y supongo que taxistas. Los bares que están cerca de las estaciones de autobuses son para evitar siempre"
Anónimo Triste
Cabeza de Castilla. Mediados de agosto. Día caluroso y seco como es costumbre en esas latitudes. Mediadodía.
El infortunado viajero, aquejado por el hambre, vaga por los contornos de la estación de autobús, consciente tanto de que si tarda mucho perderá su transporte como de que si no se aleja más de la estación no podrá encontrar ningún lugar que sacie su apetito con una buena relación calidad precio.
Tras unos minutos de vacilación se detiene frente a un tugurio de aspecto infame, que a modo de subtitulo luce un orgulloso "El rey del bocadillo" y una pizarra donde enumera las 120 clases de bocadillo que ofrece a quien tenga el valor de entrar a pedirlos. El tiempo y el hambre apremian así que el viajero entra con paso decidido en el local.
Personajes:
PARROQUIANO 1
PARROQUIANO 2
EL VIAJERO
EL CAMARERO
PARROQUIANO 1
PARROQUIANO 2
MERETRICES
SEÑOR MAYOR
SEÑOR ALBAÑIL DEL AYUNTAMIENTO
GITANO
GAÑÁN
TAXISTA
Acto primero y único:
PARROQUIANO 1:¿has visto? casi me toca el cupón
PARROQUIANO 2: Anda ¿a cuánto te has quedado?
P1: tocó el 08 – 13 – 22 – 25 – 28 – 46 y yo tenía el 08 - 12 - 21 - 25- 08 - 48, casi ná
P2: ¡tu lo que tienes es más cuento que calleja! ¡Otra caña!
(Risas de sendos parroquianos y del camarero)
El viajero entra en escena, abotargado, hediendo a alcohol barato, y a no ducha.
VIAJERO: buenas tardes
CAMARERO: buenas que te pongo
VIAJERO: ¿bocadillo de jamón podrá ser?
CAMARERO: pues justo ese no tengo hoy
VIAJERO: pueees, pincho de tortilla y caña
CAMARERO: solo hay tortilla de chorizo
VIAJERO: me vale
CAMARERO: marchandoo tortillaa de choriz0o y cañaaa!
El camarero hurga en el armario de debajo de la barra de donde saca un bulto envuelto en papel encerado que mete a un roñoso microondas.
PARROQUIANO 1: ... pues eso mismo que el otro día donde la Yanire y la Paula... 30 euros... borrachera nos cogimos...
PARROQUIANO 2: cojón, ahí vienen las reinas de Roma7
Dos señoras de acento latinoamericano inderterminado salen de las brumas del fondo del bar y se dirigen hacia nuestros honrados parroquianos.
MERETRIZ: Chiicos, que parese que Paula se quedó enserrada en la habitación y no pueede abrir la puerta, subís a ver o llamamos a los bomberos o qué
PARROQUIANO 2: quita, quita vas a llamar a los bomberos para una tontería, voy a ver que pasa.
Desaparece con las dos mujeres en la bruma del fondo del bar.
El viajero atiende a la escena intentando no perder detalle mientras come, procurando pasar desapercibido.
Entra al bar un señor mayor de aspecto elegante a la par que cansino; pantalones de hilo chaqueta de pana, pañuelo saliendo del bolsillo de ésta, chaleco, camisa, corbata, gorra de hilo y bastón.
CAMARERO: ¡Buenos dias Don Antonio ¿Lo de siempre?
SEÑOR MAYOR: Buenos días nos de Dios, eso mismo.
CAMARERO: pues aquí van un carajillo y un corto clara. ¿Cómo llevamos el día?
SEÑOR MAYOR: pues como todos hijo, como todos.
El señor mayor se acaba sus consumiciones en menos de dos minutos y sale del bar, sin duda dirigiéndose al siguiente bar donde empapar el hígado, como cada día, a la espera de una dulce muerte por cirrosis fulminante.
Justo después de la salida de escena del anterior personaje entra otro hombre de alrededor de 60 años.
CAMARERO: Hombre, el que faltaba por aquí. ¿Cómo estamos?
SEÑOR ALBAÑIL DEL AYUNTAMIENTO:¿Qué como estamos?
( interludio, imaginar con ritmo de copla)
Como estamos, como estamos
que estamos fenomenal
que estamos fenomenal,
y con un par de copas de más.
CAMARERO: ¡Bravo! ¡un aplauso por el Señor Albañil Del Ayuntamiento! ¿qué te pongo?
SEÑOR ALBAÑIL DEL AYUNTAMIENTO: un anisete chico.
Tras ésto, entra por la puerta un individuo de unos treinta años, el más joven del lugar con diferencia si exceptuamos al viajero, gitano, con camisa negra de manga corta y playeros deportivos cargando con un bulto de naturaleza misteriosa. En una plaza de aparcamiento, tirada de cualquier manera le espera una superBH de los 80.
Al verle, los parroquianos estallan en joviales carcajadas.
GITANO:¿qué pasa compadres, nunca habéis visto un gitano en bici o que?
PARROQUIANO 1: ¡Ten cuidado que te van a poner una multa por exceso de velocidad! juas juas juas
GAÑÁN: ¡Qué te has dejado la bicicleta aparcada en doble fila! jo jo jo
Tras diversas jocosa observaciones sobre el gitano y su medio de locomoción, éste entrega el bulto a alguien al fondo del bar y se dispone a sentarse a tomar algo cuando entra un hombre orondo, calvo y sudado.
TAXISTA: Gitano mecagoendios quita la puta bicicleta de ahí que no tengo donde aparcar el taxi, ¡la próxima vez aparco encima!
GITANO: ¡No te preocupes hombre , que todavía vas a adelgazar!
El viajero , que ya ha acabado su comida y su bebida hace un rato decide irse para no perder su autobús, apenado por no poder prolongar su estancia en ese lugar.
Tras abonar su consumición, equivocarse con el cambio y salir por la puerta, todavía tiene tiempo de escuchar una sonora colleja dentro del local pero el viajero, que nunca ha sido hombre animoso, no se atreve a volver a ver quienes son las partes en litigio.
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viernes, 22 de octubre de 2010
Iconos televisivos que condecoran mi ropa interior (IV): Hoy Silvia Abascal
En esta mi primera entrada de tan magna sección mejor haría en hablar en pasado, es decir "Iconos televisivos que condecoraron mi ropa interior" porque cuando veía Pepa y Pepe y me ponía todo palote con ambas actrices yo era un piolín de la vida.
Bien es cierto que nunca estuve más salido ni tuve mayor potencia sexual que en aquellos primeros años de pajas, cuando todo parecía posible e ilimitado, cuando las sanas competiciones entre amigos (cada uno en su casa, preciso, que aquí hay mucho julai) se dirimían al día siguiente en términos que incluían "la tenía ya toda roja", "a la sexta me empezó a doler un poco" y premiaban frases como "la azafata estaba tan buena que, poco antes de aterrizar, tuve que ir al baño a hacerme una segunda" o "¿nunca te has corrido en una piscina?".
En ese contexto de pajas a destajo, las actrices españolas, esas benditas actrices españolas que enseñaban las lolas cada dos por tres en cualquier película (práctica que ahora parece inducir a la risa y es denostada como prueba de la falta de calidad del cine español. ¡Valiente tontería!) eran un regalo para los alterados adolescentes de mi generación. Neus Asensi, Maribel Verdú y tantas y tantas otras mujeres nos daban la vida cuando se incorporaban en la cama y, en lugar de cubrirse con las sabanas como en las putas películas americanas, nos dejaban ver más allá.
En ese contexto, repito, a mi Silvia Abascal me ponía una barbaridad y eso que en la serie no marcaba nada (¡puto grunge!), todo lo contrario que su "hermana" María Adánez, que como podéis ver en el video estaba como un queso (me matan los pantalones rotos).
Entre que la serie me gustaba y que ella me ponía mucho pasó lo que tenía que pasar, que me fui a ver una película en la que tenía papel protagonista, "La fuente amarilla", un acercamiento a las mafias chinas en España.
Francamente no recuerdo si la película era buena o mala, ella salía en casi todas las escenas y en varios momentos vestía un quimono, para qué decir más.
Casualidad o no, miro su filmografía y descubro que interpretó a Finea en la adaptación cinematográfica de La dama boba, justo el libro que me encuentro ahora leyendo.
Y, quizás, dando la razón a Mr. Winters cuando dijo que tenía frente de mongolita. A él le dedico este post.
Bien es cierto que nunca estuve más salido ni tuve mayor potencia sexual que en aquellos primeros años de pajas, cuando todo parecía posible e ilimitado, cuando las sanas competiciones entre amigos (cada uno en su casa, preciso, que aquí hay mucho julai) se dirimían al día siguiente en términos que incluían "la tenía ya toda roja", "a la sexta me empezó a doler un poco" y premiaban frases como "la azafata estaba tan buena que, poco antes de aterrizar, tuve que ir al baño a hacerme una segunda" o "¿nunca te has corrido en una piscina?".
En ese contexto de pajas a destajo, las actrices españolas, esas benditas actrices españolas que enseñaban las lolas cada dos por tres en cualquier película (práctica que ahora parece inducir a la risa y es denostada como prueba de la falta de calidad del cine español. ¡Valiente tontería!) eran un regalo para los alterados adolescentes de mi generación. Neus Asensi, Maribel Verdú y tantas y tantas otras mujeres nos daban la vida cuando se incorporaban en la cama y, en lugar de cubrirse con las sabanas como en las putas películas americanas, nos dejaban ver más allá.
En ese contexto, repito, a mi Silvia Abascal me ponía una barbaridad y eso que en la serie no marcaba nada (¡puto grunge!), todo lo contrario que su "hermana" María Adánez, que como podéis ver en el video estaba como un queso (me matan los pantalones rotos).
Entre que la serie me gustaba y que ella me ponía mucho pasó lo que tenía que pasar, que me fui a ver una película en la que tenía papel protagonista, "La fuente amarilla", un acercamiento a las mafias chinas en España.
Francamente no recuerdo si la película era buena o mala, ella salía en casi todas las escenas y en varios momentos vestía un quimono, para qué decir más.
Casualidad o no, miro su filmografía y descubro que interpretó a Finea en la adaptación cinematográfica de La dama boba, justo el libro que me encuentro ahora leyendo.
Y, quizás, dando la razón a Mr. Winters cuando dijo que tenía frente de mongolita. A él le dedico este post.
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Iconos televisivos,
no estoy de acuerdo con winters,
retropajas
jueves, 21 de octubre de 2010
miércoles, 20 de octubre de 2010
martes, 19 de octubre de 2010
Broncas pegamín XIV: El derechazo de Mario a Gabo
Hay peleas que te cambian la vida. Hay hostias que marcan tu destino. Un simple puñetazo se transforma en todo un símbolo que trazará tu camino en el futuro.
Eso es lo que sucedió el 12 de febrero de 1976, durante el pase privado de la película "Sobrevivientes de los Andes" en Palacio de Bellas Artes de México. Al finalizar la película Gabriel García Márquez se acercó a Mario Vargas Llosa con intención de abrazarlo, exclamando un cariñoso "¡Mario!" lleno de emoción y amistad fraternal. Pero el peruano lo que hizo fue rugir "¡Cómo te atreves a abrazarme después de lo que le hiciste a Patricia en Barcelona!". Y le propinó un derechazo perfecto, un hostión de libro que casi le arranca la cabeza y dejó noqueado en el suelo al colombiano, con un ojo negro como el culo de un mono de Macondo.
Eso es lo que sucedió el 12 de febrero de 1976, durante el pase privado de la película "Sobrevivientes de los Andes" en Palacio de Bellas Artes de México. Al finalizar la película Gabriel García Márquez se acercó a Mario Vargas Llosa con intención de abrazarlo, exclamando un cariñoso "¡Mario!" lleno de emoción y amistad fraternal. Pero el peruano lo que hizo fue rugir "¡Cómo te atreves a abrazarme después de lo que le hiciste a Patricia en Barcelona!". Y le propinó un derechazo perfecto, un hostión de libro que casi le arranca la cabeza y dejó noqueado en el suelo al colombiano, con un ojo negro como el culo de un mono de Macondo.
¿Te acuerdas de Barcelona, Mario?¿Menuda jodienda, eh? Jajaja...
Muchas son las teorías. Unos dicen que mientras Mario andaba persiguiendo a una bella modelo en Barcelona, como si de una peli de Woody Allen se tratase, Gabo aprovechó para consolar a la triste esposa de su amigo, Patricia Llosa. Incluso se rumorea que llegó a aconsejar a Patricia que se divorciase de su marido. Pero yo creo que todo son excusas. En el hall de aquella sala de proyección lo que creo que pasó es que Mario Vargas Llosa tuvo una revelación, uno de esos momentos de lucidez de origen sobrenatural que en raras ocasiones transforman nuestras existencias para siempre. Cuando vio acercarse a aquel enano bigotudo, de vestir desaliñado, pronunciando a gritos su nombre con su habitual desfachatez y chulería de colombiano chingón... entonces Mario lo vio claro. Vio un futuro de chaquetas y pantalones de pana, de relaciones abiertas y sexo chungo con las novias y esposas de sus amigos; vio manifestaciones con indígenas borrachos, vio reuniones con un Fidel Castro decrépito, casi zombi; se vio compartiendo soporíferas e irritantes conferencias contra el imperialismo español, sobre las revoluciones bolivarianas, sobre el coñazo del realismo mágico todo ello mezclado con las interminables anécdotas borrachuzas sobre putas colombianas tristes, y mil horrores más.
La alegre pandilla en sus tiempos de Vicky Cristina Barcelona. Mario, el único sin barba ni bigote, como debe ser
Y entonces golpeó, con todas sus fuerzas, como si su puño fuera el martillo de Thor machacando a un trasgo del inframundo. Yo creo que Mario se sintió liberado, como si le hubieran quitado de encima el peso de décadas de verguenza por ser de buena familia, por ser rico, por ser un señorito. Por fin podía ser él mismo, no disimular que era un progresista o de izquierdas. Me lo imagino saliendo del lugar del altercado sintiéndose eufórico, un hombre nuevo, con ganas de gritar "¡Viva el capitalismo!¡Viva el liberalismo!¡Mecago en las chaquetas de pana y en los bigotes y las barbas!".
Aquello tuvo consecuencias y tardó 28 años más que Gabo en ganar el premio Nobel de literatura, en parte por culpa de su cambio de rumbo ideológico a raíz de aquella hostia de inspiración divina. Pero si le preguntan por eso seguro que dirá que mereció la pena esperar. Vaya que sí.
Lo del premio Nobel no está mal, pero lo de la hostia a Gabo... eso es gloria, jijiji.
lunes, 18 de octubre de 2010
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