viernes, 31 de diciembre de 2010
jueves, 30 de diciembre de 2010
La muerte de Bobby Farrell es una gran pérdida para Galicia. Durante mucho tiempo estuvo en nómina de Luar, incombustible programa de variedades de la TVG, la televisión autonómica. Para el recuerdo de todo el pueblo gallego quedan momentos históricos como aquella vez que sacó a una señora, entrada en carnes y en años, a bailar al escenario, acabando los dos por los suelos, nuestro ídolo encima de la asombrada mujer despatarrada de piernas. Seguramente la señora tuvo el primer orgasmo de su vida. Por desgracia no encuentro ese gran momento de la trayectoria del holandés en youtube, pero dejo aquí otro testimonio de la estrecha relación de Boney M con Galicia. Una relación de amor y pasión total.
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Decadencia,
no hay respeto por los muertos,
ven envenenado
miércoles, 29 de diciembre de 2010
martes, 28 de diciembre de 2010
Cotolengo´s pedagogics: pegamin
You've been through it all
Nothing has to change
Take it all - the pain in me
But what if that's all there is?
A-a-a-all the way and we would
A-a-a-all the way and we would
Are you all there is in my heart
It does believe that you are - just my age.
Here my mind is empty
Oh nobody comes away
Here time is ending
Here I'm gonna stay.
Hear my name
Doesn't anybody want to play
Hear my name
Can anybody find a way.
Say my name now baby
Loud and clear
Say my name now baby
Say it so I can hear your voice.
All I wanna do is get next to you! [x3]
Here my mind is empty
Oh nobody comes away
Here time is ending
Here I'm gonna stay.
Hear my name
Doesn't anybody want to play
Hear my name
Can anybody find a way.
Here my mind is empty
Oh nobody comes away
Here time is ending
Here I'm gonna stay.
Hear my name
Doesn't anybody want to play
Hear my name
Can anybody find a way.
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Cotolengo way
Enanas historias cotidianas
Teoría de la comunicación
"Un clamor popular", "fuentes cercanas afirman que", "from Russia with love"
Ayer estaba yo en el bar y al lado mío se sentaron dos chicas que presumí del este.Y putas. Atuendos forzados, esas caras redondas y blancas; y pidieron tequila con limón, amén de dos respectivos chupitos de ese licor. Se acercan dos tipejos que presumí españoles: con entradas y poco pelo, los ojos un poco desencajados tal vez por el alcohol, tal vez por las drogas. Camisa abierta uno de ellos, bufanda de lana negra, el otro. "¿Sois del este?" Pregunta el descamisado. "De Rusia" contesta la rubia, la más guapa y más adecentada en el vestir (la que menos luces reflejaba su vestido). Los caballeros pagan el resto de las rondas: "pónme una ronda de tequilas para los cuatro" escuché en varias ocasiones. Se besaron las dos parejas formadas y se fueron a la hora. Cuánto habrán pagado me preguntaba mientras pensaba por otra parte si no era un malpensado. Que quizás se gustaron las jovencitas y los señores, esas cosas también pasan.
Los ucranianos odian a los rusos me comentó una chica de aquel país una vez. Una búlgara, también; y sus argumentos fueron históricos creo yo: la URSS y eso.
http://www.elpais.com/articulo/cataluna/anos/carcel/hombre/mato/anciano/haberle/tocado/culo/elpepiespcat/20101208elpcat_8/Tes
"Te juro que es verdad, lo vi en le periódico, Mijáil."
Unos minutos musicales siempre sahuman el siempre confortable zaguán de la estupidez, ayudan a relajar o a exhalar tensiones.
Con Stalin esto no pasaba, qué bien vivíamos en el comunismo, Dimitri.
lunes, 27 de diciembre de 2010
domingo, 26 de diciembre de 2010
sábado, 25 de diciembre de 2010
viernes, 24 de diciembre de 2010
FELIZ SATURNALIA HETEROS MÍOS
dont need reservations
no identification
to give me your relations
sting me like a bee
-dijeron los pegamines de repente-
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a contra-pelo,
Ajajajajajajajajajajaja,
entrando en materia
jueves, 23 de diciembre de 2010
miércoles, 22 de diciembre de 2010
Get him to the Greek (y otras pelis del entorno Apatow)
Estaba en la ducha y en lugar de cantar In the name of tragedy, pensaba qué fallaba en Get him to the Greek para que no fuera una comedia tan redonda como podía haber sido. Y, como es habitual en las películas del entorno Apatow, el mayor problema reside en los desenlaces y en las tramas secundarias (habitualmente amorosas) que no aportan nada.
Lo vamos a ver todo más claro si os resumo la trama de la película.
Get him to the Greek es, más o menos, un spin-off de dos personajes que aparecían en la, también muy divertida, película Forgetting Sarah Marshall. En ella, la Sarah Marshall del título dejaba al protagonista por Aldous Snow, una estrella del rock con ínfulas de persona profunda que, a la postre, es el cuasi-protagonista de Get him to the Greek. El otro personaje es el interpretado por Jonah Hill, que si bien en la película original hacía de botones de hotel, en esta última es Aaron, el empleado de una discográfica encargado de llevar a Aldous Snow desde Londres hasta Los Angeles, concretamente al Greek Theater. Como podéis imaginar, lo complicado del asunto es manejar la inestable personalidad de Aldous, siempre sumergido en una espiral de sexo y drogas que arrastra a Aaron.
La película es muy divertida, especialmente en el arranque, cuando no tiene que rendir cuentas a nadie sobre el comportamiento de sus personajes y estos pueden ser tan disparatados como la película pide a gritos. El problema, maldita sea, llega cuando los guionistas deciden que ya basta, que hay un modelo clásico al que respetar y por tanto el protagonista debe sufrir una evolución, tiene que sufrir un cambio que "justifique" su presencia en la película.
Esta transformación se produce utilizando la relación sentimental de Aaron con su novia y supone el único momento serio de la película.
Es ese momento mierder en que el protagonista comprende que esa no es forma de vivir la vida, que madre mía cómo me he podido dejar arrastrar por este imbécil teniendo la estupenda mujer que tengo en casa.
Si recordáis la película Rock Star, basada libremente en la historia de los Judas, el final es un momento mierder absoluto. Es tan tan mierder, que no la he podido volver a ver desde su estreno porque me ofendió profundamente. No lo cuento porque solo verbalizarlo ya me jode.
En esta película el final, sin llegar a ese extremo, también juega un poco con la idea de que el rock está bien para un rato y con moderación pero, ojito, en algún momento hay que sentar la cabeza. Estoy seguro que el traductor del título al alemán estaría de acuerdo conmigo, pues tuvo el buen gusto de llamarla Männer trip, es decir, Viaje de hombres.
En el fondo, fondo, casi todas estas películas del entorno Apatow hablan de lo mismo; de las cosas a las que renuncia el hombre actual para estar en pareja y cómo se aferra a ellas hasta el último momento. Es un pena que sus arranques sean tan irreverentes y los finales tan conservadores. Hay casos, como en mi venerada I love you, man, en los que, aunque me disguste profundamente, esta "reflexión" tiene sentido (al fin y al cabo, en esta película de lo que se habla es de la amistad entre hombres y en qué consiste, todo ello genialmente canalizado a través de la pasión de los protagonistas por el grupo canadiense Rush y en oposición a la relación con las novias) pero aquí, donde la novia del protagonista solo aparece al inicio y un par de veces como gag recurrente, no pinta nada y chirría mucho.
Ya está la Paca analizando la representación metafórica de esta mamada...
Y es una pena, porque detrás del arquetipo y la parodia (siempre necesarias para una comedia desmadrada de este tipo) hay un entendimiento real del funcionamiento de las estrellas del rock y de sus seguidores (Me gusta mucho el momento en que el director de la discográfica le explica a Aaron que los fans quieren a sus estrellas drogadas pero no tanto como para que no puedan tocar).
Me queda la duda de si la presencia del rock en estas películas es debida a los gustos de los que las hacen o ven en este estilo musical un reducto de la heterosexualidad más militante que les viene bien como representación de lo que quieren transmitir.
Sea como fuere, yo seguiré disfrutando como el enano que soy de los dos primeros tercios de sus películas y torceré el morro con los terceros actos.
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martes, 21 de diciembre de 2010
lunes, 20 de diciembre de 2010
domingo, 19 de diciembre de 2010
CASH CONVERTERS
Currar en un Cash Converters es consumirse en el inframundo de la clase baja como siervo de la misma. En realidad tiene dos facetas. Una de poder, la de la compra, en la que se puede ningunear al cliente mientras se hace gala de un abanico de billetes que él mira con gula. Y la de la venta, en la que se está sujeto a la estulticia del comprador y a la calidad del producto en venta, que básicamente es ponzoña inservible. El nivel optimo como vendedor se puede valorar por la capacidad de encalomarle a un indígena Nepali a base de gesticulaciones un DVD que daban en una promoción del Marca, con el precio inflado a 29,90, sin mando y que para que salga la bandeja haya que darle un golpe seco en la parte superior. Otro aspecto necesario es el tacto con la chusma, si los 3 canis de marras detectan un pimpim cuando piden un Chocolate (un móvil LG), en el intervalo de cerrar una vitrina ya se han llenado los bolsillos de los plumones con media estantería. El hurto y la picaresca es el pan de cada. Desde el pequeño robo al crimen organizado del este. Y es que un negocio que tiene un cartel de dos metros de color amarillo chillón en el que pone COMPRA DE ORO, pide a gritos el palo del siglo. Cada día que pasa es una cuenta atrás a la incursión de cuatro albanos con cascos de motos, armados con machetes, tasers y una maza para romper las vitrinas de joyería, dispuestos a secuestrar al personal en el cuarto interno e inflar a hostias al encargado hasta que abra la caja fuerte.
Aunque lo más habitual sea la cólera del consumidor desengañado. Ese señor de mediana edad con su chubasquero de la selección española, su chandal de nylon 100% y su gorrito de lana con el escudo del Barça. Que en vista de que no se le devuelve su dinero al adquirir un taladro percutor Makita, que posiblemente ya ha cumplido su función en algún apañito, se cabrea de tal manera al demostrarle reiteradamente que funciona perfectamente, desembocando en cuatro aireados berreos que dan lugar a un punch directo al tabique con la furia de un pureta carajillero. O esa hedionda señora calé con dos pendientes XXL de aro fusionados con su grasiento pelo, que después de comprarle una Master System al "niñio", asegura que no se ve, pero lo que pasa es que no tiene ni puta idea de sintonizar el canal. Sin quedarle otra salida que llevarse un respetable mechón de cuero cabelludo de la dependienta de turno por haber mostrado socarronería en su estupidez tecnológica. Y por supuesto el entrañable mondo yonqui, que nunca pisa la zona de ventas si no es para ver si puede agenciarse algo. Pero que cuando van a vender esas camaritas digitales que han astillado a los gurís el la Vila Olímpica y ven que no le llega para el medio, hacen endebles ademanes de dar hostias al aire sin conseguir ninguna certera. Hasta que se le arrastra a la puerta y, un a vez en la calle, como es territorio libre para el trabajador, hasta puede caer por parte del segurata locatis un pisotón en la cabeza y un lapo en el ojo. También por supuesto en estas víctimas de la drogaína dura esta la parte inversa, la táctica del amor, es decir, la de la yonka gorroneica de 42 kilos que conserva dos molares y un incisivo, que propone una mamadita rápida por la diferencia de los dos eurillos que le faltan para la base.
En todo caso esto en su mayoría suelen ser casos puntuales, y a pesar de que no lo parezca este tipo de negocio cuenta con su clientela fiel que llena sus hogares con sandwicheras que podrían servir como armas bacteriológicas, calefactores que nada más encenderlos huelen a pelo de polla chusmacado y sobretodo móviles con pantallas táctiles tan rayadas que parecen que estén lavados a la piedra. Los habituales, es decir, lo que todos los días hacen acto de presencia, suelen ser los retardados y los esquizos. Los que gracias a sus pensiones por disfunciones mentales engrosan las arcas del negocio. Entre ellos está uno de libido implacable que indiscriminadamente alaba la belleza de lo primero que se le ponga por delante. Con un look precario de hombre que todavía parece que lo vista su madre, con su pelo con la raya al lado, sus pantalones pescador sobaqueros y sus jerséis de trenza. Es conocido cómo Superman, ya que si se le canta la canción de Bosé, el lo agradece con unos bailes de reiona, aunque eso sea darle pie a que se convierta en tu stalker, invitandote al cine o a su casa a ver películas, lo que propone buscando soterradamente una masturbación mutua con los movimientos de su mano. Su consumo es invariable, en anteriores épocas eran DVDs, ahora son blu-rays (que las cajas son más bonitas), sobre decir que no tiene reproductor, pero por lo que se intuye deben ser objetos con fines onanistas. Su ultima adquisición, Agora, o según sus palabras en tono sicalíptico "la de la chica esa". Otro asiduo es Pokemon, nombre que le viene dado por Psyduck, ya que es un retarded de Clase A, de dos metros y 100 kilos, que se dedica a erguirse rígidamente delante de una cosa determinada, soltándole monólogos que se limitan a graznidos de "kuack-kuack kuack-kuack kuack" hasta la extenuación o hasta que viene el desgracias del padre y se lo compra. Por otro lado esta Jesus, que tiene toda la pinta de ser el típico heroinómano repercutido, y que es el monillo de una familia de crápulas que lo pasean saqueandole la pensión vilmente con los caprichos y haciendole sentir el rey del mambo cada vez que compra cualquier mirdecilla de joyería o consolas. Mención especial merece la novia, un ser del averno unicejal, con fosfatina encefálica del las tabletas que lleva entre pecho y espalda, que es ultrafan de Maria Carey, hasta el punto de llevarse dos y tres veces el mismo CD. Para completar el freakshow, esta la mezcla entre Hans Topo y Carmen de Mairena, un ser sin clasificar, con gafas como culos de chupitos y un labio leporino sarnoso repleto de pústulas mugrientas dignas de Fulci. Es asiduo al material infantil en todas sus vertientes: desde canciones infantiles, vinilos de Popitos o Enrique y Ana, consolas de plasticorro Disney, ordenadores pedagógicos de juguete… Sus limitaciones hacen pensar que se encuentra en una eterna fase anal, pero es posible que esconda un perfil pederasta bastante acusado.
Por supuesto ese abanico multicultural que se ha ido engendrando en los últimos tiempos está bien presente entre la clientela. De hecho conforma su gran mayoría. Como pez en el agua están los moros, con esa idiosincracia suya de pedir descuentos hasta por un puto paquete de pilas. Quepa diferenciar al moro del afable hindú. Y sobretodo del paki, que es cómo el gitano indio. Directamente adquieren cualquier mierda, desde móviles hasta porno para posteriormente venderlo en su país o en sus bazares costrosos. Con total descaro explican su tejemanejes para las técnica de reparación y packaging. Son capaces de coger un Ipod de aspecto cochambroso, frotarlo con frenesí por la parte interior del brazo y dejarlo nuevo, como si de sus poros supurara KH-7. También están esos que destilan intrínseca desconfianza musulmana, esos que se pasean como Serpicos árabes intentado pasar desapercibidos, que transmiten paranoia de célula terrorista, de odio occidental, tal es así que cuando compran una tarjeta Micro SD o un pendrive, no dudan en preguntar si tiene algún virus como si de una confabulación se tratase. Se puede presenciar incluso algún refugiado guerra, cómo un afgano que va ataviado con su barba kilométrica, su gorro estilo ruso, su polar militar y empuña una muleta cual Kalashnikov.
Por el contrario la fauna africana por lo general no compra. Se conforman con tocar las cosas, las miran un ratito embobados, como si de un tótem se tratase, y aseguran que mañana lo van a comprar. Son urracas. Cualquier cosas que brille les mola. Adoran las minicadenas y las cámaras plateadas de plástico inyectado. Una gama de electrodomésticos dorados arrasaría en el continente negro, fijo. Una cosa que hacen mucho son duelos de quien tiene la polla mas grande. Uno se interesa por algo, y otro, presumible de una tribu rival, ipso facto lo compra, liándose la tangana de rigor entre los dos. Normalmente quepa decir que el negro es enrollao per se, pero entre ellos tienen una mala hostia exponencial, hasta el punto de que cuando se pican da la sensación de que van a empalarse las cabezas en lanzas. Otra historia son las tías. Esas negras que ya de por si dan mal rollo, con esas caras llenas de tajos en los pómulos fruto de los ritos tribales. Son consumidoras ante todo de productos de peluquería: planchas, secadores y demás parafernalia. Contra mas caliente aquello mejor, así se pueden torrar la cabeza y dejarse como se la dejan, con esa calvicie que da la sensación de ser un lepra incipiente y esa mala folla perpetua que debe dar el punzante dolor de los nervios capilares.
Aunque el mayor porcentaje lo ocupan los panchitos en todas sus vertientes. Que eso si, tiene un denominador común los hijos de puta, que hasta bien entrada la mañana no hacen acto de presencia, debido a su cultura trasnochadora, palpable en los resacones que traen, los cuales son una mezcla letal con su dicción sudaca. Otra de sus características es el olor que desprenden, si los negratas y los moros hacen garufo a almizcle, los rumanos a vertedero orgánico y los patrios a sobredosis de colonia de garrafa, los chiwakas suelen desprender un aromar que aturde a maria, ya que los cabrones siempre suelen venir armados con bolsas de cosecha. Por una lado están los músicos callejeros, que siempre van como depredadores en celo hacia la primera dependienta que se cruzan, pidiendoles una guitarra acústica para probarla, sin mínima intención de comprar, solo de demostrar su dotes masturbatorios con las cuerdas cantando a la "chabita" una bonita ranchera. Aunque el gran grueso se compone de machos alfas, adictos a la ornamentación Maya. Con sus típicos cinturonacos con hebillas como cajas de zapatos de D&G, sus pelos sobresaturados con Giorgi y su cejas slim con brechas hechas con cuchillas de afeitar. Los que curiosamente suelen tirar siempre al móvil (o mejor dicho el Nokia) mas tocho, es decir el N70 de toda la vida, que ya se sabe que eso viste mucho y hasta hace paquete si te lo pones en el bolsillo. También son adeptos a los pelucos de mujer, los que siempre, siempre, señalan preguntado "¿es de macho?", reafirmando su hombría metrosexual, cuando claramente es un reloj de señora marbellí con esfera cuadra mastodóntica, circonitas sintéticas y colores pasteles. Casi siempre van acompañados de su jauría de hijos y la coneja de su parienta. La típica payoponi de 16 con tres indios pequeños y un carrito de bebé, modelo taburete, culona, con tetas de perra flácidas, de rasgos asiáticos con piel tostada y de cejas desintegradas con láser y simuladas con una fina linea de tatuaje taleguero de color azul. Otra de la obsesiones panchitas son los sound systems, los "parlantes" como ellos los llaman. Devoran los home cinemas y los altavoces de PC, cuanto mas bastos mejor. Todo lo que tenga subwoofer lo consumen como si fueran pipas. Para fiestas privadas son capaces de llevarse amplis Marshall, subwoofers de caja para coche Vieta y mesas de mezclas Roland que no tienen ni puta idea de usar. Todo ello por supuesto pagado en riguroso metálico.
sábado, 18 de diciembre de 2010
viernes, 17 de diciembre de 2010
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jueves, 16 de diciembre de 2010
Killed by Pegamin XXII: Félix François Faure
Putos gabachos, mira que me caen mal los cabrones. Ese idioma, ese aire de estar de vuelta de todo, esa suficiencia... ARGH, no puedo con ellos.
De los franceses podría ponerme a soltar horrores y no parar pero, hombre, algo si les voy a conceder; a la hora de morirse, lo hacen bastante bien (y por eso les animo a ello).
Pero claro, tener a un presidente de la repúbica de tamaño un poco ender que palma mientras le realizan una felación tiene que marcar lo suyo.
Se conoce que el buen Felix estaba gozando en su despachito de la señorita Marguerite Steinheil (sobre la que luego volveremos, porque también se las trae) cuando de pronto, pues oye, que se sintió a morir.
Ella, pobrecita mía, que cojones iba a notar, si los tíos somos unos teatreros de la hostia:
Ay, ay, que la cabeza se me va.
Oooohhh, oooohhh, Margueriteeee, Mar-gue-rite (esto ya sonaría incluso un poco lejano, con los ojos en blanco y la cabeza dando vueltecitas como siguiendo las manecillas de un reloj).
Marguerite, que me muero, je sui mort, Marguerite je sui petisui, petisui.
Pero bueno, fue un accidente. Una coincidencia. Vosotros la estáis viendo aquí a mi izquierda. Tiene cara de inocente (la he achatado un poco para dejarla más cara de pan. Creo que los jurados tienen una inclinación natural hacia la gente con cara de pan, gente a la que las abuelas pueden agarrar sin problemas de las mejillas. Es un elemento empático).
Osea, que los franceses se levantaron por la mañana, cogieron el periódico, leyeron la noticia, dijeron c'est la vie y se pusieron a untar mantequilla en su baguette.
Pero para nuestra heroica felatriz, los sinsabores (ja-já) de la vida no habían terminado. 13 años más tarde otro trágico acontecimiento sacudiría los cimientos de su existencia: su esposo muere estrangulado, su madrastra ahogada con su dentadura postiza y ella sería encontrada por la policía en una posición que solo puedo calificar de altamente erótica, atada a la cama con una mordaza en la boca. En la boca, repito.
Su testimonio era que cuatro enmascarados, tres hombres y una mujer, la ataron con el propósito de robar unos documentos. La policía, que, presuntamente, se toma su tiempo antes de desatarla, sospecha de ella pero al no tener pruebas deja estar el tema.
Pero, flipa, ella no. Sabe Dios con qué oscuro propósito, primero fabrica pruebas contra uno de los sirvientes y, cuando eso falla, acusa al hijo del amo de llaves. La cosa no sale bien porque el muchacho tiene una coartada como la copa de un pino y ella queda bastante en evidencia.
La policía decide encarcelarla porque todo lo concerniente a esta mujer huele y sabe a mentira. Además se ha descubierto que tiene pretendientes/admiradores/amantes por todos lados, incluyendo al honorable señor Sisowath, rey, agárrense, de Camboya. Sí, pues agárrame la polla. La rima es evidente hasta para la policía, que no sabe si partirse el culo o recordar el primer incidente en el que se vio envuelta.
El caso es que hay juicio, pero como tampoco hay pruebas, pues tras llenar unas cuantas ediciones matinales del periódico la dejan libre, no sin antes tacharla de mentirosa patológica. Ella se va a Londres, donde se volverá a casar y escribirá el libro Mis Mamadas Memorias.
Y a continuación os dejo con una galería de ataques al corazón.
Arrgh, otro youtube. Sin comentarios. Sin anécdotas. Sin biografía...
Hola, soy una dramatización de un problema muy grave
Uf, sí, ahí, ahí, justo ahí
Hola buenas, mire, que me está dando un infarto. Ya, sí, claro, todos ocupados, entiendo. Espero. Aquí. Con el cigarrito.
¡Dios, como me gusta exagerar!
Mira, yo ahora te giro el cuello así y el dolor se va, se va para siempre...
¡La carne roja, ha sido la carne roja! Una zanahoria, que alguien me de una lechuga y una zanahoria, rápido.
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dedicado a clementina,
killed by pegamin,
la petite mort
miércoles, 15 de diciembre de 2010
martes, 14 de diciembre de 2010
lunes, 13 de diciembre de 2010
domingo, 12 de diciembre de 2010
Más minutos musicales: Yura Yura Teikoku
Trío de nipones a los que conocí a través del compañero de piso de mi hermano en Londres justamente con este youtubazo. El cabronazo, oriundo también de este país, sólo sabía decir maricón y puto en español, generalmente dirigidos en forma de hilarante ofensa a su otro compañero de piso polaco que no se enteraba de la jugada.
Riffs filosos, ruido, psicodelia, un cantante estrábico, un bajista convencido de ser la reencarnación de John Entwistle y no sé cuantos álbumes de estudio desde 1989.
Nota para los amantes del bajón y amigos de la lágrima y del terror (literal) musical: en el 2005 publicaron una versión de la siempre vital Frankie Teardrop
Riffs filosos, ruido, psicodelia, un cantante estrábico, un bajista convencido de ser la reencarnación de John Entwistle y no sé cuantos álbumes de estudio desde 1989.
Nota para los amantes del bajón y amigos de la lágrima y del terror (literal) musical: en el 2005 publicaron una versión de la siempre vital Frankie Teardrop
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